El decreto de alarma amenaza con la ruina al empresario petrolero independentista

Los pequeños empresarios de gasolineras afirman que con esta pandemia son uno de los sectores más perjudicados: al ser considerados servicios esenciales, no pueden realizar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y han de soportar el peso total de su estructura laboral y empresarial aunque las ventas hayan bajado alrededor de un 80%.

En Cataluña, la voz de alarma la dio Petrolis Independents, la compañía independentista propiedad del presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell (uno de los más beligerantes con el Gobierno central), y de Jordi Roset. Esta compañía emitió esta semana un comunicado en el que advertía de que “el hecho de que las gasolineras hayamos sido declaradas servicio esencial mientras no se levante el confinamiento está llevando a muchos empresarios pequeños a la ruina”. Avisaba también de que “obligar a las gasolineras a estar abiertas cuando no circulan coches pone en peligro las pequeñas empresas de carburante”.

Jordi Roset, copropietario de la empresa, señala a El Confidencial que no es un posicionamiento político, a pesar de que su compañía es una de las abanderadas del independentismo catalán. Es una alerta puramente empresarial. Y eso que en las cuentas depositadas ante el Registro Mercantil consta que Petrolis Independents, que factura casi 10 millones de euros anuales, solo tiene tres trabajadoras. Con esa carga laboral, en principio, no tendría que sufrir, aunque deja una pregunta en el aire: ¿cómo es posible que tres trabajadoras puedan atender la estructura que suponen 10 gasolineras repartidas por gran parte del territorio catalán?.

Jordi Roset despeja esa incógnita: “Puede parecer que Petrolis Independents SL tiene muy poca gente, pero en realidad da de comer a muchas familias”. El secreto es sencillo: existe todo un 'pool' de empresas familiares que trabajan para la empresa matriz. Una de ellas, por ejemplo, lleva la gestión administrativa. Otras proporcionan los trabajos que la gestora de gasolineras necesita, desde limpieza hasta provisión de distintos servicios.

"Si esto dura mucho, no lo aguanta nadie"

Como empresa, Petrolis Independents tiene seis gasolineras y cuatro son propiedad de otras compañías del grupo familiar. Pero de las 10 que gestiona todo el 'pool', “nueve están completamente automatizadas. Solo una es convencional y podemos aguantar porque tenemos las otras nueve automatizadas”. Roset añade que “contando personal administrativo, en nuestras gasolineras trabajan unas 15 personas. Pero por la automatización, una persona puede llevar una gasolinera. Incluso una persona puede trabajar cuatro horas por la mañana en una y por la tarde otras cuatro horas en otra. Tras el estado de alarma, les hemos dicho a nuestros trabajadores que se pasen una sola hora al día por la gasolinera y no hemos hecho ERTE, manteniendo los salarios. Pero si esto dura mucho, no lo aguanta nadie”.

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El empresario reconoce, no obstante, que su economía se ha visto afectada. “El 15 de abril estábamos a un nivel de ventas del 23% respecto a un día normal. Mis proveedores dicen que sus clientes van a cerrar. Nosotros hemos pedido un crédito, porque ya tenemos tensiones de tesorería por falta de liquidez, puesto que tienes 'stocks', pero no los realizas y llegan facturas que no puedes abonar por esa falta de liquidez. Pero hay otros pequeños empresarios que lo tienen peor, porque solo tienen gasolineras convencionales. Y si tienes a cinco o seis personas en una gasolinera, en esta época podrían pasar a tener dos o tres. Con el bajón de ventas, no puedes mantener los salarios y deberías poder hacer un ERTE. Lo ideal sería que pudiésemos aplicar un expediente temporal aunque solo fuese del 50%”, explica Roset.

También se queja el empresario catalán de que “dejan aplazar impuestos a empresas que facturan menos de 600.000 euros. Pero una facturación de una empresa de gasolineras de un millón de euros puede ser menos rentable que una facturación de 50.000 euros en otro sector, porque nuestro margen es muy bajo, va de cinco a ocho céntimos el litro, dependiendo de lo que puedas cargar en cada sitio. Este margen de beneficio es independiente del precio al que vaya la gasolina”. En este sentido, subraya que “en una gasolinera enseguida puedes facturar un millón de euros, pero tu margen de maniobra es muy pequeño”.

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Esta realidad, asegura el empresario catalán, ahonda en los problemas de liquidez que puedan tener los empresarios pequeños, ya que les obliga a no aplazar los pagos. “En la crisis, la gente no sale de casa, y si no sale de casa, tampoco pone gasolina”, subraya Roset. Por consiguiente, las empresas no facturan y no tienen liquidez para pagar los impuestos. “El Gobierno debería ser más comprensivo con estas situaciones. Entiendo que no detalle uno por uno el problema de cada empresario, pero sí que facilite soluciones”, enfatiza.

"Posicionarse políticamente compensa"

En el comunicado emitido por Petrolis Independents, se señalaba que a quienes le interesa esta situación es a las grandes operadoras. “Es a las empresas del oligopolio petrolero, las del Ibex 35, a las que les interesa que se abra, porque sus pérdidas, si continúan cerradas, serán millonarias. Ellas se pueden permitir mantener a todos [los trabajadores] con recursos propios y, si acaso, cuando todo haya pasado, ya reducirán las plantillas”.

"Es a las empresas del oligopolio petrolero, las del Ibex, a las que les interesa que se abra, porque sus pérdidas, si continúan cerradas, serán millonarias"

Roset matiza esta contundencia a El Confidencial: “En este sector, pasa como en otros: el grande se come al chico. Los recursos económicos de las grandes empresas son muchos más y pueden resistir perdiendo dinero. Ya veremos lo que hacen después. Por lo que yo sé, esta crisis puede llevarse por delante a muchos pequeños operadores”. En esa situación, añade, el mercado quedaría más a merced de las grandes compañías, que solo sufren tantas tensiones de liquidez y que podrían copar el segmento de los pequeños empresarios a los que la crisis elimine del mercado.

El posicionamiento político de su grupo familiar, a favor de la independencia, en cambio, no ha influido en la marcha de los negocios. “En el inicio, intercambiamos una gasolinera con otro amigo. Y abrimos una muy comprometida con la política en una ciudad muy independentista, como es Vic. En un mes, subimos un 40% la facturación del antiguo propietario”.

Fue el inicio de un compromiso político que nunca han escondido ni él ni su socio, Joan Canadell. “El posicionarse políticamente no es malo. En el empresariado, se suele decir que no es bueno, que hay que tener cuidado, que tal y cual. Pero no. Fíjate, si tienes una tienda que vende camisetas del Real Madrid, la gente va allí a comprar. Es evidente que otra gente no irá, pero hay determinada gente que sí. Por tanto, yo creo que es positivo y que, al final, compensa”.