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Puigdemont ficha a los diseñadores Josep Abril y Miriam Ponsa para hacer batas
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CAMPAÑA TRAMPOSA DEL CONSELL PER LA REPÚBLICA

Puigdemont ficha a los diseñadores Josep Abril y Miriam Ponsa para hacer batas

El Consell afirma que ha creado una red "de fabricación doméstica de mascarillas, batas y otros materiales". Cuenta, asegura, con "cientos de voluntarios"

Foto: El Premio Bages de Cultura, que organiza Òmnium Cultural del Bages
El Premio Bages de Cultura, que organiza Òmnium Cultural del Bages

El 'expresident' Carles Puigdemont ha fichado para la lucha contra el coronavirus a los diseñadores Josep Abril y Miriam Ponsa. El Consell de la República les ha encargado a ambos, que han paralizado los preparativos de los desfiles de este verano, la confección de 1.000 batas destinadas a hospitales, que pagará el propio Consell a un precio de 9,99 euros la unidad. Según el Consell, las batas son una producción "100% catalana", ya que están producidas y fabricadas en esta comunidad y aguantan 150 lavados a temperaturas de hasta 110 grados centígrados.

Abril, uno de los diseñadores punteros de Barcelona desde que en 1991 ganase el Premio Gaudí de nuevos diseñadores, fue durante unos años el modisto de cabecera de Armand Basi. Es también uno de los diseñadores que trabaja asiduamente para confeccionar uniformes de grandes empresas o de compañías de teatro. Su nombre fue vinculado ya a los primeros balbuceos del 'procés'. "España es un país que adoro, pero me gustaría adorarlo como vecino, no como sometido", decía ya en el lejano 2012.

placeholder Diseño del material sanitario
Diseño del material sanitario

Señalaba que ya le habían devuelto alguna caja porque en el remite ponía Josep y no José. "No me preocupa. Un tío de Salamanca, ante la disyuntiva de comprar una pieza de ropa que ponga Josep y una que ponga José, prefiere la segunda. Lo acepto y se acabó. ¡Es que yo hago lo mismo con la leche!". Y ya entonces vaticinaba que "tendremos independencia. Es evidente. Es posible que tarde un año, o cuatro o diez. Pero es un derecho que no nos han de dar. Lo tenemos que coger. No tendrán más remedio que aceptarlo".

Su amiga Miriam Ponsa, otra de las diseñadoras de referencia, fue galardonada este año con la Cruz de Sant Jordi, la máxima condecoración de la Generalitat. El año pasado, recibió el Premio Bages de Cultura, que organiza Òmnium Cultural del Bages, su comarca. La ceremonia de entrega del premio se celebró en el mismísimo salón de plenos del Ayuntamiento de Manresa, presidida por un retrato del 'president' Quim Torra.

Desfiles muy políticos

En el 2018, para reivindicar la independencia, inspiró uno de sus desfiles en la Marcha de la Sal india, que en 1930 fue el inicio de un proceso que llevó a la independencia de aquel país. "Esta colección es un manifiesto", planteó. Ponsa veía "un paralelismo con la situación que está viviendo Cataluña". En los diseños no podían faltar frases de Mahatma Gandhi, uno de los símbolos que los líderes del 'procés' quisieron utilizar para el reconocimiento internacional. La diseñadora se subió a la pasarela de la 080 Barcelona Fashion con un lazo amarillo en la solapa y dejó una bancada vacía pintada de amarillo en primera fila con los nombres de todos los acusados pro el 1-O. Meses después, presentaba la colección 'I have a dream', basada en la figura de Matin Luther King, otra de las figuras a las que han intentado apelar los dirigentes del 'procés'. En 2019, dedicó sus desfiles a los 'presos políticos'. A pesar de todas estas expresiones, Ponsa declaraba que "hay artistas exiliados" y que "no puede ser que la falta de libertad de expresión nos coarte de esta manera". Sus modelos llegaron a desfilar de amarillo con una cinta en la boca para denunciar la supuesta falta de libertad de expresión.

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra, a mediados del pasado marzo. (EFE)

Hace unos días, la diseñadora (su familia tenía la fábrica de cintas de 'espardenyes' [zapatillas] Cintes Ponsa, fundada en 1828 en su ciudad, Manresa) reconocía al diario 'El País' que como consecuencia de la crisis sanitaria había tenido que cerrar sus talleres y había realizado un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para sus trabajadores, que cobran ahora del Estado español y que ella se dedica a coser, junto con su marido, en el taller que tiene en la planta baja de su casa. En su página web ha colgado un cartel: "Somos un equipo muy pequeño y la gran demanda nos ha desbordado. No ofreceremos más mascarillas durante unos días para gestionar los pedidos que hemos tenido hasta ahora con el cuidado que merecen". Sus mascarillas de diseño, con su nombre, cuestan 5 euros la unidad y en la web asegura que están confeccionadas "con tejido certificado de eficiencia de filtración equivalente a una mascarilla FFP2", pudiendo ser lavada 150 veces a 60 grados.

El organismo que preside Puigdemont ha comprado también 20.000 mascarillas que pagó al Consell Local de Sabadell, quien a su vez las encargó a sus activistas. Costaron 27.830 euros. Según el organismo, las mascarillas "fueron repartidas por los centros sanitarios a través de los consejos locales de todo el territorio, que previamente habían hecho un inventario de las necesidades de los mismos".

También afirma que ha comenzado a encargar mascarillas fabricadas con tejido Fanotex (un tejido técnico compuesto en un 99% de poliéster y en un 1% de carbono) que permite hasta 80 lavados a 60 grados. "Se fabrican en 'casa nostra' [es decir, en Cataluña] y es reutilizable, con las ventajas logísticas, medioambientales, de proximidad y económicas que eso significa".

Una campaña con trampa

El Consell afirma que ha creado una red "de fabricación doméstica de mascarillas, batas y otros materiales". Cuenta, asegura, con "cientos de voluntarios que reparten los materiales, cortan patrones, cosen las piezas y distribuyen el producto sanitario o de uso doméstico siguiendo las necesidades que se han inventariado". Afirma, asimismo, que ha recaudado más de 64.000 euros desde el inicio de la crisis para la fabricación de material, que ha ido a parar a un Fondo Republicano de Acción Solidaria (FRAS). Para controlar este fondo, ha creado un comité coordinado por Carme García (hasta el año pasado, directora general de Memoria Democrática de la Generalitat) y compuesto por los fugados Toni Comín y Lluís Puig, además de por la diputada autonómica Aurora Madaula y por el portavoz de Poble Lliure (el mayor de los partidos que componen la CUP), Guillem Fuster.

Un comunicado de este jueves del Consell per la República anuncia el inicio de la campaña 'Prou Monarquia' ('Basta de Monarquía'), que propone "que dejes de pagar la parte correspondiente a la Monarquía de tu declaración de renta y que ingreses esta misma cantidad en el FRAS, que hemos impulsado desde el Consell per la República para combatir el coronavirus. Si lo prefieres, también puedes donarlos a otra institución o entidad social que defienda y trabaje por los valores republicanos. En cualquier caso, este ingreso es el que garantizará que la tuya sea una acción de objeción social —y no de evasión fiscal—".

Lo que obvia Puigdemont es que la parte de los presupuestos generales que se destina a la Corona es indivisible del resto de los presupuestos, ya que es la asignación que tiene una de las instituciones del Estado y es imposible desgajarlo de las cuentas que se aprueban en el Congreso. Es imposible, pues, que cualquier contribuyente detraiga la parte que va destinada a la financiación de esa institución, lo mismo que es imposible detraer la parte que va a educación o a sanidad. Mientras tanto, no obstante, Puigdemont quiere ir haciendo caja.

El 'expresident' Carles Puigdemont ha fichado para la lucha contra el coronavirus a los diseñadores Josep Abril y Miriam Ponsa. El Consell de la República les ha encargado a ambos, que han paralizado los preparativos de los desfiles de este verano, la confección de 1.000 batas destinadas a hospitales, que pagará el propio Consell a un precio de 9,99 euros la unidad. Según el Consell, las batas son una producción "100% catalana", ya que están producidas y fabricadas en esta comunidad y aguantan 150 lavados a temperaturas de hasta 110 grados centígrados.

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