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Torra se juega hoy la legislatura, los Presupuestos y hasta la reunión con Sánchez
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Si sobreactúa con su inhabilitación

Torra se juega hoy la legislatura, los Presupuestos y hasta la reunión con Sánchez

En JxCAT y ERC, prevén que Torra intentará votar a cualquier precio. También que el presidente del Parlament, Roger Torrent, acatará el mandato del Tribunal Supremo

Foto: Quim Torra.
Quim Torra.

Quim Torra se juega mucho hoy. Otra cosa es que le importe algo más allá de cómo pase su figura a la historia —la de Cataluña, claro— según apuntan en su entorno personal y familiar. Arriesga la legislatura, que podría acabar de manera precipitada. Pone en el alero los primeros Presupuestos de Cataluña en tres años, que podrían no ver la luz si Pere Aragonès no se da mucha prisa en tramitarlos. Y amenaza, incluso, la reunión con Pedro Sánchez, la piedra sobre la que se quiere construir la iglesia de la distensión en la crisis catalana. Fuentes del PSC apuntan que en Moncloa todavía reconocen a Torra como 'president', pero que la reunión prevista para febrero podría suspenderse si el todavía 'president' intenta despreciar en público la Justicia española.

Fuentes de Palau aseguran que Quim Torra lleva tres días amenazando a sus socios con convocar elecciones si no le dejan votar. Así lo ha explicado el vicepresidente del Parlament, Josep Costa, en una entrevista en TV, donde aseguró que "privar al presidente de la Generalidad de votar en los plenos es privarle de la condición de diputado. Garantizaremos que pueda votar". Además, garantizó que ningún diputado de JxCAT facilitaría que corriese la lista, como ha pedido la JEC, la cual ha tumbado el último recurso de Quim Torra. Por su parte, Roger Torrent, presidente del Parlament, no cede y no quiere arriesgar la institución por los problemas legales de Torra. Pero la clave no es Torra sino si Carles Puigdemont, en Waterloo, le apoya o no. Si Puigdemont decide que es el momento para caer sobre ERC porque están débiles, las elecciones están cantadas, según explican fuentes de JxCAT.

placeholder Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo. (Reuters)
Carles Puigdemont, en el Parlamento Europeo. (Reuters)

Otras voces de JxCAT y ERC consultadas prevén que Torra intentará votar a cualquier precio. También, que el presidente del Parlament, Roger Torrent, acatará el mandato del Tribunal Supremo, eso sí, de manera que no se note mucho, para minimizar el impacto electoral que pueda tener para su partido, la formación republicana. También se espera que Xavier Muro, el secretario general del Parlament, un alto funcionario que no está protegido por la inmunidad parlamentaria, no contabilice el voto de Torra como válido. Todo esto mientras Cs y el PP se frotan las manos, porque todo el bloque soberanista y sus instituciones se convertirán en una presa fácil, en una especie de ciervo cegado por los faros.

Según como se escenifique la jornada, se puede acabar la legislatura, en especial si se rompe el Govern, cuya unidad ya es muy frágil, como prueba el propio día de hoy, en el que JxCAT y ERC no han sido capaces de ponerse de acuerdo sobre qué Presupuesto se aprueba en el Parlament. Si para algo tan operativo y sencillo como el Presupuesto de la Cámara catalana son incapaces de llegar a un consenso, buscar una fórmula que salve la cara a Torrent y en la que Torra asuma las consecuencias de sus actos —los derivados de haber retirado una semana tarde una pancarta de la fachada de la Generalitat— se antoja imposible.

La Mesa del Parlament se reúne hoy a las 12:00. La última jugada que podría intentar Torrent, según apuntan fuentes parlamentarias, es cambiar el orden del día y sacar de él la votación de las cuentas de la Cámara, argumentando que no hay acuerdo entre los partidos soberanistas. Eso no resolvería el problema de fondo, pero lo aplazaría en el tiempo. Todo muy catalán, muy procesista.

Además, las fórmulas que se han explorado hasta ahora resultan vergonzantes, como la propuesta de que Torra siga siendo diputado sin que vote en el pleno, según desveló 'NacióDigital'. Esta fórmula buscaría no bloquear la operatividad del Parlament. Así Cs, PP o un tercero no podrían impugnar las decisiones que se tomen. Pero difícilmente se podría preservar la dignidad del presidente de la Generalitat. Torra ha rechazado esta propuesta de ERC para salvar la situación de colapso.

Segunda vuelta

Además, el escaño es solo la primera vuelta. La segunda es el debate sobre si Torra puede seguir siendo 'president' y viviendo en la Casa dels Canonges si ya no tiene su acta de diputado. Cs y el PP aseguran que no. Pero si además no vota, de hecho, Torra les estaría dando la razón y no podría defender su posición en los tribunales.

ERC propone que Torra siga siendo diputado pero con el compromiso de abstenerse de votar, algo que el 'president' rechaza por la dignidad de su cargo

Pero las consecuencias de todo lo dicho hasta ahora resultan terribles. Para empezar, decae el Presupuesto de la Generalitat para 2020, el primero en tres años que los trabajadores públicos, casi 200.000, esperan como agua de mayo, después de tres ejercicios de congelaciones en el gasto.

Si convoca elecciones o si acusa a España de ser una dictadura, por ejemplo, Pedro Sánchez se queda sin incentivos para reunirse con él. Resulta preferible esperar a que haya un nuevo presidente catalán y, entonces, empezar de cero una mesa de diálogo en condiciones. Además, es el propio Torra el que ha estado dando largas y excusas para buscar aplazamientos.

Todo en juego

Por tanto, todo en juego. Incluida la unidad del soberanismo. Todo, por una pancarta. Un alto precio por la mecánica de nombrar a políticos por delegación, a dedo y al margen de cualquier proceso democrático. Torra era el undécimo de la lista de JxCAT. No tendría que haber llegado nunca al Palau. Puigdemont le escogió a dedo por su fidelidad y su cercanía a la CUP. Pero para ser 'president', hace falta algo más. Eso que ahora tanto se echa de menos.

Quim Torra se juega mucho hoy. Otra cosa es que le importe algo más allá de cómo pase su figura a la historia —la de Cataluña, claro— según apuntan en su entorno personal y familiar. Arriesga la legislatura, que podría acabar de manera precipitada. Pone en el alero los primeros Presupuestos de Cataluña en tres años, que podrían no ver la luz si Pere Aragonès no se da mucha prisa en tramitarlos. Y amenaza, incluso, la reunión con Pedro Sánchez, la piedra sobre la que se quiere construir la iglesia de la distensión en la crisis catalana. Fuentes del PSC apuntan que en Moncloa todavía reconocen a Torra como 'president', pero que la reunión prevista para febrero podría suspenderse si el todavía 'president' intenta despreciar en público la Justicia española.

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