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El independentismo acaba sin acuerdo la reunión previa a la mesa de diálogo
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La CUP duda en volver a participar

El independentismo acaba sin acuerdo la reunión previa a la mesa de diálogo

Meritxell Budó, la 'consellera' de Presidència, aseguró que “hay un consenso en reclamar la autodeterminación” para disimular el fracaso, pero los desencuentros resultaron muy obvios

Foto: Reunión de los independentistas para preparar la negociación con el Gobierno. (EFE)
Reunión de los independentistas para preparar la negociación con el Gobierno. (EFE)

Dos horas y media de reunión en el Palau de la Generalitat. Había convocado Quim Torra a las fuerzas vivas del independentismo para aunar posturas cara a la constitución de la mesa de diálogo que se pactó entre ERC y el PSOE. Pero la cumbre acabó en fracaso. No hubo acuerdo y sí claras discrepancias que intentó disimular Meritxell Budó, la 'consellera' de Presidència, quien aseguró que “hay un consenso en reclamar la autodeterminación”. Pero eso no fue lo que dijeron sus predecesores. Budó aseguró que estos mínimos pasaban por el “fin de la represión y el derecho a la autodeterminación”.

Así, Elsa Artadi, en representación de JxCAT, advirtió de que temían que la reunión fuese “una pérdida de tiempo”. Carles Riera, de la CUP, fue más explícito y aseguró: “No avalaremos giros autonomistas”. Los antisistema incluso advirtieron de que a lo mejor ni siquiera participaban en futuros encuentros. Carme Vilalta (ERC) fue más sincera: “No ha habido un acuerdo concreto, pero hacemos una valoración positiva”.

En Cataluña, estos días hay sobredosis de cumbres. Sin ir más lejos, este viernes se reunirán los partidos políticos con representación parlamentaria para exactamente lo mismo que se ha intentado este miércoles con el independentismo: fijar una postura catalana antes de abrir conversaciones con el Gobierno central. Cs y el PP han sido invitados, pero han declinado participar. Lo mismo la CUP, que sin embargo sí que ha acudido este miércoles, sin explicar la razón de esta diferencia. Tampoco se aclara qué se esperaba de la reunión del viernes en caso de que este miércoles se hubiera producido el consenso.

Torra reúne a los partidos y asociaciones independentistas

Sobre la reunión de este miércoles por la tarde de los partidos soberanistas con la ANC y Òmnium Cultural, Budó había marcado por la mañana cuál creía que había de ser el resultado de la reunión para elevarlo a la mesa de diálogo pactada con Madrid: “Exigir el derecho a la autodeterminación, la amnistía, el libre retorno de los exiliados y fin de la represión. Hay que trabajar los ejes básicos que se han de llevar a esta mesa de diálogo”. Sin embargo, no ha habido este acuerdo y habrá que ver si al final se convoca otro encuentro antes de que se constituya la mesa.

La composición de la reunión estuvo muy coja desde el punto de vista democrático. No solo porque resultaba muy discutible que estuvieran presentes la ANC y Òmnium: por videoconferencia participó Toni Comín en su calidad de vicepresidente del Consell per la República, un organismo sin anclaje democrático posible. Que desde el Consell se quisiera condicionar el diálogo con el Gobierno central, parece como mínimo extraño.

Los comunes, vetados

La presencia del Consell per la República en este foro resulta más insultante para los comunes, que pidieron estar en esta reunión alegando su apoyo al derecho a decidir pero que en cambio fueron vetados por la ANC, que alegó que no podían estar presentes por ser socios del PSOE en el Gobierno central. Los comunes, en cambio, como el propio PSC, participarán en la reunión de partidos que tiene justo el mismo objetivo que el encuentro de este miércoles, con lo que tampoco se entiende esta duplicidad de encuentros y convocatorias.

Elsa Artadi ha puesto un gran esfuerzo en desacreditar la nueva mesa de diálogo y su partido, JxCAT, pone el foco en sumar a Carles Puigdemont

Cada uno de los participantes ha pedido una cosa. JxCAT, por ejemplo, exige que se reconozca a Carles Puigdemont como interlocutor. Si ha habido un acuerdo, es que habrá más encuentros para llevar a cabo un seguimiento de cómo vaya evolucionando la mesa entre la Generalitat y el Gobierno central. Es decir, JxCAT quiere colar a Puigdemont en la mesa aunque no sea parte de la Generalitat, pero tampoco hubo acuerdo sobre quiénes serían los interlocutores por parte del Govern. Para evitar nuevos desacuerdos, se evitó incluir este punto en el orden del día.

Elsa Artadi también discrepó, exigiendo que hubiera un mediador independiente, lo que implicaba repescar la figura del relator. Pero esa iniciativa no ha sido respaldada por el resto. Riera fue más duro: “Esta mesa no es un marco de resolución del conflicto”, con lo que estaba desacreditando de partida el foro que se quiere crear.

Sin unidad

La cumbre de este miércoles ha dejado al desnudo el principal problema del independentismo, igual que el principal problema del constitucionalismo: la falta de unidad. Muchos actores, cada uno con agenda propia, sin unos mínimos objetivos comunes. Un Torra especialmente debilitado, con su presidencia cuestionada por temas legales, no parece en la mejor situación para liderar este diálogo que ahora se abrirá.

Dos horas y media de reunión en el Palau de la Generalitat. Había convocado Quim Torra a las fuerzas vivas del independentismo para aunar posturas cara a la constitución de la mesa de diálogo que se pactó entre ERC y el PSOE. Pero la cumbre acabó en fracaso. No hubo acuerdo y sí claras discrepancias que intentó disimular Meritxell Budó, la 'consellera' de Presidència, quien aseguró que “hay un consenso en reclamar la autodeterminación”. Pero eso no fue lo que dijeron sus predecesores. Budó aseguró que estos mínimos pasaban por el “fin de la represión y el derecho a la autodeterminación”.

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