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ERC y PSOE se plantean una negociación larga dentro de un marco complejo
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Aparcan temas económicos

ERC y PSOE se plantean una negociación larga dentro de un marco complejo

Ha de ser una negociación profunda, que se prolongue a lo largo de la legislatura; con actores múltiples, abierta en sus resoluciones y que se traduzca al plano administrativo

Foto: Los equipos negociadores de PSOE y ERC en su segunda reunión. (EFE)
Los equipos negociadores de PSOE y ERC en su segunda reunión. (EFE)

En la ronda de conversaciones previas que están llevando a cabo ERC y PSOE para plantear una mesa negociadora sobre Cataluña, que sirva de condición previa para que los republicanos se abstengan facilitando la investidura de Pedro Sánchez, se están marcando dos premisas: una negociación larga y basada en un marco complejo que permita que entren tanto el Gobierno español, como la Generalitat, pero también otros actores como partidos o asociaciones, según apuntan fuentes conocedoras de los contactos entre ambas formaciones políticas.

Por tanto, las conversaciones están fijadas en cómo ha de ser el marco que dará cobijo a las negociaciones posteriores a la investidura. Otras cuestiones, como temas económicos de los que Cataluña podría beneficiarse, se han aparcado. Ni Oriol Junqueras ni ERC quieren un acuerdo que les sitúe en un pacto largo y estable. Es decir, una línea que vaya de la investidura a votar de manera favorable a los Presupuestos que quiere presentar Pedro Sánchez y luego a una negociación del sistema de financiación autonómica. Todo eso por una abstención le parece a Junqueras un precio caro. En la calle Calabria, sede de los republicanos, prefieren ir paso a paso. Primero la investidura, luego ya veremos.

Por tanto, el foco está fijado en el marco. Y aquí ERC ha ido dando tumbos. Al principio planteó una mesa de partidos que iba a funcionar en paralelo, luego con la carta de Pere Aragonès, vicepresidente de la Generalitat; se pasó a exigir que fuese de Govern a Gobierno; ahora se ha vuelto a cambiar, se plantea un marco más amplio: que pueda dar cabida a la Generalitat y al Ejecutivo español pero también a asociaciones, partidos y otro tipo de colectivos. También ha de ser una negociación larga, profunda… Que se prolongue a lo largo de la legislatura.

Foto: Pedro Sánchez saluda a las presidentas de Congreso y Senado, Meritxell Batet y Pilar Llop, este 6 de diciembre en la Cámara Baja. (EFE)

En este nuevo esquema, ERC conseguiría que los presidentes solo llegasen al final para rubricar los acuerdos previos. Es decir, habría gobiernos, pero se sacaría a Quim Torra de la ecuación, puesto que solo parece tener interés en sabotear las conversaciones; según apuntan fuentes conocedoras de los giros que han ido dando los republicanos.

El próximo martes deberá afrontarse este marco, la metodología que seguirá la negociación. El PSOE aquí ha relajado su posición. Primero la quiso limitar a la Comisión bilateral Estado-Generalitat, ya que ERC quería que participasen los gobiernos de cada parte. Pero ahora mantiene una postura más abierta.

Sin límites

Otra de las peticiones de ERC apunta a que no se marquen objetivos concretos como podrían ser, por ejemplo, una reforma estatutaria o cambios en el sistema de financiación autonómica. La negociación se ha de plantear de una manera abierta, de tal forma que la conclusión de la misma no esté predeterminada. Es la fórmula "que se pueda hablar de todo".

Además de definir en qué marco se desarrolla el diálogo hay que establecer cómo se llevará lo acordado a una esfera de ejecución administrativa

Por tanto, ahora todo pasa por buscar fórmulas imaginativas para enmarcar el diálogo. El problema no es reunir a la Generalitat, el Gobierno, partidos y otros colectivos. El problema jurídico aparece si se quiere trasladar directamente los acuerdos de estas reuniones a acciones de gobierno calificando de "decisiones de gobierno" a dichos acuerdos. La cuestión estriba en cómo trasladar los posibles acuerdos al BOE (Boletín Oficial del Estado).

Margen para un acuerdo

Los pactos de las comisiones bilaterales Generalitat-Estado tienen esta capacidad, pueden pasar al BOE. Se pueden designar políticos ajenos a la Generalitat. Por ejemplo, Josep Antoni Durán-Lleida, que solo era diputado, presidió la Comisión Mixta de Traspasos Estado-Generalitat en 2010.

Los espacios jurídicos para actuar existen. O los negociadores designados por las partes se pueden reunir al margen de estos espacios con el peso político que se les quiera dar. Solo que los negociadores deberán ser conscientes de que lo que allí acuerden tendrá que hacer un recorrido posterior (parlamentario o por la comisión de subsecretarios) hasta que se formalice en el BOE.

Otra vía es que cualquier órgano pre-existente puede contener asesores designados por las partes. Ahora bien, una comisión presidida por la parte "catalana", por Oriol Junqueras o Carles Puigdemont, sería imposible. Aquí el PSOE tendría sus límites, sus propia líneas rojas.

En la ronda de conversaciones previas que están llevando a cabo ERC y PSOE para plantear una mesa negociadora sobre Cataluña, que sirva de condición previa para que los republicanos se abstengan facilitando la investidura de Pedro Sánchez, se están marcando dos premisas: una negociación larga y basada en un marco complejo que permita que entren tanto el Gobierno español, como la Generalitat, pero también otros actores como partidos o asociaciones, según apuntan fuentes conocedoras de los contactos entre ambas formaciones políticas.

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