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'Fake new' en Cataluña: del falso secuestro a la llamada de Marlaska al jefe de Urgencias
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'Fake new' en Cataluña: del falso secuestro a la llamada de Marlaska al jefe de Urgencias

A la Policía Nacional, se la llama ‘fuerzas de ocupación’; a la Guardia Civil, ‘fuerzas paramilitares’; a las detenciones, ‘secuestros’; a la Audiencia Nacional, ‘tribunal especial’...

Foto: Disturbios en Barcelona tras la sentencia del 'procés'. (EFE)
Disturbios en Barcelona tras la sentencia del 'procés'. (EFE)

Durante la mañana de este miércoles, un mensaje por las redes sociales fue lanzado masivamente en Cataluña: “Laura Solé, secuestrada por la Policía española en Tarragona”. Solé fue, en realidad, una de las detenidas en los últimos disturbios callejeros. La importancia del tuit no está en el contenido en sí, a pesar de que la acusación de 'secuestro' a la Policía no deja de ser un elemento propagandístico basado en el lenguaje bélico que está promoviendo el independentismo. La importancia reside en el hecho de que uno de los que lanzaban el mensaje era Josep Lluís Alay, un alto cargo de la Generalitat con sueldo de 100.000 euros anuales.

La exdiputada de la CUP Mireia Boya (alejada ahora de sus responsabilidades por enfrentamientos internos) es otra que se apunta a la distribución del falso secuestro: “El secuestro de Laura Solé en Tarragona por parte del CNP ni se perdona ni se olvida”, advierte la activista. Y su compañero de filas, el exdiputado Antonio Baños, terció lo mismo: “Laura Solé fue secuestrada por la Policía”.

Foto: Los Mossos d'Esquadra cargan contra los miles de personas que se agolpan ante el aeropuerto de El Prat. (EFE)

Son tres ejemplos de cómo el lenguaje distorsionado es utilizado casi como ‘arma de desinformación masiva’ en la crispada sociedad catalana de hoy. La dislocación de los conceptos es una de las tácticas de propaganda para intentar crear una realidad paralela y darle carta de naturaleza. Así, a la Policía Nacional se la llama ‘fuerzas de ocupación’; a la Guardia Civil, ‘fuerzas paramilitares’; a las detenciones, ‘secuestros’; a la Audiencia Nacional, ‘tribunal especial’

El hecho de que altos cargos del Govern se abonen a la propaganda de la desinformación no deja de ser preocupante, ya que precisamente por su condición de cargos públicos se les debe exigir una mayor prudencia y discreción en sus comunicaciones. Alay era uno de los acompañantes de Carles Puigdemont cuando el ‘expresident’ fugado fue detenido en Alemania en marzo de 2018. Y, actualmente, en pago a los servicios prestados, es jefe de su oficina. Entre el 13 de junio y el 15 de julio del año pasado, ofició como coordinador de las políticas internacionales de la Presidencia de la Generalitat, hasta que fue cesado para pasar a ser jefe de la oficina de Puigdemont. Ahora, su cometido es “organizar y controlar los actos, audiencias, las visitas y los viajes de Puigdemont”, entre otras tareas menores.

Mentiras sobre el policía malherido

Este miércoles a primera hora, también denunciaba a través de las redes sociales que los Mossos “entran ilegalmente en un edificio de la Universidad de Barcelona e identifican a miembros del Movimiento Estudiantil (…) ¡Exigimos responsabilidades!”. En realidad, un grupo de alumnos se había quedado a dormir en la Facultad de Derecho, alentados por los sindicatos de estudiantes alineados por el ‘procés’, que a su vez están teledirigidos por algunos despachos de instituciones políticas catalanas. De las palabras de Alay se deduce que, para él, ocupar las instalaciones públicas es normal, pero identificar a quien las ocupa no lo es. O peor: es un delito. Lo cierto es que, para evitar males mayores, la actividad académica fue suspendida durante la jornada de este miércoles en la Facultad de Derecho. Ese era el objetivo de los sindicatos independentistas, romper la normalidad vigente y trastocarla.

placeholder Manifestación estudiantil en Barcelona, en protesta por la sentencia del 'procés'. (EFE)
Manifestación estudiantil en Barcelona, en protesta por la sentencia del 'procés'. (EFE)

Alay es también uno de los que se suman a la campaña distorsionadora que propugna la teoría de que el policía herido muy grave en los disturbios de la semana pasada en Barcelona no fue atacado por los manifestantes sino por sus propios compañeros… o se pegó un tiro él mismo. Una campaña radicalmente falsa pero que ha encontrado eco en algunas plataformas ultraindependentistas para crear un falso relato contra España y las ‘fuerzas de ocupación’.

No es la primera vez que Alay la arma en las redes: hace unos meses, tuiteó una fotografía de un militar caminando por una calle con un mensaje en inglés: “Una calle de Barcelona ayer, frente a una escuela: Cataluña, bajo la ocupación colonial española”, tuiteaba, para dar a entender que el Ejército español había tomado militarmente Cataluña. Propaganda bélica que añade gasolina a la hoguera de las calles.

Pero esa campaña de ‘fake news’ abarca a muchos más actores. La Generalitat, por ejemplo, fue quien alentó el escrache contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando este fue a visitar a los policías heridos al hospital Sant Pau el pasado lunes. Círculos políticos y plataformas radicales distribuyeron masivamente testimonios de supuestas enfermeras del hospital donde se hablaba de que los policías no estaban ni siquiera heridos, sino que todo era una gran mentira urdida por España.

La historia de una tal Marta

Para dar verosimilitud a la historia, el independentismo se inventó las declaraciones de una enfermera llamada Marta. “Tenemos ingresados dos policías nacionales en mi planta y los tengo que llevar yo”, decía la supuesta enfermera, con un icono que simboliza una carcajada. Decía también: “Les han dado el alta porque no tenían nada. Uno, un golpe en la frente, y el otro decía que le dolía la espalda. Y ahora que ya iban a marchar, me hacen trasladarlos a una planta privada con vistas”. No solo eso: “No tienen nada, pero ha llamado el Marlasca (sic) al jefe de Urgencias para decir que se queden ingresados”.

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Captura de una conversación de WhatsApp.

Los medios de comunicación que alimentan la mayoría de las ‘fake news’, con estrechos vínculos con algunas instituciones y colectivos ultrarradicalizados, llegaron a publicar ingentes detalles de la llamada del ministro del Interior al jefe de Urgencias. Esta información ha sido radicalmente desmentida por fuentes de Interior y del propio hospital, ya que ni el ministro llamó al facultativo ni Sant Pau tiene “plantas privadas con vistas”.

Algunos medios son más categóricos. Ante la obviedad de la gravedad de uno de los policías (negada en un principio), algunos medios echaron el resto: “El informe médico del hospital indica que el agente de policía gravemente herido fue por el disparo fortuito de un compañero durante las cargas de Urquinaona”. Esta afirmación se sustenta en un vídeo con las imágenes del momento en que el policía es atendido por sus compañeros. Apenas se ve nada y mucho menos se oye, pero la desinformación llega al extremo de señalar a uno de los policías presentes que se separa del grupo “porque el disparo le perforó los tímpanos” o que otro policía grita "lo he matao, lo he matao".

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Continuación de la conversación sobre la supuesta llegada de Marlaska al hospital.

Las versiones ‘fake’ de este suceso están alentadas desde la estructura de Tsunami Democràtic y hay grupos que se tomaron la 'información' al pie de la letra. El bulo se extendió, al parecer, desde Kit Radio, que se promociona como una emisora de radio independiente “para contar aquello que no se atreven el resto de medios de comunicación”. Afirma la emisora que su cometido es “contar con rigor la verdad de aquello que sucede, haciendo periodismo real y verídico”. Fue esta emisora la que, hace unas semanas, se hizo eco de otra falsa llamada de Angela Merkel a Pedro Sánchez para mostrarle su enfado por las detenciones de nueve activistas el pasado 23 de septiembre, acusados de terrorismo.

No es el primer vídeo manipulado que circula. Otra escena grabada durante los disturbios en paseo Sant Joan muestra a unos manifestantes prendiendo fuego a una barricada. La voz en 'off' de la mujer que graba dice que son policías. “¡Qué fuerte! Han incendiado los 'containers' los mismos policías. ¡Para alucinar! (…) ¡Qué fuerte me parece que la policía esté haciendo los incendios. ¡Uau! ¡Qué fuerte!”, decía el vídeo, enviado a las redes por Sindicalistes per la República (SxR). La manipulación era tal que algunos de los propios independentistas censuraban que se acusase a las fuerzas del orden. “Uf, ya hay desinformación. Uno no sabe lo que es cierto y lo que no. No veo a ningún policía incendiando el 'container' (…) Pues yo solo los veo al lado”, lamentaba Enric C.

Durante la mañana de este miércoles, un mensaje por las redes sociales fue lanzado masivamente en Cataluña: “Laura Solé, secuestrada por la Policía española en Tarragona”. Solé fue, en realidad, una de las detenidas en los últimos disturbios callejeros. La importancia del tuit no está en el contenido en sí, a pesar de que la acusación de 'secuestro' a la Policía no deja de ser un elemento propagandístico basado en el lenguaje bélico que está promoviendo el independentismo. La importancia reside en el hecho de que uno de los que lanzaban el mensaje era Josep Lluís Alay, un alto cargo de la Generalitat con sueldo de 100.000 euros anuales.

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