Torra y Aragonès culpan a la falta de diálogo del Gobierno de la violencia en la calle

A más violencia en la calle, menos denuncia de la misma desde la Generalitat. La declaración de Quim Torra, de nuevo tarde, resultó decepcionante para los que esperaban una condena de los disturbios que anoche arrasaron Barcelona y otras capitales de Cataluña. Tampoco ni una palabra de apoyo a los Mossos. Y sorprendió a todo el mundo. Fue conjunta con el vicepresidente Pere Aragonès y se centró en denunciar la falta de diálogo entre el Gobierno español y Cataluña y de la que se culpó a Madrid. Se dio imagen de unidad de un Govern al que todo el mundo da como tocado de muerte. Pero no se calmó a la ciudadanía.

“Instamos al presidente del Gobierno a que se reúna en una mesa sin condiciones. Nosotros hemos estado siempre y no nos hemos levantado nunca. Hoy es más urgente que nunca”, destacó Torra mientras los daños de esta semana se evalúan en millones.

Aragonés fue más lejos. Aseguró que entendía “la frustración de la gente” fruto de “en primer lugar, por una sentencia a líderes del país que suma más de 100 años de prisión y que recorta derechos y libertades. Y una sentencia que profundiza el conflicto y no representa ninguna forma de justicia”. El vicepresidente catalán sentenció: “Hace tiempo que pedimos una reunión a Pedro Sánchez y él solo envía al ministro del Interior”.

Quim Torra y Pere Aragonès hicieron estas declaraciones tras reunirse con los alcaldes de Girona, Tarragona y Lleida, pero Ada Colau, no ha participado en este encuentro. En todo caso, la comparecencia dio una imagen de un Palau de la Generalitat que ha perdido el control de la calle y sabe que no vale la pena dirigirse a los que están cada noche destrozando la capital catalana. No tienen nada que ver con ellos, carecen de control sobre estos grupos que buscan el mismo objetivo que ellos. La ANC y su papel de correa de transmisión con el activismo en la calle ha pasado a la Historia.

La comparecencia dio la imagen de una Generalitat que ha perdido el control de la calle y sabe que no vale la pena dirigirse a los que destrozan Barcelona

El presidente catalán aseguró que “el movimiento independentista es masivo, transversal y pacífico y ayer la confluencia de las marchas fue lo más importante que pasó”, con lo que estaba restando importancia a lo ocurrido anoche en Barcelona, que más que Barcelona parecía el Ulster en los años ochenta. Lo más parecido a una condena fue la frase de Torra: “El deseo de independencia se ha de expresar pacíficamente. La violencia nunca será nuestra bandera. Hacemos un llamamiento conjunto a la responsabilidad y ninguna de forma de violencia nos representa”.

Torra agradeció además “las muchas muestras de apoyo a la causa catalana que han tenido repercusión en todo el mundo”, mientras que Pere Aragonès declaraba: “Pedimos que la policía española actúe en Cataluña con los mismos criterios de proporcionalidad y con los protocolos fijados en Cataluña”. Eso quiere decir que no disparen balas de goma y que disparen proyectiles de foam, como hacen los Mossos por imperativo legal. Y que sigan los protocolos de la policía autonómica. Como si ese fuese el problema.

ERC se alinea con Torra

Si alguien esperaba que ERC se desmarcara de Torra, ha pasado lo mismo que en octubre de 2017. Nadie quiere ser el primero en bajarse del tren y eso hace que todo se complique. Y ERC sigue la senda que marca el presidente de la Generalitat, antes Puigdemont, ahora Torra.

Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha declarado en un acto aparte que “esto no puede seguir así. Barcelona no se lo merece” y ha denunciado “destrozos muy grandes” y han lamentado las agresiones de la policía a los periodistas que estaban cubriendo los disturbios.