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Ni el Liceu se salva: gritan "¡libertad presos!" en la ópera y responden "¡viva España!”
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BATALLA POLÍTICA EN EL TEMPLO DE LA CULTURA

Ni el Liceu se salva: gritan "¡libertad presos!" en la ópera y responden "¡viva España!”

Un grupo de asistentes a la ópera Turandot trató de reventar el acto con gritos y exhibición de pancartas este martes. "Antes, la gente callaba y tragaba, pero muchos ya están hartos"

Foto: Estreno mundial de la nueva producción de la ópera "turandot" en el gran teatro del Liceu. (EFE)
Estreno mundial de la nueva producción de la ópera "turandot" en el gran teatro del Liceu. (EFE)

Estaba a punto de comenzar en el Liceu el tercer y último acto de la ópera 'Turandot', una de las obras más populares del mundo, cuando de repente, justo antes de sonar la música, con las luces apagadas, alguien desde la zona noble gritó "¡libertad presos políticos!" y exhibió la clásica pancarta blanca de Òmnium Cultural con el lema en letras negras. Al instante, varias personas en platea y en varios pisos empezaron a aplaudir, y ahí fue cuando otros asistentes, todos ocultos en la oscuridad y con los artistas esperando tras el telón, trataron de contener la salida de tono. "¡Callad, esto es el Liceu!", les afearon, pero la algarada independentista continuaba. Así que algunos entraron al trapo de la batalla dialéctica y gritaron “¡viva España!” y hasta “¡viva el Rey!”. Ocurrió en la noche de este martes, mientras las calles del centro de Barcelona ardían entre el fuego de contenedores y cócteles molotov.

Foto: Foto: Reuters.

“Los gritos no venían del sexto piso sino del primero o segundo. Me giré y vi la pancarta. No me podía creer esa falta de respeto a los artistas”, explica uno de los asistentes al espectáculo. “En el entreacto no percibimos nada, todo iba normal. No sé si entre ellos lo hablaron y quisieron boicotear la ópera o fue algo más espontáneo al ver sus wasaps, aunque nadie lleva una pancarta de Òmnium al Liceu de forma espontánea”. La algarada terminó tras uno o dos minutos de tensión, cuando el director musical del Liceu, Josep Pons, decidió hacer sonar la música y lanzar ese tercer acto tan esperado por el público, pues ahí se alcanza el clímax de la obra con el aria “Nessun dorma”.

placeholder Protesta de estudiantes en el interior del Liceu contra un acto de Ciudadanos. (EFE)
Protesta de estudiantes en el interior del Liceu contra un acto de Ciudadanos. (EFE)

El testigo, asiduo a la programación del templo de la cultura catalana y lugar de encuentro de su burguesía, afirma que no es la primera vez que aparecen esteladas, pancartas y hay gritos independentistas en el teatro, aunque subraya que algo cambió este martes. “Hasta ahora, la gente se callaba y tragaba, les dejaba liarla sin decir nada. Pero esta vez ha habido protestas, porque muchos ya están hartos. Primero les pidieron que se callen y no metan la política en el Liceu, y luego sonaron gritos de 'viva España'. No fue solo una persona la que protestó, hubo unos cuantos silbidos y gritos de protesta. El otro 80% del teatro estaba callado escuchando el bochorno”.

Tras este episodio, que demuestra cómo el virus de la política se ha adueñado de casi todos los espacios en Cataluña, la ópera 'Turandot' finalizó sin mayor contratiempo. En mayo, un concierto de Andrés Calamaro también se enredó después de que el cantautor argentino dijera, “Yo amo a Cataluña... Amo a Cataluña española”, y algunos asistentes le increparan, a lo que Calamaro respondió que a quien no le gustara lo que decía era libre de abandonar el teatro.

Estaba a punto de comenzar en el Liceu el tercer y último acto de la ópera 'Turandot', una de las obras más populares del mundo, cuando de repente, justo antes de sonar la música, con las luces apagadas, alguien desde la zona noble gritó "¡libertad presos políticos!" y exhibió la clásica pancarta blanca de Òmnium Cultural con el lema en letras negras. Al instante, varias personas en platea y en varios pisos empezaron a aplaudir, y ahí fue cuando otros asistentes, todos ocultos en la oscuridad y con los artistas esperando tras el telón, trataron de contener la salida de tono. "¡Callad, esto es el Liceu!", les afearon, pero la algarada independentista continuaba. Así que algunos entraron al trapo de la batalla dialéctica y gritaron “¡viva España!” y hasta “¡viva el Rey!”. Ocurrió en la noche de este martes, mientras las calles del centro de Barcelona ardían entre el fuego de contenedores y cócteles molotov.

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