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Radicales catalanes 'enseñan' las tácticas de las protestas de Hong Kong
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en consonancia con el mensaje de Torra

Radicales catalanes 'enseñan' las tácticas de las protestas de Hong Kong

Por las redes de activistas ha corrido como la pólvora, por ejemplo, un vídeo sobre “cómo inutilizar botes de gas lacrimógeno de cara al 11-S”

Foto: Varios manifestantes permanecen tras una barricada durante una marcha contra el Gobierno en Hong Kong (China). (EFE)
Varios manifestantes permanecen tras una barricada durante una marcha contra el Gobierno en Hong Kong (China). (EFE)

El independentismo catalán está estudiando a fondo las protestas de Hong Kong para aprender técnicas y tácticas de enfrentamiento con el Estado. Los cortes de calles, la forma de enfrentarse a la policía china o las acciones de boicot de los grupos de agitadores son estudiados minuciosamente por diversos colectivos catalanes para intentar sacar algún provecho.

El propio presidente de la Generalitat, Quim Torra, aludió este jueves en Madrid a la situación política de Hong Kong para realizar un paralelismo con Cataluña y sentenciar que si China acabó cediendo ante las protestas ciudadanas y retirando el decreto de extradición, Cataluña aprovechará la sentencia del 1-O para presionar de la misma manera a España. “Ya no esperamos ninguna propuesta de encaje en España, solo democracia, toda la democracia”, subrayó. Esta actitud, junto a su exigencia de que la sentencia sea absolutoria so pena de ‘incendiar’ las calles catalanas, provocó que tanto PP como Ciudadanos le tachasen de totalitario y de antidemócrata.

El tema de la excolonia británica también ha sido objeto de numerosos debates en foros cerrados soberanistas, que han detallado las acciones paso a paso para ver si en Cataluña se pueden repetir. Por las redes de activistas ha corrido como la pólvora, por ejemplo, un vídeo sobre “cómo inutilizar botes de gas lacrimógeno de cara al 11-S”. En el vídeo en cuestión, grabado el pasado sábado, se ve a un activista cómo recoge (convenientemente protegido con guantes y careta antigás, y con la cara cubierta para no ser identificado) el bote de gas, lo mete dentro de otro bote más grande y lo agita hasta destrozarlo.

Los dos aspectos más relevantes que se han estudiado son la forma de cortar vías de comunicación y el asalto del aeropuerto, en el que la policía no pudo cargar porque estaba lleno de turistas. Es un dato a tener en cuenta en las próximas movilizaciones, aunque de hecho, siempre se había tenido en cuenta paralizar, al menos, el aeropuerto de El Prat en las protestas catalanas. Uno de los ‘gurús’ del radicalismo enviaba a sus acólitos un claro mensaje este mes de agosto: “El aeropuerto de Hong Kong es mucho más grande que el de El Prat y lo han hecho con 5.000. Resultado hoy: todos los vuelos de salida suspendidos”. Y luego añadía: “En Hong Kong, si os fijáis en los vídeos, en el aeropuerto solo gritan libertad, no llevan simbología”. Subraya que no tocan los accesos, “solo llenan y colapsan las megasalas de espera, por lo que nadie puede llegar a los mostradores a facturar”. Propone, así, aprovechar las huelgas de trabajadores aeroportuarios en Barcelona para hacer lo mismo. “Los manifestantes no tenemos por qué llevar ninguna bandera ni símbolo, simplemente nos añadimos a las colas y la Guardia Civil no sabría quién es turista y quién es manifestante”.

Envidia de Hong Kong

Los activistas se animaban ante esta teoría: “Y también parando un aeropuerto pequeño, como el de Girona. ¿Sabéis cuántos vuelos internacionales hay cada día? Ya hemos visto en Hong Kong cómo se puede hacer, solo nos hemos de organizar”, comentaba uno de los radicales más activos en las redes sociales. Incluso la plataforma Crides per la República se hacía eco de las tácticas de los hongkoneses: “5.000 manifestantes han bloqueado el aeropuerto de Hong Kong. Todos los vuelos cancelados. Sí, lo has leído bien, 5.000. No un millón, ni 500.000 ni 20.000, sino 5.000. Para cuando digáis que no somos suficientes”, arengaba a sus activistas esta plataforma.

Las protestas callejeras de Hong Kong se tornan muy violentas y aumenta la tensión

La prensa soberanista ha seguido también con interés el conflicto de las antípodas. Así, ‘El Nacional’ destacaba que los kongkoneses convocaban su propia ‘vía catalana’, es decir, una “cadena humana” (como la que se hizo en Cataluña) enlazando distritos del centro de la ciudad. O que China, a pesar de ser una dictadura, anunciaba una “plataforma de diálogo” ante las protestas. Inevitable el ‘paralelismo’ de este medio con España.

Y ‘Vilaweb’ resaltaba que la excolonia “se rebela con una gran huelga general contra el poder chino”, que se intensificaba la represión contra los “líderes pro democracia” y que la UE veía muy preocupante el arresto de activistas. Todos los diarios independentistas concedieron también lugares privilegiados a la noticia de que los revoltosos de Hong Kong habían conseguido la retirada de la ley de extradición, uno de los puntos que reclamaban.

Incluso TV3 dio un alto protagonismo al tema con un sesgo curioso: “Opositores de Kong Kong protestan lanzando polvo de extintores en una estación de metro”, titulaba la televisión pública catalana, dando el protagonismo a los agitadores.

placeholder Sentada de los manifestantes en el aeropuerto internacional de Hongk Kong. (Reuters)
Sentada de los manifestantes en el aeropuerto internacional de Hongk Kong. (Reuters)

En un artículo también publicado en 'Vilaweb' y extensamente reenviado luego por redes sociales, el profesor Joan Ramon Resina (director del Programa de Estudios Ibéricos de la Universidad de Stanford) condensaba el sentimiento de impotencia del soberanismo en estos momentos: “El dilema del independentismo consiste en avanzar a la fase siguiente, hongkonesa, de la resistencia activa, o bien renunciar incluso a la resistencia pasiva, manifiesta en el simbolismo de los lazos amarillos y acciones de apoyo a los presos políticos”.

“¿Dónde están los jóvenes?”

El exmiembro de La Trinca Josep Maria Mainat explicaba esta semana: “Estoy siguiendo con atención lo que pasa en Hong Kong pero, en los actos republicanos donde he participado últimamente, he visto gente con una media de edad a la que no se le puede pedir según qué. ¿Dónde están los jóvenes? ¿Si rompemos los huevos, responderán?”. Se refería a que son los jóvenes los que conforman la vanguardia de las protestas en la excolonia británica.

Laia Estrada, portavoz de Arran, la organización que agrupa a los jóvenes de la CUP, le respondía. “¿Dónde está la juventud? Acumulando causas represivas instruidas por ‘mossos’ y ‘expulsados’ de las manifestaciones por querer taparse la cara precisamente para evitar acumular más causas represivas”. Y la propia organización juvenil le daba un zasca en toda regla: “Los jóvenes estamos en la calle. Asumiendo responsabilidades y causas represivas. Cuando nos cubrimos el rostro para protegernos y evitar más represión: criminalización y señalamiento. No claudicamos. Capuchas”.

El independentismo catalán está estudiando a fondo las protestas de Hong Kong para aprender técnicas y tácticas de enfrentamiento con el Estado. Los cortes de calles, la forma de enfrentarse a la policía china o las acciones de boicot de los grupos de agitadores son estudiados minuciosamente por diversos colectivos catalanes para intentar sacar algún provecho.

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