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La última locura 'indepe': Napoleón invadió España por un pacto con los catalanes
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'UNIVERSIDAD' DE VERANO PARA SOBERANISTAS

La última locura 'indepe': Napoleón invadió España por un pacto con los catalanes

El director de la Universitat Nova Historia ha dirigido un escrito a los participantes en el que introduce nuevos elementos para magnificar una historia de Cataluña que pudo haber sido y no fue

Foto: 'La carga de los mamelucos'. (Francisco de Goya)
'La carga de los mamelucos'. (Francisco de Goya)

Este jueves, comienza en la localidad tarraconense de Montblanc, como cada agosto, la Universitat Nova Historia, un foro organizado por el Institut Nova Historia (INH), que reúne a los pseudohistoriadores revisionistas que sostienen que España nunca ha existido como nación, que Cataluña es un Estado desde hace más de 1.000 años y que los más importantes escritores y personajes españoles y europeos del último milenio eran en realidad catalanes pero la censura hizo que sus identidades fuesen alteradas: Erasmo de Rotterdam, Leonardo da Vinci, Miguel de Cervantes, Hernán Cortés, Francisco de Pizarro, Cristóbal Colón, Santa Teresa de Jesús o Miguel Servet, por poner solo algunos ejemplos.

Con motivo de la ‘universidad’ de este año, el director del INH, Jordi Bilbeny, dirigió un escrito a los participantes en el evento que no tiene desperdicio. Se trata de un artículo en el que enumera las falsedades de la historia y en el que introduce nuevos elementos para magnificar una historia de Cataluña que pudo haber sido y no fue.

Bilbeny justifica sus teorías con el “rigor que más de treinta años de estudios avalan”. De ahí que asegure que la historia oficial de Cataluña “es un fraude”. Ahora ya no se trata solo de reivindicar personajes famosos como catalanes que escondían sus orígenes por miedo a la represión de Castilla. La historia misma comienza a ser puesta en duda, hasta el punto de que da a entender que la invasión napoleónica de España fue una decisión de… Cataluña.

Foto: Fachada del edificio histórico de la Universidad de Barcelona. (EFE)

No se corta el director del INH al advertir de que “el tamborilero del Bruc no era un mozalbete de carne y hueso, sino un personaje extraído de la mitología catalana”. Que se lo digan a la exdiputada Anna Balletbó, que tiene en su currículo el dato de que uno de sus ascendientes es, precisamente, ese tamborilero, que hizo huir a las tropas francesas tocando el tambor, cuyo sonido, multiplicado por el eco, provocó que los invasores creyesen que había todo un ejército esperándolos.

A continuación, Bilbeny lanza la gran bomba: “Los franceses no vinieron de vacaciones a España, sino que la invasión formaba parte de una estrategia política catalana para recuperar algo del viejo Estado autónomo que los Borbones aniquilaron”. Es la teoría que les faltaba para rematar un pasado glorioso, aunque en realidad algunos historiadores se han llegado a imaginar un imperio catalán hace solo 500 años. En otras palabras: la teoría del INH es que Napoleón Bonaparte, influenciado por los catalanes, invadió la península Ibérica para que los independentistas recuperasen parte del territorio de un Estado que jamás había existido.

"Aragón jamás gobernó la nación catalana"

No se quedan ahí las teorías de Bilbeny. También sostiene en este escrito que ”Colón no era genovés y América no fue reservada en exclusiva a Castilla”. La teoría de los revisionistas era que la conquista del nuevo continente fue obra exclusiva de catalanes, aunque asumen su parte de culpa en el genocidio de etnias americanas. En este sentido, sigue diciendo el escrito que “el independentismo y el federalismo de todas las naciones americanas que se liberaron de España no les provenía de Castilla”. El mensaje intrínseco es que ese sentimiento independentista había sido propagado por Cataluña, en un momento en que el federalismo ni existía ni se le esperaba y en el que el sentimiento de independencia no era por razones culturales, ya que ninguna de las revueltas fue encabezada por grupos étnicos autóctonos.

Foto: Imagen de una 'senyera' tras una verja en Barcelona. (Reuters)

En la misma línea, asegura que Castilla “no creó ningún imperio español con navegantes extremeños y castellanos”. La teoría es que solo los catalanes eran buenos navegantes y los que podían acometer viajes oceánicos. Otra de sus ideas es que “Aragón jamás gobernó la nación catalana”, obviando que los condados de Cataluña [este territorio no tenía una unidad jurídica] dependían precisamente de la Corona de Aragón.

Reconoce, eso sí, que “el 11 de septiembre no fue una derrota del independentismo, sino de una corriente (sic) española que solo quería un rey diferente para España”. En este caso, no anda muy desencaminado, puesto que Rafael Casanova y los sitiados en Barcelona luchaban a favor de la Casa de Austria (una monarquía absolutista y centralista) frente al Borbón que ganó la batalla (y que en aquel momento podría considerarse como la monarquía más descentralizadora y aperturista de Europa).

Foto: Fotomontaje de la llegada de Colón a América.

Para justiciar sus tesis, Bilbeny asegura que la historia que se enseña en las universidades (excepto en la suya, claro) “es una construcción política hecha a dos manos: la del Estado y la de la Iglesia católica, que a menudo eran la misma cosa y que incluso eran gobernados por la misma Inquisición. La Historia es un pacto de Estado. Es una razón de Estado. Sus esbirros se llaman censores”, clama Bilbeny, antes de afirmar que fue la Inquisición la que reescribió todos los libros para falsificar la historia.

"Al lado de la luz y el conocimiento"

“Nuestra lucha no es ni el desengaño ni la vanidad, ni el dogma ni el ilusionismo ufano, sino solo la comprensión de los hechos. Por eso investigamos”. Y señala luego que “en nuestra universidad —en la Universidad de Montblanc— no hay censura, sino un estudio infinito. La Inquisición se ha convertido en pesquisa y todas las amenazas de silencio se han convertido en ponencias, debate, argumentos, pruebas, libros, documentos, grabados, crítica y razones”. El director del INH termina subrayando que él estará en Montblanc “al lado de la luz y del conocimiento, al lado del rigor y al lado de los valientes que la hacen posible”.

Foto: Fotomontaje: EC.

La ‘universidad’ tiene lugar del 1 al 5 de agosto y en ella se impartirán conferencias y se presentarán estudios y libros. Entre los debates o conferencias, figuran ‘Zoónimos catalanes por todo el mundo’, conferencia de Francesc Jutglar; la presentación de la obra ‘Erasmo y el imperio catalán de Carles I’, de Pep Mayolas; ‘Las identidades catalanas de Cervantes, Cervera o Servent’, de Pere Coll; ‘Cristóbal Colón, príncipe de Cataluña’, del propio Bilbeny, o ‘La conquista catalana de Granada y el Gran Capitán’, conferencia a cargo de Montserrat Montesinos.

Pero también hay tiempo para proyectar documentales (como el más famoso del INH, ‘Desmontando a Leonardo’, donde reclama la nacionalidad catalana para el genio italiano), presentar la Organització per l’Aliberament de Catalunya (OAC), plataforma registrada hace unas semanas en la ONU, en un acto a cargo de su fundador, Jordi Fornas, realizar salidas naturalistas o materializar “un concierto homenaje a los presos políticos y a los luchadores por la libertad de Cataluña”.

Los actos son inaugurados con sendos discursos, entre otros, de Josep Andreu, alcalde de Montblanc; Josep Sánchez, alcalde de Arenys de Munt, y Albert Codinas, presidente del INH, un empresario que ha recibido al menos seis millones de euros en forma de contratos públicos en los últimos años.

Este jueves, comienza en la localidad tarraconense de Montblanc, como cada agosto, la Universitat Nova Historia, un foro organizado por el Institut Nova Historia (INH), que reúne a los pseudohistoriadores revisionistas que sostienen que España nunca ha existido como nación, que Cataluña es un Estado desde hace más de 1.000 años y que los más importantes escritores y personajes españoles y europeos del último milenio eran en realidad catalanes pero la censura hizo que sus identidades fuesen alteradas: Erasmo de Rotterdam, Leonardo da Vinci, Miguel de Cervantes, Hernán Cortés, Francisco de Pizarro, Cristóbal Colón, Santa Teresa de Jesús o Miguel Servet, por poner solo algunos ejemplos.

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