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Una ola de crímenes fuerza al Ayuntamiento de Barcelona a lanzar una ofensiva policial
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julio, un mes 'negro' con cinco asesinatos

Una ola de crímenes fuerza al Ayuntamiento de Barcelona a lanzar una ofensiva policial

Los delitos en la ciudad de Barcelona crecieron un 9% durante el primer semestre de este año: hubo 115.014 hechos delictivos

Foto: Guardia Urbana, Mossos y Policía Portuaria se despliegan en Barcelona contra los manteros. (EFE)
Guardia Urbana, Mossos y Policía Portuaria se despliegan en Barcelona contra los manteros. (EFE)

Barcelona vive días confusos. Este mes de julio ha sido un mes ‘negro’ en lo que a seguridad se refiere. Cinco asesinatos, varios intentos de violación, enfrentamientos entre bandas, peleas salvajes en plena calle, incidentes con carteristas en el metro… Se trata, en definitiva, de sucesos que crean una alarma social. Oficialmente, los delitos en la ciudad de Barcelona crecieron un 9% durante el primer semestre de este año: hubo 115.014 hechos delictivos. Las estadísticas de los Mossos afirman que, aun así, “los datos delincuenciales muestran un ligero descenso del 2%” debido a la ralentización de las denuncias por hurtos en el mes de abril.

Pero las estadísticas del mes de julio sobrepasaron todas las previsiones. En este mes, hubo en Barcelona cinco asesinatos: tres de ellos con armas de fuego, uno con arma blanca y otro sin armas. Un estremecedor balance que ha disparado, si cabe aún más, las alarmas. Solo hay que comparar los números con los de los primeros seis meses del año: de enero a junio hubo solo tres homicidios en la capital catalana, por lo que el brutal crecimiento de los asesinatos no puede pasar desapercibido, porque en solo un mes hubo casi el doble de muertes violentas que en los seis meses anteriores. Una triste estadística heredada de años de nefasta gestión que ahora se ha de revertir.

La sensación de inseguridad en Barcelona no parece decrecer

El último crimen tuvo lugar a las 4:30 de la madrugada en la zona del Port Olímpic, donde un grupo de ciudadanos del Este de Europa apaleó a un joven chino hasta provocarle la muerte. En esta zona hubo en las últimas semanas varias agresiones sexuales y peleas. El próximo jueves habrá una reunión entre responsables del Ayuntamiento de Barcelona, de la Generalitat de Cataluña y de representantes del ocio nocturno del Port Olímpic para estudiar la problemática y aportar soluciones. “Tenemos la voluntad de combatir el delito y abordaremos acciones para intentar evitar casos como estos”, explicó este lunes Albert Batlle, nuevo responsable de la seguridad de Barcelona.

Un alto cargo del Ayuntamiento de Barcelona señala a El Confidencial que “queremos enviar un mensaje a la ciudadanía de que la seguridad es un tema prioritario en nuestra agenda”. Que la seguridad será mirada de diferente manera es un hecho. Para empezar, como subrayan fuentes municipales a este diario, “la seguridad pasó de no tener ni concejal a tener un teniente de alcaldía [Albert Batlle] en esta legislatura. Eso da una idea de la importancia que ha adquirido”. Es el primer aviso de que algo va a cambiar.

Batlle ya ha nombrado a un equipo de confianza a su alrededor. “Con los nombramientos, quiere decir que nos vamos a dejar la piel en el empeño y que ya cuenta con nuevos profesionales para garantizar la seguridad. Además, es consciente de que hace falta reforzar las unidades”, añaden las fuentes. Fue el segundo mensaje de los cambios que se avecinan.

Un cambio radical

No hay duda de que la política de seguridad de ahora no es la misma que la de hace cuatro años. La alcaldesa, Ada Colau, y su equipo llegaron con la intención de replegar a la Guardia Urbana. Intentaron incluso quitarle las pistolas y disolver la Unitat de Suport Policial (USP), o sea, los antidisturbios de los urbanos, tal y como le exigía la CUP. El divorcio entre equipo municipal y urbanos fue inevitable. Con altos cargos políticos del ayuntamiento más proclives a defender a manteros, okupas o alborotadores que a miembros de las fuerzas de seguridad, los desencuentros con las responsables del orden público que deberían velar por la seguridad y la honestidad fueron continuos. El desastre fue tal que la delincuencia se disparó, hasta llegar a una situación casi insostenible.

Foto: Ada Colau en un acto de campaña. (EFE)

La llegada de Batlle (anteriormente en el PSC, pero ahora formando parte de sus listas en representación de Units per Avançar, el partido heredero de la antigua Unió Democràtica) significa un revulsivo. Batlle fue concejal de Barcelona con Pasqual Maragall durante años y luego fue secretario de Prisiones en el Tripartito. Más tarde pasó por la Oficina Antifraude de Cataluña hasta que fue repescado por el consejero de Interior, Ramon Espadaler, para ser director general de la Policía hasta que dimitió en verano de 2017 tras ver la deriva independentista seguida por Puigdemont para materializar el referéndum del 1 de octubre.

“Batlle es un hombre que sabe lo que se trae entre manos, conoce el tema de la seguridad muy bien y tiene las ideas claras. Es uno de los pocos que pueden poner orden en este sector”, explica un antiguo cargo del ayuntamiento a El Confidencial. Lo malo es que las plantillas de la Guardia Urbana llegaron casi a una ruptura total con la alcaldesa y su equipo. Y ahora le tocará al nuevo equipo rehacer puentes de entendimiento y recuperar la mutua confianza.

Además, Batlle ha reactivado el entendimiento con la Consejería de Interior. Es el tercer mensaje a la ciudadanía: la cooperación de todos los cuerpos para hacer una ciudad más segura y sacarse de encima la reciente fama de ciudad más insegura de España. Hace pocos días, el consejero de Interior, Miquel Buch, anunció que destinaría 320 agentes más a patrullar la capital catalana. Y el ayuntamiento convocará 1.000 plazas de agentes de la Guardia Urbana durante los próximos cuatro años, además de los 139 que se acaban de incorporar. Todo un éxito, dado el déficit de agentes con que cuenta Barcelona. Este lunes, Batlle presentó una gran operación contra el 'top manta', una actividad bastante tolerada por el anterior Gobierno municipal, con la participación de más de 100 agentes de la Guardia Urbana, Mossos d’Esquadra y Policía Portuaria.

Barcelona despliega a un centenar de agentes contra el 'top manta'

Esta actividad, que había soliviantado al comercio contra Colau, provocó no pocas manifestaciones durante los últimos años. Altos cargos del consistorio eran partidarios de una permisividad que ahora se combatirá. “Es una operación que tendrá una duración 'sine die' para erradicar la venta ilegal de los alrededores de la estatua de Colón, de la avenida Joan de Borbón, de plaza Cataluña, de paseo de Gracia, de las Ramblas y de la Rambla de Cataluña. Se trata de una intervención de saturación, de presión constante, para impedir que la actividad ilegal se desarrolle”, explicó el responsable de la seguridad municipal este lunes. Es el tercer mensaje, contundente, que demuestra que algo está cambiando.

Pasquines del metro

Otro de los grandes problemas es la delincuencia en el metro. Por las redes sociales, se han comenzado a distribuir pasquines con fotografías de más de una treintena de carteristas que actúan en el suburbano de Barcelona. Algunos de los pasquines son colectivos y otros, individuales, pero en todos se aprecian a la perfección los rostros de los supuestos cacos.

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Además, este mes de julio, nació Salvalona, una plataforma formada por la Patrullas Ciudadana (un grupo que recorre el metro alertando de la presencia de carteristas), la empresa de seguridad Premier Services y Élite Taxi. Aparte de las patrullas, también tiene una gran actividad la plataforma BCN Helpers, que avisa en tiempo real, a través de Twitter, dónde se están produciendo delitos o alerta de la presencia de tironeros, carteristas o delincuentes.

En definitiva, ante la falta de efectividad de la Administración, los vecinos han comenzado a organizarse por su cuenta para poder viajar o pasear con tranquilidad. El pasado viernes, la Patrulla Ciudadana, con su impulsora, Eliana Guerrero, al frente, fue retenida por el personal de seguridad de Transportes Metropolitanos de Barcelona. “TMB Barcelona nos identificó por evitar robos. Ada Colau da orden de quitarnos del medio. Ahora mismo estamos retenidos en paseo de Gracia”, alertó la entidad por Twitter. La plataforma Censurat News fue más cáustica: “Suben los hurtos en el metro: las instituciones no hacen nada. Siguen subiendo los hurtos: las instituciones, inmóviles. Siguen subiendo: las instituciones, inmóviles. La ciudadanía se organiza: las instituciones retienen a la ciudadanía”.

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Para Albert Batlle, no obstante, la aparición de patrullas de vecinos alertando de la presencia de carteristas con silbatos es ilegal. “La seguridad no puede autoorganizarse. Sectores de la ciudad, asociaciones de comerciantes, etcétera, tienen el derecho de apretar a las autoridades públicas para que se puedan corregir situaciones, pero esto no da ninguna patente de corso a nadie para que se tome la justicia por su mano o que autoorganice la seguridad. Esto es peligrosísimo y además puede tener derivadas que nadie quiere. Por tanto, hago un llamamiento a todos los operadores, incluidos los medios de comunicación, para que hagamos las cosas de manera ordenada”, señaló el concejal de Seguridad.

Batlle ha pedido también que durante la primera quincena de septiembre se convoquen los consejos de seguridad local de los 10 distritos barceloneses más los cuatro consejos de barrio de Ciutat Vella “para analizar con las fuerzas policiales las actuaciones que se han de realizar, conocer las preocupaciones de los vecinos e intentar encontrar una canalización de estas peticiones. Lo que no es aceptable es la autoorganización para hacer frente a la seguridad. Este es un tema peligrosísimo que además es ilegal. La seguridad, en una sociedad democrática, la ejercen los poderes públicos”.

La receta del nuevo equipo municipal es sencilla: abordar la seguridad con todos los actores en escena: comerciantes, vecinos, usuarios, empresas, entidades y administraciones. La Administración quiere volver a ser garante de la seguridad. “La situación ni es irreversible ni puede cronificarse”, afirma con rotundidad Albert Batlle. Tablas no le faltan para hacerlo realidad.

Barcelona vive días confusos. Este mes de julio ha sido un mes ‘negro’ en lo que a seguridad se refiere. Cinco asesinatos, varios intentos de violación, enfrentamientos entre bandas, peleas salvajes en plena calle, incidentes con carteristas en el metro… Se trata, en definitiva, de sucesos que crean una alarma social. Oficialmente, los delitos en la ciudad de Barcelona crecieron un 9% durante el primer semestre de este año: hubo 115.014 hechos delictivos. Las estadísticas de los Mossos afirman que, aun así, “los datos delincuenciales muestran un ligero descenso del 2%” debido a la ralentización de las denuncias por hurtos en el mes de abril.

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