Los cinco datos en los que se sustenta el "ligero" crecimiento del uso del catalán

El uso del catalán en la comunidad autónoma progresa adecuadamente. Según la última encuesta de Usos Lingüísticos de la Población realizada entre la Dirección General de Política Lingüística y el Instituto de Estadística de Cataluña, dependientes del Govern, la polémica política de inmersión (que aumenta el número de horas de clases impartidas en catalán con respecto a las de castellano con el fin de preservar y fomentar la lengua) funciona.

Se ha incrementado el porcentaje de gente que entiende catalán alcanzando el 94,4%, creciendo solo un 0,1% con respecto al año anterior y tras una tendencia a la baja entre los años 2003 y 2008. Mientras que el 85,5% del territorio lo lee y algo más del 81% lo entiende, tan solo el 65,3% sabe escribirlo. Además, entre la gente que sabe expresarse por escrito, mucha reconoce que lo hace de forma imperfecta, poniéndose un 5,9 de nota de autovaloración en esta encuesta hecha a 9.000 individuos por internet, de forma telefónica y presencial. Pero, ¿cuáles son los datos que justifican este "ligero" crecimiento?

Para entender el mapa lingüístico catalán hay que contextualizar demográficamente la encuesta, ya que solo el 59,8% de la población es nacida en Cataluña, con un 19,9% procedente del resto de Europa y un 20,3%, del extranjero, principalmente, de países de América Latina. Con una tendencia generalizada hacia la baja natalidad de los catalanes, provoca que la transmisión generacional pierda peso, pues solo el 29% de los jóvenes mayores de 15 años son nacidos en esta comunidad autónoma y con los dos progenitores catalanes.

No obstante, esta trasmisión no llega a romperse. De hecho, según la encuesta, hay más gente que habla catalán con sus hijos (35,4%), que con sus padres (alrededor del 30%) y abuelos (28%). A pesar de ello, el castellano sigue siendo la lengua predilecta para hablar entre familiares, con un 36,6% con los hijos, cifra que aumenta proporcionalmente a la edad de los hablantes.

Con una tendencia generalizada hacia la baja natalidad de los catalanes, provoca que la transmisión generacional pierda peso

Según la Generalitat, la encuesta demuestra que las políticas de normalización lingüística "están funcionando" porque la gente más joven es la que tiene el mejor nivel de catalán. Uno de los grupos sociales en los que la administración debería incidir más es el de los residentes en Cataluña nacidos en el resto de España, ya que solo el 27,7% ha manifestado interés en aprender o mejorar su catalán, cifra que contrasta notablemente con el 61,7% de la población residente en Cataluña nacida en el extranjero que afirma querer formarse en esta lengua.

En la zona en la que el catalán tiene menos protagonismo es en la metropolitana, donde el número de personas que lo sabe hablar está por debajo del 80% y solo un 61% sabe escribirlo. Es el peso demográfico de las grandes urbes hace caer el nivel de conocimiento. A pesar de este dato, hay un territorio que no cumple este parámetro pues, a pesar de ser una pequeña comarca que cuenta con 9930 habitantes, según el INE de 2016, en el Valle de Arán solo hablan catalán el 77%, mientras que un 65% sabe escribirlo.

El nivel educativo es determinante para el conocimiento de esta lengua y se constata que un alto nivel de estudios eleva las cifras a la más alta: un 87,1% que sabe hablar y un 78,8% que sabe escribir. Entre las personas que no tienen estudios, solo el 40% sabe hablar catalán, frente a un alarmante 10% que sabe escribirlo.