Con Colau de alcaldesa, ERC se queda sin incentivos para seguir como socio de Torra
Tras dos prórrogas presupuestarias, resulta muy difícil gestionar en 2019 un volumen de fondos de 70.000 millones con los Presupuestos de 2017. En 2020, todavía será peor
Ya es un hecho, Ada Colau volverá a ocupar la alcaldía de Barcelona durante cuatro años. El efecto de este golpe político cruza la plaza Sant Jaume, impactando de pleno en la Generalitat. Porque con Colau recuperando la vara de mando, el enconamiento entre Quim Torra y los comunes se agravará, tal y como se vio en el Parlament esta semana cuando el 'president' le espetó a Jessica Albiach “¿derechos o sillas?”. Pero se da la circunstancia de que los comunes eran el único socio posible para aprobar unos Presupuestos, el principal objetivo del vicepresidente económico, Pere Aragonès. Así que ERC se queda sin Presupuestos de la Generalitat para 2020 y, de paso, sin incentivo alguno para seguir de socios en el Govern catalán.
Los comunes eran el socio más lógico para pactar unos Presupuestos de la Generalitat para 2020. Si alguna posibilidad tuvo Pere Aragonès de cerrar un acuerdo presupuestario para tener unas cuentas en 2019 fue con los comunes. Las conversaciones se prolongaron durante semanas.
Ahora son los comunes los que han cerrado el paso al candidato de ERC a la alcaldía, Ernest Maragall. Sin los comunes como socio natural y con la política de bloques más enconada que nunca en Cataluña entre los partidos catalanes, los republicanos se quedan en una posición muy incómoda en la Generalitat. Como ya adelantó ayer El Confidencial, se ha puesto en marcha un plan de acción para rebañar el fondo de los cajones y conseguir hasta el último euro, ya que no hay dinero para nada.
ERC copó las 'conselleries' con mayor volumen de gasto social para demostrar lo bien que podía gestionar y cómo podía beneficiar a la ciudadanía. Así que se quedó carteras como Salut (Alba Vergés) y Ensenyament (Josep Bargalló). Pero en la práctica no ha podido hacer nada aparte de subir salarios de los funcionarios. Pero eso ha desajustado las cuentas y la Generalitat ha quedado estrangulada financieramente.
Los republicanos asumieron la responsabilidad, pero no hay manera de desplegar políticas. Tras dos prórrogas presupuestarias, resulta muy difícil gestionar en 2019 un volumen de fondos de 70.000 millones con los Presupuestos de 2017. El problema se agravará este otoño, ya que en noviembre deberían presentarse los Presupuestos de la Administración catalana para 2020. Pero sin los comunes, con la CUP en estado de descomposición y los socialistas queriéndose cobrar el veto a Miquel Iceta para ser senador autonómico, ERC se queda sin aliados para poder aprobar unas nuevas cuentas.
Prolongar la agonía
El primer año de Quim Torra ha sido una agonía para los republicanos. Ocupan institucionalmente la Generalitat pero no pueden ofrecer nada en términos de gestión ni de acción política concreta. La situación entre los socios es muy distante, y más ahora que ERC ha ganado las municipales de forma clara y se ha impuesto a JxCAT. Y tres prórrogas presupuestarias continuadas son demasiado, incluso para el nivel de parálisis de Cataluña.
El problema es que los planes de Torra —y de Carles Puigdemont desde Waterloo— pasan por alargar la legislatura y quiere evitar a cualquier precio convocar elecciones en octubre, precisamente el escenario que más convendría a los de Oriol Junqueras, ya que ellos ya han hecho los deberes: han reconocido que la independencia ahora no es posible y que hace falta mucho más tiempo, una pantalla a la que no ha llegado, ni de lejos, Quim Torra, para quien desde hace tres años estamos en 'Los últimos cien metros', tal y como tituló su último libro.
Nuevo intento en otoño
En otoño, ERC volverá a presentar unos Presupuestos en el Parlament, según apuntan fuentes cercanas al partido. El propio Pere Aragonès ha anunciado que este mes darán la orden para elaborar las nuevas cuentas. Pero de puertas adentro reconocen que son conscientes de que va a ser un esfuerzo estéril. Nadie apoyará sus cuentas. De hecho, durante el pasado otoño, ni siquiera JxCAT parecía preocupado por no tener Presupuestos. Ahora, ERC solo espera que se vaya haciendo evidente la soledad parlamentaria del Govern. Una vez que esto sea efectivo, en diciembre, la actual coalición en la Generalitat se encontrará a punto de ruptura.
Para ERC no tiene sentido prolongar una legislatura que no va a ningún sitio. Solo dar tiempo a que JxCAT se rearme cara a unas autonómicas. Lo dicho: ningún incentivo para seguir de socio de Quim Torra.
Ya es un hecho, Ada Colau volverá a ocupar la alcaldía de Barcelona durante cuatro años. El efecto de este golpe político cruza la plaza Sant Jaume, impactando de pleno en la Generalitat. Porque con Colau recuperando la vara de mando, el enconamiento entre Quim Torra y los comunes se agravará, tal y como se vio en el Parlament esta semana cuando el 'president' le espetó a Jessica Albiach “¿derechos o sillas?”. Pero se da la circunstancia de que los comunes eran el único socio posible para aprobar unos Presupuestos, el principal objetivo del vicepresidente económico, Pere Aragonès. Así que ERC se queda sin Presupuestos de la Generalitat para 2020 y, de paso, sin incentivo alguno para seguir de socios en el Govern catalán.
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