Las bases de los 'comuns' avalan por mayoría que Colau sea candidata sin definir socios
La decisión no concreta con quién pactaría para sumar la mayoría necesaria, aunque inclina la balanza a favor del PSC porque ERC descarta compartir la alcaldía dos años de legislatura
Las bases de Barcelona en Comú han aprobado la tarde del viernes con más del 94% de los votos en el plenario (369 a favor por 17 en contra), y tras más de cuatro horas de debate, la propuesta de la coordinadora para que Ada Colau presente su candidatura a la investidura como alcaldesa en el pleno de constitución del gobierno municipal que se celebrará el próximo 15 de junio. Una decisión que si bien no concreta con quién pactarían los 'comuns' para sumar la mayoría necesaria y es lo suficientemente abierta como para dejar margen de maniobra a las negociaciones, inclina la balanza hacia el lado del PSC —con el apoyo de Manuel Valls— y deja a ERC contra las cuerdas. Y es que los socialistas —con ocho concejales— asumen que un acuerdo con los 'comuns' —diez ediles, al igual que ERC— comportaría que Colau fuese la regidora. La propuesta de los republicanos, sin embargo, pasa porque el bastón de mando recaiga en su candidato Ernest Maragall, tras haber obtenido casi 5.000 votos más, y que la actual alcaldesa ocupe un puesto "de máximo rango" no concretado.
La avalancha de críticas a la posición de la coordinadora de los 'comuns' avanzada el jueves deja entrever que la vía abierta por Valls, al ofrecer su apoyo a un gobierno de Colau y el socialista Jaume Collboni, supuestamente sin exigir nada a cambio para evitar que el independentismo gobierne Barcelona, da cuenta de que con esta decisión de los 'comuns' están más lejos de conseguir acceder a la alcaldía. El 'pressing' en la esfera digital ya llevaba varios días funcionando a pleno rendimiento. Todo ello, a pesar de que desde equipo negociador de los 'comuns' insisten en que esta propuesta "no cerraría la puerta a seguir trabajando para un gobierno estable de fuerzas de izquierdas, tal como la ciudadanía pidió en las elecciones municipales", en referencia a un tripartito con ERC y PSC.
Es por ello que la decisión camina entre el ultimátum a ERC y PSC y el golpe de efecto en el ecuador de las negociaciones, a una semana vista de que se celebre el pleno de constitución del Ayuntamiento. De hecho, desde la coordinadora han argumentado que su movimiento se debe a los "vetos cruzados" entre republicanos y socialistas. Una situación por la que han apostado por seguir ocupando la centralidad del tablero considerando que para romper los bloques tendiendo puentes entre ellos "la mejor propuesta es que Ada Colau presente su candidatura a la investidura".
Maragall no ha tardado en criticar que el tripartito propuesto por los 'comuns' es imposible, afirmando que mantener esta posición es "una cortina de humo" para ocultar su decisión de presentarse a la investidura. En un tono más duro, ha aprovechado para emplazar a Colau a que deje de "engañar a la ciudadanía" con este "artificio retórico" del tripartito de izquierdas y le ha devuelto el ultimátum instándola a decidir si quiere regresar a las conversaciones con ERC para "negociar" o, en cambio, opta por "competir" con los republicanos.
ERC ya accedió a sacar a los neoconvergentes de JxCAT de la ecuación para negociar la investidura, una línea roja de Colau, y a compartir un gobierno al 50% con los 'comuns'. Sin embargo, hasta ahora se han negado a compartir el bastón de mando la mitad de la legislatura con Colau, al considerarlo "la peor de las soluciones y el peor de los inventos". De modificar su postura y plegarse a compartir la alcaldía dos años de legislatura con la líder de los 'comuns', la decisión adoptada la tarde del viernes por el plenario de Barcelona en Comú podría encajar también con pacto con los republicanos.
Otra de las lecturas que condicionó los debates fue el hecho de que Barcelona en Comú haya perdido apoyos en los barrios del 'cinturón rojo' barcelonés
El debate entre las bases se ha alargado durante la última semana, a la par que se producían los contactos tanto con el equipo de Ernest Maragall como con el de Jaume Collboni. Las dos almas del partido, la soberanista y la federalista, se han visto ante la tesitura de afrontar su histórico debate no resuelto de prioridades y cabalgar contradicciones. Finalmente, se ha tomado una decisión con cierta carga de ambivalencia, aunque menos de la habitual al mirar más decididamente hacia el PSC. Las negociaciones para el Gobierno del Estado tampoco pasan desapercibidas en esta decisión.
Entre los elementos que han influido en el resultado de las votaciones se encuentra el hecho, paradójico, de que el sector más proindependentista de los 'comuns', aunque autodenominado soberanista, se escindió para irse a integrar las filas de ERC (la número dos de Maragall fue hasta hace unos meses la portavoz de los 'comuns' en el Parlament). Otra de las lecturas que condicionó los debates fue el hecho de que Barcelona en Comú haya perdido apoyos en los barrios del 'cinturón rojo' de la Ciudad Condal, en comparación a 2015, cuando los 'comuns' conquistaron estas zonas. Ahora ha sido el PSC quien ha vuelto a imponerse en estos barrios, por lo que la reflexión es que el procesismo podría estar llegando a un final de ciclo favoreciendo que se vuelvan a poner en el centro de la agenda las políticas sociales dirigidas a las mayorías.
El previsible adelanto de las elecciones catalanas no deja de condicionar las negociaciones para el Ayuntamiento de Barcelona, pues la configuración del gobierno en la capital marcará la estrategia electoral de los partidos. Si Colau lograse romper los bloques, impulsando un tripartito, se situaría en una posición ganadora para las autonómicas aunque no revalidase el bastón de mando, de ahí las dificultades para que ERC o PSC validen este marco. La partida de ajedrez todavía no ha terminado.
Las bases de Barcelona en Comú han aprobado la tarde del viernes con más del 94% de los votos en el plenario (369 a favor por 17 en contra), y tras más de cuatro horas de debate, la propuesta de la coordinadora para que Ada Colau presente su candidatura a la investidura como alcaldesa en el pleno de constitución del gobierno municipal que se celebrará el próximo 15 de junio. Una decisión que si bien no concreta con quién pactarían los 'comuns' para sumar la mayoría necesaria y es lo suficientemente abierta como para dejar margen de maniobra a las negociaciones, inclina la balanza hacia el lado del PSC —con el apoyo de Manuel Valls— y deja a ERC contra las cuerdas. Y es que los socialistas —con ocho concejales— asumen que un acuerdo con los 'comuns' —diez ediles, al igual que ERC— comportaría que Colau fuese la regidora. La propuesta de los republicanos, sin embargo, pasa porque el bastón de mando recaiga en su candidato Ernest Maragall, tras haber obtenido casi 5.000 votos más, y que la actual alcaldesa ocupe un puesto "de máximo rango" no concretado.