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Puigdemont se lanza contra ERC: "La independencia no pasa por Madrid"
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máxima tensión entre independentistas

Puigdemont se lanza contra ERC: "La independencia no pasa por Madrid"

La decepción del ‘expresident’ y de los suyos con las elecciones ha sido grande. JxCAT ganó un puñado de votos, pero perdió un escaño. Y ERC le sacó más de 500.000 votos

Foto: Puigdemont valora el resultado electoral en el centro de prensa del barrio europeo de Bruselas. (EFE)
Puigdemont valora el resultado electoral en el centro de prensa del barrio europeo de Bruselas. (EFE)

Las elecciones generales del 28 de abril han supuesto un auténtico terremoto dentro del independentismo catalán. La aplastante victoria de la ERC de Oriol Junqueras sobre sus rivales de Junts per Catalunya (JxCAT), auspiciada por Carles Puigdemont, traerá consecuencias a corto plazo. La derecha independentista —y en especial el ala más dura, articulada alrededor de Puigdemont— no va a quedarse de brazos cruzados y planea una ofensiva en toda regla para darle la vuelta a la tortilla y volver a convertir JxCAT (o a la Crida Nacional, que viene a ser casi lo mismo) en la fuerza de referencia del soberanismo.

Porque hay una cosa que Puigdemont encaja peor que no ganar las elecciones: que las haya ganado ERC. En la madrugada de este lunes, un correo cruzado entre cargos posconvergentes contenía una frase clave para entender la importancia del actual momento político y para adivinar la guerra cainita que se avecina, especialmente con unas elecciones municipales y europeas a pocas semanas vista. “La independencia no pasa por Madrid. Se ha de hacer desde Cataluña”, rezaba el mensaje. La consigna minimiza la importancia de haber ganado las elecciones legislativas. El texto del mensaje argumentaba también que el Congreso y el Senado no son herramientas para alcanzar la independencia. La cuestión, por tanto, está en ensalzar la acción que se lleva a cabo exclusivamente desde Cataluña. Y desde Waterloo, claro. Y ahí el protagonismo es de JxCAT (o de Puigdemont), no de ERC.

Crece el independentismo: ERC gana por primera vez unas generales en Cataluña

La decepción del ‘expresident’ fugado y de los suyos con los resultados de las elecciones ha sido grande. Es cierto que JxCAT ganó un puñado de votos en estos comicios en comparación con los de 2016. Pero perdió un escaño. Y ERC le sacó más de 500.000 votos. Eso es lo que duele verdaderamente a los posconvergentes y en particular a Puigdemont. Desde Esquerra, se argumenta que la situación no debería disgustar al ‘expresident’, porque el independentismo en España ha llegado, con estos resultados, a 32 escaños (sumando los de todas las fuerzas soberanistas).

Detalles de Puigdemont

Pero hubo algunos gestos durante la jornada electoral y el día posterior que no han de pasar inadvertidos. Para empezar, el domingo nos dejó un espectacular ‘momentazo’ del universo soberanista. Esa mañana de jornada electoral, el filósofo Salvador Cardús, otrora convergente de pro, desempolvaba una entrevista al republicano Joan Tardà en la que el titular era todo un poema: “Si hace falta, tendremos que sacrificar a Puigdemont”. Las declaraciones fueron hechas en otro momento y en otras circunstancias. Por si fuera poco, Joan Tardà no repetía en las listas electorales de este domingo.

¿Qué hacía uno de los ideólogos de Puigdemont desempolvando una vieja entrevista y poniendo el punto de mira en un dirigente republicano en la mañana de las votaciones? La respuesta es clara: propaganda. JxCAT quemaba sus últimos cartuchos durante la mismísima jornada electoral buscando desesperadamente el voto restado a ERC. Todo ello no es sino una más de las zancadillas de JxCAT a ERC. Y un termómetro para calibrar la tensión latente en el mundo soberanista.

Foto: Beatriz Talegón, junto a Lluís Llach. (EFE)

Durante la noche electoral, el propio Puigdemont ensalzó desde Bruselas al Front Republicà por “las condiciones especialmente difíciles en que tuvo que desarrollar su campaña electoral”. El Front es una plataforma formada por el Partido Pirata, un sector de la CUP y el pequeño grupo Som Alternativa. Ubicado a la izquierda del espectro independentista, su único rival directo era ERC, a quien restó un pico de votos (obtuvo 113.000). Aun así, los republicanos atesoraron más de un millón de sufragios, un auténtico récord histórico. Las felicitaciones fueron repetidas este lunes por Laura Borràs, la número dos de la candidatura por Barcelona. El reconocimiento a Front Republicà choca con la frialdad con que fue acogida la victoria de ERC en los comicios.

JxCAT lo tiene bien para diseñar una estrategia letal en el futuro inmediato: se convertirá en el fiscalizador de ERC. Los de Puigdemont saben que el PSOE no cuenta con ellos, pero sí con ERC, y creen que esa es una de las debilidades de los republicanos que podrán utilizar para ponerlos en evidencia y desgastarlos: machacar con que son ‘colaboracionistas’ o, al menos, ‘confraternizadores con el enemigo’.

Miedo a una campaña JxCAT-ANC

El miedo de los republicanos es que JxCAT, juntamente con la ANC, comience una campaña de comunicación acusando al veterano partido de ser un ‘botifler’ (traidor) a Cataluña. O de venderse a Madrid. En cierto modo, no es la primera vez: quien primero se atrevió a decirle a Oriol Junqueras que el soberanismo no le perdonaría fue Artur Mas. Y con esa amenaza (estando presentes en la misma sala Carme Forcadell y Jordi Cuixart) consiguió que ERC accediese por primera vez a formar una lista única en las elecciones de 2015: la plataforma Junts pel Sí.

Foto: Puigdemont participa sin previo aviso en una exposición en la eurocámara. (EFE)

La historia se repite, pero en otro escenario. Puigdemont no ha digerido todavía que Junqueras se negase a formar lista conjunta en estas elecciones generales. Ni lista conjunta en las municipales. Ni, lo que es más importante, lista conjunta en las europeas. Ahí, Puigdemont estaba dispuesto a ir de número dos. Las cuentas que hacían sus colaboradores es que una coalición de las dos fuerzas mayoritarias podría sacar al menos dos eurodiputados en esos comicios. Pero Junqueras no está por la labor de concurrir a otras elecciones con JxCAT. De hecho, en ERC están hartos de dejarse arrastrar por la estrategia errática y radical de Puigdemont. “¿Quieren listas conjuntas? Pues veamos: el independentismo ha obtenido en Cataluña 13 senadores. Si se hubiesen hecho listas conjuntas, lo máximo que hubiésemos logrado son 12. A ver cómo justifican que quieren la lista conjunta si por separado sumamos mucho más”, advierten desde Esquerra.

En el mensaje electrónico citado anteriormente, se hace una apelación a Junqueras (al que se refiere el remitente con un mote religioso) y se apuntan algunas de las debilidades que se podrían explotar contra los republicanos. Por ejemplo, que no pueden doblegar a Madrid, que mentirán para hacer ver que obtienen contraprestaciones pero que en realidad no lograrán nada para Cataluña y que su intención es “pactar una sentencia blanda” que podría desembocar en un indulto. Todo son elementos susceptibles de ser utilizados contra los republicanos en un futuro próximo. Su intención, evidentemente, es desgastar a la formación que lidera Junqueras y preparar el terreno para las próximas autonómicas.

Porque el olor a nuevas elecciones provoca más tensión en las filas soberanistas. Y si tenemos en cuenta que en pocos meses o, a lo sumo, un año, puede haber de nuevo autonómicas, esa tensión crece exponencialmente. De hecho, el ‘president’ Quim Torra ya ha dejado caer en algunos círculos que no puede aguantar mucho más y que quiere tirar la toalla pronto convocando nuevos comicios autonómicos. Solo hace falta encontrar el momento y acordar entre todos (los independentistas) la fecha que les parezca más idónea. Pero, mientras tanto, el mundo independentista es un polvorín.

Las elecciones generales del 28 de abril han supuesto un auténtico terremoto dentro del independentismo catalán. La aplastante victoria de la ERC de Oriol Junqueras sobre sus rivales de Junts per Catalunya (JxCAT), auspiciada por Carles Puigdemont, traerá consecuencias a corto plazo. La derecha independentista —y en especial el ala más dura, articulada alrededor de Puigdemont— no va a quedarse de brazos cruzados y planea una ofensiva en toda regla para darle la vuelta a la tortilla y volver a convertir JxCAT (o a la Crida Nacional, que viene a ser casi lo mismo) en la fuerza de referencia del soberanismo.

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