Puigdemont usará su república digital para votar por vía telemática una Constitución
"De aquí a unos meses, podremos votar. ¿Qué podremos votar? No lo sé. Quizás el proceso constituyente se pueda votar por aquí", detalló el empresario soberanista Joan Canadell
El expresidente catalán Carles Puigdemont quiere utilizar su república digital, el instrumento virtual de su Consell per la República, para refrendar de manera telemática la nueva Constitución catalana, según explica el empresario Joan Canadell en los encuentros organizados por la ANC en los que intenta captar inscritos para el Consell. La votación se haría a través de una aplicación en el teléfono móvil y basándose en un registro ciudadano en el que solo estarían inscritos los independentistas y que, por tanto, dejaría de lado a la mitad de los votantes potenciales.
Canadell, un empresario tan representativo del soberanismo que opta a estar en el equipo que dirija la Cámara de Comercio de Barcelona, explicó en un acto organizado con voluntarios del Consell per la República en Vilafranca del Penedès el pasado 13 de diciembre: “De aquí a unos meses podremos votar. ¿Qué podremos votar? No lo sé. Quizás el proceso constituyente se pueda votar por aquí, por qué no. Tal vez [en] las municipales aprovechemos que son las primeras elecciones que hay para comenzar a votar programas electorales o para valorar, por ejemplo, los alcaldes y los equipos de gobierno y municipios”.
El Govern de Quim Torra ha encargado al cantautor Lluís Llach que diseñe un mecanismo constituyente para que Cataluña pueda tener una Constitución. Sus trabajos son vagos, en parte por el miedo de la propia Generalitat o del presidente del Fórum Constituyente a caer en alguna ilegalidad. Pero, según Canadell, este proceso constituyente es uno de los pilares de la reinvención de la democracia que está llevando a cabo, a su juicio, el independentismo.
Canadell toma como referencia Estonia. Por su modelo de Administración digital, pero también por su historia: “¿Y eso tiene sentido? Pues, mirad, Estonia en el año 89 creó un Congreso estoniano que era una especie de Consell per la República. No había estas tecnologías y al cabo de dos años hicieron un censo, que era como esto del registro, que en definitiva será un censo, y votaron una Constitución, que nosotros también estamos redactando, y esperaron el momento de debilidad de la URSS para declarar la independencia aprobando esta Constitución en votación”, recuerda este empresario, propietario de Petrolis de Catalunya.
La base es el registro ciudadano digital, con el que se entregará a sus miembros un equivalente de DNI catalán. En este registro, por ahora, solo se apuntan los partidarios de Puigdemont, pero la ambición de sus impulsores es que lo hagan todos los partidarios de la independencia, más de dos millones de votantes. Aunque si ellos votasen, en la práctica supondría dejar fuera del ámbito de decisión, que según los independentistas después podría validarse ante notario, a todos los votantes no independentistas, en la actualidad el 53% del censo.
El precedente esloveno
El precedente es la vía eslovena, que tanto defendió Quim Torra el año pasado, y que supuso que 18.000 ciudadanos fueran borrados de los registros eslovenos y perdieran todos sus derechos.
“Si tenemos un millón de personas inscritas el uno de enero, se hará a partir del uno de enero. Y si lo tenemos en 2020. tardaremos un poco más. Por eso es importante que nos vayamos inscribiendo y vayamos ayudando a que la gente se inscriba. Y todos vosotros, a partir de mañana, tenéis un trabajo, ir añadiendo gente y que se vayan apuntando. Por tanto, cuanto antes lleguemos… Por tanto, decimos un millón pero seguramente serán 800.000, también se podrá hacer. Porque hasta que no haya una masa crítica lo bastante importante no tendrá sentido hacer eso, porque hacerlo solo con 50.000 tampoco es representativo. Lo haremos cuando seamos mucha más gente”, aseguró Canadell en el acto en Vilafranca.
En ese mismo encuentro, el empresario de las gasolineras apuntó: "Primero, lo que os he dicho antes, estamos buscando universidad para el niño y todavía no ha acabado el P3. Y otra. Si nos inscribimos 50.000, ¿podemos hacer muchas cosas? No. ¿Si nos inscribimos tres millones? ¿No fuimos a votar solo 2,1 millones el 1 de octubre y para nosotros fue una victoria clarísima? Por tanto, si somos tres millones, lo que hagamos tendrá mucha fuerza. Será definitivo. Y los que no quieran votar será porque no quieren. Los que no quieran entrar será porque no quieren”.
“A la que tienes un censo y unos ciudadanos, ¿qué es lo primero que puedes hacer?. Hombre, puedes votar. Te pueden convocar a ir a votar. ¿Iremos a votar con una papeleta como hacemos siempre? Seguramente no. Pero esta será la gracia, que no haga falta ni esconder las urnas ni protegerlas”, detalló en una conferencia en Vic Joan Canadell, explicando que la república digital permitirá una votación y una independencia sin riesgos.
El principal problema de esta son las bajas inscripciones. En un proyecto en el que la masa crítica es clave, hay un total de 62.000 adscritos, según consta en la propia web del Consell per la República. Pueden parecer muchos, y lo son, pero resulta una cifra insuficiente para avalar una secesión. Según fuentes del entorno de Puigdemont en Bélgica, las cifras son bajas por la falta de jóvenes y de gente de más de 65 años. Estos últimos son muy activos en las manifestaciones, pero les cuesta entrar en un concepto como la república digital.
En opinión de Canadell, expresada en estos actos independentistas: “Imaginad que de aquí a un año somos cerca de dos millones de personas inscritas en el registro, si no hemos hecho efectiva la república, poco nos faltará. Porque nadie aguanta una presión a nivel internacional como esta”. Por tanto, todo el proyecto depende, en buena parte, de la atención que les presten los medios de comunicación.
El expresidente catalán Carles Puigdemont quiere utilizar su república digital, el instrumento virtual de su Consell per la República, para refrendar de manera telemática la nueva Constitución catalana, según explica el empresario Joan Canadell en los encuentros organizados por la ANC en los que intenta captar inscritos para el Consell. La votación se haría a través de una aplicación en el teléfono móvil y basándose en un registro ciudadano en el que solo estarían inscritos los independentistas y que, por tanto, dejaría de lado a la mitad de los votantes potenciales.
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