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Puigdemont quiere presos en la lista al Congreso para jugar con el voto sentimental
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Puigdemont quiere presos en la lista al Congreso para jugar con el voto sentimental

El plan es colocar de número uno a Josep Rull, que fue su 'conseller' de Territori y que ahora está en la cárcel. También quiere sumar a Eduard Pujol, portavoz adjunto de JxCAT

Foto: Conferencia de Puigdemont y Torra, en Bruselas. (EFE)
Conferencia de Puigdemont y Torra, en Bruselas. (EFE)

El melón de las listas de Madrid para el Congreso y el Senado se ha abierto en Barcelona desde que Pedro Sánchez decidió convocar elecciones para el 28 de abril. Desde Bélgica, Carles Puigdemont quiere colonizar la lista del PDeCAT, según explican fuentes de este partido. Para empezar, pretende que el PDeCAT no se presente sino que lo haga bajo la marca JxCAT, igual que en la candidatura de las municipales de Barcelona. Pero, además, pretende mantener a su mano derecha, Míriam Nogueras, pero depurar a los actuales diputados que han sido reticentes a sus órdenes. El plan es colocar de número uno a Josep Rull, que fue su 'conseller' de Territori y que ahora está en la cárcel. También quiere sumar a Eduard Pujol, portavoz adjunto de JxCAT en el Parlament.

Foto: La declaración del exconseller de Exteriores, Raül Romeva. (EFE)

Para Puigdemont, la clave es volver a plagar la lista con sus fieles, tal y como ya hizo con JxCAT en las autonómicas, de manera que el PDeCAT quede desdibujado. En cambio, para el PDeCAT, todo pasa por mantener sus signos de identidad y seguir en Madrid con la aspiración de hacer política y no jugar solo al bloqueo, tal y como pretende el de Bélgica.

El esquema que plantea Waterloo es que Josep Rull vaya de número uno por Madrid. En la práctica no podrá ni hacer campaña, está inmerso en un juicio en el que la Fiscalía le pide 16 años de prisión, ni tampoco podría tomar posesión del escaño si es condenado o inhabilitado. Pero en JxCAT se prima el voto sentimental. Es igual que el exconseller de Presidència, Jordi Turull, como ya había hecho Forn, haya apuntado ayer ante del Supremo que la declaración de independencia de octubre de 2017 fue una medida política sin consecuencias reales. Como en el caso de Forn, JxCAT considera que eso no tendrá efecto sobre sus votantes. Que se votará a la lista por solidaridad con los presos y no por lo que los encausados digan o dejen de decir en la sala de vistas.

En este momento no está claro, por su complicada situación procesal, que Rull acepte. Sin embargo, tampoco estaba claro lo de Forn y al final ha consentido en ir de cabeza de lista por Barcelona. Otro de los problemas es qué se le ofrece a Jordi Turull, quien se encuentra en parecidas circunstancias.

Por tanto, hace falta un dos que haga el trabajo y que sea de la plena confianza de Puigdemont. Este papel lo jugaría Eduard Pujol, que ahora está desdibujado en el Parlament pero que ganaría relevancia en Madrid. En la práctica, sería un tres, ya que para dos se busca una mujer y así mantener la paridad en la lista.

Purga y abogados

La nueva lista implica purgar al equipo de pragmáticos que ha controlado el subgrupo parlamentario del PDeCAT en Madrid y apostó por desbancar a Mariano Rajoy con la moción de censura. Los Carles Campuzano o Ferran Bel tendrían los días contados a favor de una configuración más radical de la lista, lo que está soliviantando a las figuras más veteranas del partido.

Gracias al juicio, los abogados están tomando relevancia política: Homs aspira al Congreso y Alonso-Cuevillas, a ser europarlamentario

Por su parte, el pasado también llama a la puerta: Artur Mas aspira a que Francesc Homs tenga un hueco en la lista para el Congreso. Francesc Homs también está vinculado al juicio, donde lleva la coordinación de las defensas. Homs ya fue cabeza de lista en Madrid y conoce la Cámara Baja. Puigdemont podría hacer esa concesión en las listas a cambio de que el resto esté plagado de sus incondicionales.

Perspectiva en el Senado

En el Senado, Josep Lluís Cleries y Marta Pascal son intocables porque son de libre designación por las CCAA y, por tanto, solo pueden cesar tras nuevas elecciones en Cataluña. Aquí, el margen de maniobra de Puigdemont es menor y la Cámara Alta podría convertirse en el premio de consolación para el PDeCAT.

placeholder Marta Pascal. (EFE)
Marta Pascal. (EFE)

Tal y como es Puigdemont y con la fragmentación en la que vive el PDeCAT, además de los intereses de la Crida, no sería extraño que el expresidente catalán cambiase de opinión varias veces hasta que al final se configuren las listas. Y más cuando la convocatoria de Pedro Sánchez ha pillado con el pie cambiado a una organización que se encontraba focalizada en las municipales y europeas. Europeas, por cierto, para las que JxCAT todavía no tiene candidato, pese a que otro abogado, Jaume Alonso-Cuevillas, se ha ofrecido a encabezar esa lista. Y lo hizo ayer vía Twitter. Todo muy surrealista.

El melón de las listas de Madrid para el Congreso y el Senado se ha abierto en Barcelona desde que Pedro Sánchez decidió convocar elecciones para el 28 de abril. Desde Bélgica, Carles Puigdemont quiere colonizar la lista del PDeCAT, según explican fuentes de este partido. Para empezar, pretende que el PDeCAT no se presente sino que lo haga bajo la marca JxCAT, igual que en la candidatura de las municipales de Barcelona. Pero, además, pretende mantener a su mano derecha, Míriam Nogueras, pero depurar a los actuales diputados que han sido reticentes a sus órdenes. El plan es colocar de número uno a Josep Rull, que fue su 'conseller' de Territori y que ahora está en la cárcel. También quiere sumar a Eduard Pujol, portavoz adjunto de JxCAT en el Parlament.

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