Predicando entre beatos en Bruselas: Torra y Puigdemont se rodean de convencidos

No ha podido ser en el Parlamento Europeo porque en una decisión arriesgada y agarrándose al único clavo ardiendo que le permitía el reglamento el presidente de la institución, Antonio Tajani, prohibió que se celebrara en la Eurocámara por motivos de seguridad. Pero a cambio ha sido en un hotel cinco estrellas cercano al barrio europeo, en la zona más cara de Bruselas.

Un evento en inglés, ideado como una pieza más del plan de internacionalización del ‘procés’ en el que el público ha sido en una enorme mayoría catalanoparlante. La idea era explicar que el juicio a los líderes independentistas es político, que en España no existe separación de poderes, pero el público ya estaba convencido.

Mientras la sala se va llenando poco a poco hasta completar todos los asientos una persona se acerca a comprobar que los micrófonos funcionan. “Un, deux, trois”, comienza, para acto seguido gritar un“¡visca Cataluña!” que el público responde con un enérgico “visca”. Se repite hasta cuatro veces. La sala, con unos 250 asientos, se acaba llenando.

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Pero la internacionalización se ha quedado en familia. Con el amarillo lucido de todas las formas posibles, como pin del lazo, como bufanda o como chaqueta, el público ha ido llegando poco a poco a la sala. Cuando Carles Puigdemont y Quim Torra han entrado en la estancia el público, en pie, ha aplaudido durante unos minutos a los líderes independentistas.

No todos eran catalanes en el hotel. Algunos diputados flamencos y algún corresponsal internacional de un medio pequeño se arremolinaban en los pasillos antes de que comenzara el acto. Entre ellos estaban los dos miembros del Parlamento Europeo que invitaron en un primer momento a Torra y Puigdemont: Raph Packet, eurodiputado del partido extremista flamenco N-VA, e Ivo Vajgl, eurodiputado esloveno y exministro de Exteriores. También los eurodiputados independentistas catalanes y Ana Miranda, del BNG.

Packet ha criticado las presiones a las que ha sido sometido desde que se anunciara que él era uno de los dos que auspiciaban el acto, y ha sido el que ha abierto el evento: “Gracias a Tajani por promoverlo”. Vajgl ha deseado suerte al movimiento independentista: “Habrá una estrella catalana en la bandera de la UE”.

La charla, titulada, en inglés, “Cataluña y el juicio sobre el referéndum: un reto para la Unión Europea”, ha consistido en un cóctel de acusaciones a las instituciones europeas y a la justicia española, en la que “violar”, “neofranquista” y “autoritario” han sido algunas de las palabras más utilizadas.

“Tajani ha convertido al Parlamento Europa en una marioneta de la extrema derecha. Esto es una vergüenza para Europa”, ha asegurado Torra. “Estoy en shock por el silencio en Europa ante un juicio político”, ha explicado por su parte el expresidente Puigdemont, que ha pedido “a todos los eurodiputados abrir sus ojos y actuar como demócratas”.

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Torra ha asegurado que los independentistas se encuentran en “el lado correcto de la historia”, mientras Puigdemont ha asegurado que Europa se debe refundar sobre las ideas del ‘procés’, como la “autodeterminación” y “la protección de las minorías”.

Una vez pasada revista a las instituciones europeas tanto Torra, primero, como Puigdemont, después, han entrado a atacar a la independencia judicial española. El actual presidente de la Generalitat ha asegurado que no tiene “sentido empírico ni histórico” defender que existe separación de poderes en España.

Tras señalar a España como un país opresor en el que las fuerzas de extrema derecha y todas las que se encuadran en el bloque constitucional prefieren “violar los derechos humanos” por “la unidad de España”, y tras asegurar que el Gobierno de Pedro Sánchez también violó sus “derechos fundamentales”, Torra y Puigdemont han tendido la mano a Madrid.

Según el expresidente están “dispuestos a discutir todo”. Y con todo se refieren concretamente a “la fecha, la pregunta y la participación necesaria” en el referéndum de autodeterminación que no están dispuestos a negociar, que no entra en ese “todo”. Puigdemont ha asegurado que “la oferta de diálogo es permanente”.

En cuanto el expresident termina la charla un hombre trajeado en última fila, prácticamente el único que no aplaude y que durante el acto ha negado sistemáticamente con la cabeza, se levanta, se abrocha la chaqueta y se marcha. El resto se pone en pie mientras aplaude cada vez más fuerte durante varios minutos.

“¡Visca Cataluña, visca la república!”, gritan desde la zona delantera de la sala, con una respuesta entusiasta por parte del público. Y así finaliza uno de los actos con más tirón de los últimos que ha diseñado el independentismo en Bruselas, que durante los últimos meses había perdido fuelle y poder de convocatoria. Eso sí, el aquelarre contra las instituciones y la justicia europea ha sido un intento de convencer a los convencidos, como predicar entre beatos.