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El independentismo busca fórmulas para movilizar la calle en el comienzo del juicio
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RECELAN DE LA APATÍA DE LAS ÚLTIMAS SEMANAS

El independentismo busca fórmulas para movilizar la calle en el comienzo del juicio

La ANC prepara manifestaciones en Madrid para cuando comience el juicio, así como actos de protesta en las principales ciudades europeas contra lo que considera un “juicio político”

Foto: Manifestación unitaria del independentismo. (EFE)
Manifestación unitaria del independentismo. (EFE)

“El juicio [del 1-O] se convierte en una expresión cabal de la lucha pacífica por la autodeterminación de Cataluña y por la defensa de los valores democráticos. Es preciso una movilización de la sociedad en la calle para acompañarnos durante el juicio oral”. El llamamiento es una carta del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, a la militancia independentista, escrita el pasado sábado 11 de enero desde la cárcel de Lledoners. El líder de Òmnium se explayaba en la misiva y llamaba a “asumir la desobediencia civil (y sus consecuencias) como instrumento de transformación social”.

Pero la agónica alerta es solo una pincelada de la situación de desmovilización que padece la sociedad catalana ante un ‘procés’ que se da ya por amortizado y en el que cada facción independentista tiene su propia hoja de ruta y su propia meta. Los grandes partidos irán desgranando estos días cómo afrontan el juicio del 1 de octubre, que previsiblemente comenzará a inicios de febrero. Pero no hay una estrategia común, ni sobre las movilizaciones en la calle ni en cuanto a defensa jurídica en el mismo. Hay una cosa clara: el independentismo politizará el juicio para presentarlo como una acción puramente política del Estado contra los catalanes. Y algunas de las defensas preparan ya alegatos políticos en lugar de abordar cuestiones jurídicas con las que justificar los hechos.

Foto: Manifestación unitaria del independentismo. (Reuters)

La propia Òmnium Cultural hará una fiesta este sábado en el castillo de Montjuïc, en la capital catalana, con el objetivo de presentar su campaña “para denunciar el juicio de la vergüenza”. Esta campaña le servirá para “acusar al Estado de vulnerar nuestros derechos fundamentales, como la libertad de expresión o los derechos de manifestación y de reunión”. Acusaciones, por otro lado, que desmiente un propio acto en el castillo y para el que pone autobuses lanzadera desde la plaza de España hasta lo alto de la montaña barcelonesa.

La Asamblea Nacional Catalana (ANC) prepara también manifestaciones en Madrid para cuando comience el juicio, así como actos de protesta en las principales ciudades europeas para denunciar lo que considera un “juicio político”. En una reunión extraordinaria de su secretariado el pasado fin de semana, la ANC calificó el procedimiento judicial de “juicio contra un referéndum de autodeterminación”. Y advirtió de que utilizará políticamente el propio juicio “como una herramienta de denuncia y como reivindicación de solidaridad internacional”. Ahora, está centrada en conseguir financiación suficiente para llevar a cabo las movilizaciones por toda Europa, para lo que apela a sus socios “y al conjunto de la sociedad catalana”.

Tener lista la logística

Los comités de defensa de la república (CDR) se suman al carro de las descalificaciones, por exageradas que sean. “Una vez más, la ‘in-justicia’ española quiere reprimir los anhelos de libertad del pueblo y es hora de que este responda”, advierten los CDR a su militancia. En una arenga enviada este martes, explican que “se acerca el juicio del 1-O, y no tan solo pretenden juzgar a políticos y líderes sociales sino que se quiere juzgar el derecho de autodeterminación del pueblo catalán, expresado de manera mayoritaria el 1 de octubre de 2017, en el acto de apoderamiento popular más importante de la historia reciente de nuestro país. Por eso, nos juzgan a todos”. Y alerta de que todos los ciudadanos se pongan en contacto con su "CDR más cercano” y que estén atentos a las redes oficiales.

Foto: Vista del corte que grupos independentistas han realizado en la AP-7 a la altura de L'Ampolla (Tarragona). (EFE)

En esta misma línea, algunos colectivos han advertido también en los foros internos y cerrados con que se comunican los más radicales de que “seguramente algún día de estos tendremos que movilizarnos muy de prisa. Es importante, durante unos días, dormir con el teléfono encendido y estar atentos a los canales oficiales. Por eso, os recomendamos tener la logística preparada: tened preparada la comida (por ejemplo, un bocadillo en el congelador); la batería externa del móvil, cargada y preparada; una botella de agua; una ‘estelada’ preparada y localizada; calzado cómodo y ropa para ir bien abrigados, y ganas de movilizaros por nuestros derechos nacionales y sociales”.

La intención es intentar colapsar las carreteras en un momento dado en cuanto se reciba la orden de que los políticos presos sean trasladados a Madrid desde las cárceles donde están. Un foro creado recientemente incluso buscaba a 10.000 personas para rodear la prisión de Lledoners con el fin de impedir que los presos que están en ella (los Jordis y los exmiembros del Govern) puedan ser sacados con destino a la capital del país, tal y como ha ordenado el Supremo.

Foto: Cortan las vías del AVE en Girona. (Foto: CDR)

Pero, en realidad, el suflé independentista ha bajado enteros desde hace unas semanas, a pesar de que este miércoles, por ejemplo, se haya reavivado un poco el fuego tras las detenciones de 16 activistas que habían cortado las vías del AVE el pasado 1 de octubre. Estas actuaciones provocaron, por ejemplo, que la ANC y la CUP, así como la plataforma Alerta Solidaria, se posicionasen conjuntamente en la tarde de este miércoles para apoyar concentraciones de protesta puntuales contra las detenciones. Pero nada más. La colaboración de las facciones soberanistas está bajo mínimos.

En una vía muerta

En uno de los círculos más activos y con mayor peso dentro de la galaxia soberanista, el desencanto se hacía notar esta semana. “El tiempo, lo único que está demostrando, es el estancamiento en una vía muerta, donde tanto unos como los otros se dedican al juego de las hegemonías partidistas en lugar de alcanzar los objetivos que se marcaron a partir del 1 de octubre”, se dolía la administradora del grupo radical. Se reproducían las críticas a “la revolución de los gestos eternos” y uno de los contertulios concluía: “No se puede continuar así (…) no se trata de ensanchar la base, sino de tirar adelante, y esto no lo están haciendo”. Se refería a la propuesta del vicepresidente del Parlament, Josep Costa (JxCAT), que lanzó un escueto mensaje a través de las redes: “No se trata de ensanchar las bases para avanzar. Es preciso avanzar para ensanchar las bases”, para contrarrestar las tesis de ERC.

Pero esa dicotomía independentista es, según otro independentista de los que tienen predicamento entre las bases, crucial: “Resultado de esto, el desencanto instalado en una buena parte de la ciudadanía más movilizadora. Nada es como un año atrás (…) Y continuará así hasta que sea un recuerdo de lo que pudo ser y no fue”.

Foto: Jordi Sànchez. (EFE)
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Lamentan en los círculos más radicales que el ‘president’ Quim Torra no tome la iniciativa. “La gente espera que sean ellos [los que tomen la iniciativa], ya que alguna cosa está fallando aquí y eso es la organización y la estrategia”, razonaba la administradora. Ante ello, otro de los contertulios matizaba que “no hay estrategia porque no hay estructura”. Y la administradora contrarrestaba: “Se ha de hacer algo que no sea salir y volver a casa como si nada (…) O sea, se ha de pasar de las ‘tietes cojones’ [o sea, las personas mayores que hacen ruido pero cuyas acciones no van más allá]”.

Ante ello, la propuesta más aplaudida era el diseñar una nueva estrategia más combativa: “Lo que tenemos que hacer es ponernos las pilas y encontrar la forma de apretar para que se puedan crear las estructuras que hagan falta y, sobre todo, que se pueda investir al ‘president’ desde Bruselas”.

Pero esas intenciones no dejan de ser ladridos a la luna, porque esa posibilidad queda descartada por los propios independentistas. “La iniciativa de JxCAT para volver a investir a Puigdemont la tumbará la propia Mesa del Parlament con Torrent [presidente de la Cámara, de ERC] a su cabeza”, advertía uno de los popes del independentismo. La conclusión de la situación no puede ser más descorazonadora: “Las últimas movilizaciones demuestran que el pueblo está desmovilizado, exprimido”, admitían hasta los más radicales, al tiempo que ven en un adelanto electoral la única salida airosa.

“El juicio [del 1-O] se convierte en una expresión cabal de la lucha pacífica por la autodeterminación de Cataluña y por la defensa de los valores democráticos. Es preciso una movilización de la sociedad en la calle para acompañarnos durante el juicio oral”. El llamamiento es una carta del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, a la militancia independentista, escrita el pasado sábado 11 de enero desde la cárcel de Lledoners. El líder de Òmnium se explayaba en la misiva y llamaba a “asumir la desobediencia civil (y sus consecuencias) como instrumento de transformación social”.

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