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Rebelión de los alcaldes del PDeCAT contra Puigdemont y su 'deriva radical'
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"ha emprendido una huida hacia adelante"

Rebelión de los alcaldes del PDeCAT contra Puigdemont y su 'deriva radical'

"El partido ha de retomar la herencia de Convergència y volver a ser la formación de la centralidad y la fuerza mayoritaria de Cataluña", dicen los ediles díscolos

Foto: Torra y Puigdemont se reunieron ayer en Waterloo con miembros de ERC y sin la CUP. (EFE)
Torra y Puigdemont se reunieron ayer en Waterloo con miembros de ERC y sin la CUP. (EFE)

Todavía hay 'seny' en el PDeCAT. O sea, el partido heredero de Convergència conserva aún reductos de responsabilidad que ven con desconfianza la deriva cada día más radical de Carles Puigdemont, el hombre que, en estos momentos, controla los resortes de poder de la formación a través de su vicepresidenta, Míriam Nogueras, que ata en corto al presidente de la formación, David Bonvehí. Ella es el poder en la sombra, la larga mano ejecutiva de Puigdemont en Barcelona, la que domina el partido y la que obliga a los cuadros a adoptar posicionamientos extremos. Pero los cuadros (básicamente pertenecientes al municipalismo) no quieren secundar la estrategia de confrontación con España y pugnan por reconducir la situación abandonando la unilateralidad y presentando una propuesta posibilista como salida a la situación actual. Además, han hecho llegar a la cúpula del partido el mensaje de que no están dispuestos a seguir la deriva radical del ‘expresident’ huido.

Desde estos cuadros se critica especialmente que “Puigdemont ha emprendido una huida hacia adelante, acelerando las propuestas más radicales de su lista”. Hay una doble jugada de Puigdemont: por un lado, ya ha diseñado la Crida per la República (o Crida Nacional), que pretende ser un espacio de encuentro del independentismo en general, pero que no es más que el embrión de su nuevo partido, en el que quiere integrar a corto plazo al propio PDeCAT.

Por otro lado, tras el fracaso de su llamada desde Waterloo a todos los independentistas (solo acudió su amigo Quim Torra, actual ‘president’), ha anunciado la puesta en marcha del Consell de la República, un fantasmagórico órgano que ha de fomentar la implantación del nuevo Gobierno independiente en la república catalana. El Consell se presentará el próximo día 30 en la Generalitat con toda solemnidad. Torra también ha puesto en marcha el Fòrum Cívic Constituent (Foro Cívico Constituyente), que ha de ser un espacio de debate para recoger las ideas con las que redactar una nueva Carta Magna para Cataluña. O sea, una nueva Constitución.

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont participa en una charla en la Universidad de Ámsterdam. (EFE)

El consejo asesor de este foro estará presidido por el excantante y exdiputado Lluís Llach, y en él tendrán cabida, entre otros, el exlíder de los comunes Albano Dante-Fachín, la exdiputada de la misma formación Àngels Moreno y la exdirigente de la JSC Beatriz Talegón. En algunos círculos del PDeCAT se critica la deriva nominalista de las propuestas de la cúpula de JxCAT, tanto de estos nombres como de los candidatos a los que Puigdemont ofreció encabezar la lista de las municipales por Barcelona: el doctor Bonaventura Clotet, el periodista Antoni Bassa, la tertuliana Pilar Rahola o el exconsejero de Cultura Ferran Mascarell. Algunas fuentes incluyen en esta lista a la actual consejera de Presidencia, Elsa Artadi, a la que Puigdemont quería enviar a las catacumbas municipales para que no fuese su rival en una eventual pugna por la presidencia de la Generalitat.

Al final, fue Neus Munté, la candidata que ganó las primarias el pasado mes de mayo (que no es santo de la devoción de Puigdemont), quien puso encima de la mesa la propuesta del exconcejal y 'exconseller' de Interior Joaquim Forn (actualmente encarcelado). De ese modo, el ‘expresident’ se lo tendría que pensar dos veces antes de intentar controlar la lista con otro de sus candidatos sorpresa. Todas estas acciones han llevado a la militancia cualificada del PDeCAT a una situación de continua crítica hacia el ‘expresident’ y el ‘president’. “Ya está bien de hacer ‘frikadas’. Lo que necesitamos es un partido serio”, claman desde algunos círculos de la formación.

“Temen perder influencia”

De todos modos, subrayan en la organización heredera de Convergència: “No renunciamos a nada, ni siquiera a Puigdemont, pero si seguimos así, jamás volveremos a ser el ‘pal de paller’ de la política catalana. El PDeCAT ha de retomar la herencia de Convergència y volver a ser el partido de la centralidad y la fuerza mayoritaria de Cataluña”.

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont interviene por videoconferencia en la jornada de clausura de la primera Asamblea Nacional del PDeCAT, este fin de semana. (EFE)

Quien más pugna en estos momentos por abandonar la senda de la unilateralidad son la mayoría de los alcaldes de la formación. No hay que olvidar que el PDeCAT o las candidaturas que apoyaba tienen 479 alcaldes, más de la mitad de todos los alcaldes de Cataluña. Y más de 3.000 concejales, es decir, un tercio del total de ediles. “Los alcaldes quieren un partido organizado, que dé solución y respuesta a las urgencias del país”, reitera a El Confidencial un alto cargo del PDeCAT.

Según las fuentes consultadas por este diario, “muchos alcaldes han hecho llegar a la dirección del partido que ellos no están dispuestos a formar parte de la deriva radical de Puigdemont”. En concreto, le han venido a decir a Bonvehí “que quieren presentarse a las elecciones con las siglas de siempre, no con unas siglas nuevas. En realidad, están hasta las narices de que les impongan una estrategia que muchas veces les perjudica en su tarea. Pero también reconocen el hecho de que sospechan que les utilizan políticamente para intereses puramente personales”.

El alto cargo aludido explica que muchos ediles han avisado a la cúpula del PDeCAT de que “o el partido toma rumbo y marca perfil propio o la centralidad política en Cataluña desaparece. Ese es el problema de fondo”.

Todavía hay 'seny' en el PDeCAT. O sea, el partido heredero de Convergència conserva aún reductos de responsabilidad que ven con desconfianza la deriva cada día más radical de Carles Puigdemont, el hombre que, en estos momentos, controla los resortes de poder de la formación a través de su vicepresidenta, Míriam Nogueras, que ata en corto al presidente de la formación, David Bonvehí. Ella es el poder en la sombra, la larga mano ejecutiva de Puigdemont en Barcelona, la que domina el partido y la que obliga a los cuadros a adoptar posicionamientos extremos. Pero los cuadros (básicamente pertenecientes al municipalismo) no quieren secundar la estrategia de confrontación con España y pugnan por reconducir la situación abandonando la unilateralidad y presentando una propuesta posibilista como salida a la situación actual. Además, han hecho llegar a la cúpula del partido el mensaje de que no están dispuestos a seguir la deriva radical del ‘expresident’ huido.

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