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Euforia en las 'brigadas de limpieza': "Ya era hora de que llegaran los políticos"
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YA FUNCIONAN VARIOS GRUPOS EN CATALUÑA

Euforia en las 'brigadas de limpieza': "Ya era hora de que llegaran los políticos"

Los grupos que quitan lazos amarillos en Cataluña celebran que los líderes de Ciudadanos den un paso al frente ahora que la tensión por la 'guerra de símbolos' escala en las calles

Foto: Un miembro de los grupos de defensa y resistencia (GDR) retira lazos en Barcelona. (EFE)
Un miembro de los grupos de defensa y resistencia (GDR) retira lazos en Barcelona. (EFE)

Los integrantes de las 'brigadas de limpieza' de lazos amarillos empezaron a reenviarse la noticia en masa, entre eufóricos e incrédulos. Albert Rivera e Inés Arrimadas se habían ido a Alella a hacer exactamente lo mismo que ellos llevan meses haciendo, solo que en lugar de actuar de madrugada y con pasamontañas, los líderes de Ciudadanos se daban un baño de multitudes en hora punta y con el rostro descubierto. Otra diferencia es que en este caso no hubo agentes de policía identificando a los implicados.

Los lazos amarillos llegan a la Fiscalía

"Ya era hora de que los políticos se mojaran en esto. Necesitamos que retirar lazos se convierta en algo tan normalizado como ponerlos. Solo con actos así toda esa gente harta de ver sus calles atestadas de símbolos independentistas podrá empezar a perder el miedo a salir y reivindicar sus derechos". Quien esto opina es la asociación Aixeca’t - Levántate, la entidad pionera en la retirada de simbología independentista de las calles de Cataluña. Comenzaron en septiembre de 2017 con los carteles de Òmnium y la ANC y no han parado desde entonces. Ellos son el embrión de las múltiples 'brigadas de limpieza' que han surgido por toda Cataluña, autodenominadas grupos de defensa y resistencia (GDR) y que ayer, tras el gesto de los líderes de Ciudadanos, vivieron su gran jornada de reafirmación en todo este tiempo, solo horas después de haber hecho en varios pueblos de Girona la mayor batida nocturna para quitar lazos que se recuerda.

Foto: chenta personas salen de noche a la calle para retirar lazos amarillos. (Foto: ATLAS)

"Nuestro movimiento todavía está muy verde, pero en un año hemos avanzado muchísimo. De los cuatro que comenzamos con esto en Barcelona hemos pasado a varios grupos que se coordinan y actúan por su cuenta en las cuatro provincias. La gente está perdiendo el miedo a expresar su rechazo a los lazos, aunque como contrapartida sí notamos que ahora los independentistas se cortan menos a la hora de insultarnos y acosarnos con el móvil o llamando a la policía". Según Aixeca’t - Levántate, una vez superado el tabú de que un político corte un lazo amarillo (en esto Albert Rivera se ha adelantado a Pablo Casado), el siguiente hito sería que una persona pudiera salir a cara descubierta a 'limpiar' las calles sin que nadie la increpara. "Pero eso es muy difícil y más en los pueblos, donde todos se conocen y supondría convertirte en un apestado". La propia portavoz de Aixeca’t prefiere mantener su identidad oculta por temor al rechazo en su entorno laboral.

"La gente está perdiendo el miedo a expresar su rechazo a lo lazos, aunque los independentistas ahora se cortan menos al insultarnos y acosarnos"

Rivera y Arrimadas también vivieron ayer algunas frustraciones propias de las brigadas. Lazo que cortaban, lazo que era atado de nuevo a los pocos minutos entre gritos de 'fuera, fuera' y 'fascistas'. Así discurre esta extravagante guerra de los lazos amarillos. Unos colocan tiras de plástico por todo el mobiliario urbano en un supuesto acto de dignidad democrática y otros las retiran de madrugada en un supuesto acto de preservación del medio ambiente. Mientras, la Fiscalía General los bendice a todos afirmando que nada de todo esto es delito. Un bucle sin sentido que solo consigue incrementar la tensión de forma lenta pero imparable.

placeholder Albert Rivera e Inés Arrimadas, retirando lazos amarillos en Abrera. (EFE)
Albert Rivera e Inés Arrimadas, retirando lazos amarillos en Abrera. (EFE)

El plástico como munición política

"Todos los catalanes tenemos derecho a ir a las playas y a pasear por las calles sin tener que aguantar simbología independentista. Vamos a seguir defendiendo la convivencia", dijo Inés Arrimadas en la concentración organizada por Ciudadanos en el parque de la Ciutadella en contra de los lazos y de las agresiones físicas, a la que acudieron cerca de 1.000 personas. "Pedimos una Cataluña de todos, una Cataluña a la que no haya que ir a quitar lazos, sino que no se pongan. Le pedimos a Torra que retire los símbolos del espacio público", reivindicó a su vez Rivera.

La manifestación, que apenas duró 30 minutos, se vio empañada por la agresión a un cámara de Telemadrid a causa, según la víctima, de un distintivo amarillo que llevaba en su equipo y que llevó a algunos asistentes a confundirle con un cámara de TV3. Un hecho muy lamentable que, de nuevo, pone en evidencia la tensión invisible que respiran las calles de Cataluña a cuenta de la guerra de símbolos, y que se ha demostrado capaz de estallar en violencia física al menor suspiro, incluso varias veces en la misma semana. Una guerra que a quien más alimenta es a los grupúsculos radicales de uno y otro bando, que en la manifestación de la Ciutadella se visibilizaron bajo banderas del grupo de extrema derecha europeo Generación Identitaria.

Como no podía faltar, Carles Puigdemont también hizo ayer un llamamiento a "no escalar un conflicto sobre la iniciativa de los lazos amarillos" a través de un comunicado, publicado justo media hora antes del inicio del acto de Ciudadanos. Puigdemont, Rivera y Arrimadas estuvieron de acuerdo en que hay que acabar con esto, aunque hasta ahí llegó la coincidencia, ya que unos para no escalar piden que se eliminen todos los lazos amarillos y el otro lo que pide para asegurar la convivencia es que nadie los retire de la vía pública.

Los integrantes de las 'brigadas de limpieza' de lazos amarillos empezaron a reenviarse la noticia en masa, entre eufóricos e incrédulos. Albert Rivera e Inés Arrimadas se habían ido a Alella a hacer exactamente lo mismo que ellos llevan meses haciendo, solo que en lugar de actuar de madrugada y con pasamontañas, los líderes de Ciudadanos se daban un baño de multitudes en hora punta y con el rostro descubierto. Otra diferencia es que en este caso no hubo agentes de policía identificando a los implicados.

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