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Un candidato a presidir la Generalitat cada seis días: los 19 intentos de candidatura
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Caos y falta de liderazgo, razones de la inestabilidad

Un candidato a presidir la Generalitat cada seis días: los 19 intentos de candidatura

Hasta 14 personas diferentes han optado al cargo de manera más o menos oficial. Algunos, en repetidos intentos. Fuentes políticas atribuyen las causas a una combinación de factores

Foto: El presidente del Parlament, Roger Torrent. (EFE)
El presidente del Parlament, Roger Torrent. (EFE)

Hoy, la XII Legislatura del Parlament cumple 110 días. En ese tiempo, ha habido 19 intentos de distinta naturaleza de colocar un candidato a 'president' de la Generalitat. La media es un candidato cada seis días. Desde el independentismo, se culpa de este frenesí presidencial al 155 y a la inestabilidad que ha provocado. Pero otras fuentes, incluso del ámbito soberanista, reconocen como relativamente normales largos periodos sin Gobierno —Bélgica, Italia, la propia España—, pero no tanto la cantidad de personas que se ha intentado nombrar, en tentativas de intensidad variable. Así, Carles Puigdemont lo ha intentado dos veces, mientras que el que ha estado más cerca ha sido Jordi Turull, quien incluso dio un discurso de investidura el día antes de ser encarcelado. Por último, quien más ha aparecido en las quinielas, hasta en tres ocasiones, ha sido Elsa Artadi, si bien nunca ha sido designada de manera oficial.

Como si hubiera habido pocos con los 16 previos, Puigdemont baraja una terna de posibles candidatos que le puedan dar el relevo en previsión de que el Tribunal Constitucional (TC) suspenda la reforma de la Ley de Presidencia que ha de servir de paraguas de investidura a distancia para el propio Puigdemont. Según publica 'La Vanguardia', la terna la integran el profesor de derecho Josep Costa, el expresidente de Òmnium Cultural Quim Torra y alcalde de Besalú, Lluís Guinó, quien ha estado ejerciendo de enlace entre Puigdemont y el PDeCAT. En la hiperinflacionada política catalana, los aspirantes a candidato aparecen ya de tres en tres.

Si no se tienen en cuenta los candidatos que aparecen en ocasiones repetidas, hasta un total de de 14 nombres diferentes han aparecido en las diversas quinielas. En este momento, es más noticia que Anna Tarrés, la galardonada entrenadora de natación sincronizada y ahora diputada de JxCAT, no haya sido propuesta aún por ninguna de las facciones en liza que el que aparezca un nuevo nombre.

placeholder Vista del salón de sesiones del Parlament de Cataluña. (EFE)
Vista del salón de sesiones del Parlament de Cataluña. (EFE)

Fuentes parlamentarias atribuyen las causas de esta situación anómala a una combinación de factores: la judicialización de la política catalana, el enfrentamiento entre Puigdemont y el encarcelado Oriol Junqueras, la falta de liderazgo por ausencias obligadas —Junqueras en la cárcel, Puigdemont inmovilizado en Alemania—, el funcionamiento asambleario de JxCAT, el pulso de esta última formación con los republicanos por la hegemonía en el bloque soberanista y el carácter ambivalente y obstinado del propio Puigdemont.

El actual candidato es Puigdemont. También fue el primero. El presidente del Parlament le propuso tras la primera ronda de contactos el 18 de enero. Y 22 días después, el 30 de enero, el propio Torrent aplazó el debate de investidura de manera indefinida para ahorrarse problemas legales.

Llega Jordi Sànchez

Ante el clima de vacío de poder, Junqueras movió ficha desde la cárcel. Propuso a Marta Rovira el 12 de febrero. Tal vez no fuera una elección demasiado afortunada. La propia escogida declinó por la vía de los hechos consumados ocupar el Palau de la Generalitat, cuando optó por huir a Suiza el pasado 24 de marzo.

placeholder El expresidente de la ANC Jordi Sànchez (d), a su llegada a la Audiencia Nacional. (EFE)
El expresidente de la ANC Jordi Sànchez (d), a su llegada a la Audiencia Nacional. (EFE)

Sin embargo, era solo el principio del desfile de posibles candidatos. Jordi Sànchez lo intentó, incluso reclamando su derecho ante la ONU. Pero el 20 de marzo el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que instruye una causa por los hechos de octubre, denegó su libertad y dio al traste con este intento. Es en ese momento cuando aparecen las primeras noticias que apuntan hacia la persona de confianza de Puigdemont, Elsa Artadi. Estamos a principios de marzo, el runrún mediático sobre Artadi duró unos días. Pero las noticias sobre nuevos candidatos acallaron esta posibilidad.

Viendo el desfile de aspirantes, el PDeCAT no quiso quedarse fuera. Intentaron impulsar como candidato a la presidencia al alcalde de Mollerusa, Marc Solsona. Solo por este apoyo ya fue vetado por Puigdemont, que siente por su propio partido casi más animadversión que por España.

Turull, el más serio

Después de tantos rumores, había que hacer una apuesta seria. Esta fue Jordi Turull. El 'exconseller' de la Presidencia de Puigdemont llegó a leer su discurso de investidura ante la Cámara, pero Llarena instruía su causa mirando de reojo hacia el Parlament de Cataluña y al día siguiente encarcelaba a Turull y a otros diputados, al mismo tiempo que Marta Rovira ponía tierra por medio. Colocar un nuevo ocupante en el Palau de la Generalitat iba a ser más difícil que hacerlo en el Trono de Hierro.

Los idus de marzo fueron especialmente crueles con los aspirantes soberanistas: Turull acabó en la cárcel y Marta Rovira se refugió en Suiza

Turull había topado con la negativa de la CUP, que se abstuvo. Para ganarse a la CUP, Puigdemont pensó en un candidato más proclive a dar alas a los anticapitalistas. Así nació la alternativa Quim Torra, que antes de la actual terna ya tuvo un primer momento de gloria.

La opción de ERC

Viendo el caos, ERC intentó poner sobre la mesa un candidato neutral, más como medio de presionar a Puigdemont que porque tuviese intención real de investirlo. El elegido fue Ernest Maragall. Era ya finales de marzo. Maragall tenía como virtud su calidad de independiente, la cual, por cierto, ha desaparecido al afiliarse a ERC a sus 75 años la pasada semana.

La irrupción del hermano de Pasqual Maragall en las quinielas volvió a poner nervioso al PDeCAT, que hizo su segundo intento apostando por la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, a causa de su cercanía a Puigdemont. No fue suficiente. Puigdemont no compró y la noria tenia que seguir girando.

A principios de abril, vuelven las noticias diversas sobre la candidatura de Elsa Artadi, quien en esos días se reúne con agentes sociales y representantes de la sociedad civil. Pero de nuevo todo queda en vía muerta.

El segundo intento de hacer presidente a Jordi Sànchez fue uno de los serios, mientras que Artur Mas apostó con pragmatismo por Ferran Mascarell

Es el momento de volver a jugar en serio. Jordi Sànchez lo intenta por segunda vez desde la cárcel. Y de nuevo el 7 de abril Llarena impide el movimiento. Poco después, también aparecen noticias alrededor de Laura Borràs, por su perfil más neutral. Tampoco prospera.

Una semana después, el 14 de abril, Artur Mas viaja a Berlín. En su encuentro con Puigdemont, propone a Ferran Mascarell. Con su silencio, Puigdemont entierra esta alternativa posibilista.

Ronda final

Entonces, el carrusel parece parar por unos días. Hasta que vuelve a ponerse en marcha en un tramo final que dispara candidatos como una ametralladora. El 1 de mayo vuelve a surgir Artadi como la candidata más realista. Durante tres días parece la mejor opción y la definitiva, hasta que ella misma se baja de un tren tan incierto. Esta vez, a la tercera no ha sido la vencida. Pero la opción era tan sólida que sus impulsores intentan cocinar una alternativa de urgencia con el exalcalde de Cerdanyola Antoni Morral. Será 'Morral el breve', apenas durará 24 horas. Ese sábado, JxCAT anunciará que Puigdemont intentará un segundo asalto, tan telemático como simbólico, después del que había intentado tres meses antes.

La existencia de la terna refleja que Puigdemont da escasa credibilidad a su propia candidatura. Tal vez a la candidatura en sí misma, solo convertida en un desfile de rostros para entretener al electorado camino de unas nuevas elecciones.

Hoy, la XII Legislatura del Parlament cumple 110 días. En ese tiempo, ha habido 19 intentos de distinta naturaleza de colocar un candidato a 'president' de la Generalitat. La media es un candidato cada seis días. Desde el independentismo, se culpa de este frenesí presidencial al 155 y a la inestabilidad que ha provocado. Pero otras fuentes, incluso del ámbito soberanista, reconocen como relativamente normales largos periodos sin Gobierno —Bélgica, Italia, la propia España—, pero no tanto la cantidad de personas que se ha intentado nombrar, en tentativas de intensidad variable. Así, Carles Puigdemont lo ha intentado dos veces, mientras que el que ha estado más cerca ha sido Jordi Turull, quien incluso dio un discurso de investidura el día antes de ser encarcelado. Por último, quien más ha aparecido en las quinielas, hasta en tres ocasiones, ha sido Elsa Artadi, si bien nunca ha sido designada de manera oficial.

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