Puigdemont se apunta un tanto con el voto delegado mientras sube la tensión en JxCAT

Punto para Carles Puigdemont y su armada invencible de Alemania. La Mesa del Parlament ha aceptado el voto delegado del diputado Toni Comín, refugiado en Bélgica de los requerimientos de la Justicia española. Con esos mimbres, y si se sigue permitiendo votar a Puigdemont, ERC y JxCAT se libran del yugo de la CUP. En segunda vuelta, podrán investir a quien quieran. Pero en la propia candidatura de Puigdemont hay dudas de lo que quiera hacer el 'expresident' desde Alemania y se apunta a fuertes tensiones internas.

Dichas tensiones no vendrían tanto de ERC, dispuesta a acompañar a los de Puigdemont en la modificación de la Ley de Presidencia, sino del PDeCAT, donde la decena de diputados que todavía guardan obediencia al partido que fundó Artur Mas estarían barajando un pronunciamiento público a favor de que se constituyese sin más dilación un Gobierno efectivo en la Generalitat que permitiese levantar el 155, según apuntan fuentes parlamentarias.

Aunque fuentes de JxCAT aseguran que a finales de mayo habrá Govern en Cataluña, la actitud de Puigdemont siembra muchas dudas. Y algunos temen que quiera ir a elecciones el 15 de julio, forzando una candidatura única con ERC. Si el 22 de mayo no se ha formado Gobierno en la Generalitat, las elecciones se convocan de manera automática.

TE PUEDE INTERESAR

El Gobierno evitaría recurrir el voto de Comín para favorecer una investidura

Fernando Garea

Con este panorama, hoy se celebra en el Parlament un pleno rutinario para convalidar dos decretos firmados por el Gobierno central en nombre de la Generalitat en virtud del artículo 155 de la Constitución, lo que no deja de ser irónico con una mayoría independentista. Uno de ellos servirá para abonar pagas atrasadas a los funcionarios de la Generalitat. En todo caso, serviría para que, por primera vez, Comín pudiese votar a distancia. Otro hito para los independentistas, siempre tan pendientes del universo simbólico.

Mientras, el Gobierno de Rajoy estudia si tomar medidas contra el voto delegado de Comín. Una de las muchas cartas que se guarda. No es la única. Otra que le queda es no publicar el cambio de la Ley de Presidencia, ya que la promulgación de las leyes es una potestad de la Generalitat y esta depende de Madrid en virtud del 155. Por tanto, todas las maniobras de los próximos días son movimientos que no darán sus frutos, hagan lo que hagan en el Parlament.

Calendario y celeridad

En la cámara catalana se prevé que Puigdemont intente una investidura el mismo día que se apruebe la Ley de Presidencia, la cual además será impugnada por el Tribunal Constitucional. Lo que supondrá que todos los caminos que está tomando el soberanismo acaban conduciendo al mismo callejón sin salida. No está claro si el candidato para esta investidura en falso volvería a ser Puigdemont u otro de los diputados presos.

ERC está enviando a Berlín un mensaje muy claro: pase lo que pase, no habrá lista única. Si Pugidemont se la quiere jugar, será en solitario

Esto podría ocurrir sobre el 10 o 12 de mayo. Quedarían apenas 10 días para llegar a la fecha límite. Por eso, desde ERC se repiten los mensajes a Berlín, donde Puigdemont ha fijado su residencia: no habrá lista única si se repiten elecciones. Los republicanos están dispuestos a medir sus fuerzas con el 'expresident'. Y en esa línea están tanto el actual líder de ERC, Pere Aragonès, como el presidente de la formación, el encarcelado Oriol Junqueras. Aragonés viaja a Estremera cada semana y se mantiene un contacto fluido entre ambos gracias a su condición de abogado.

Vetos y votos

Gracias a su veto a la lista única, en ERC piensan que al final podrán obligar a Puigdemont a que proponga a un candidato viable y sin causas pendientes. Pero, por ahora, el pulso entre las dos formaciones sigue, mientras que en el PDeCAT temen acabar siendo engullidos por este pulso para ver quién se convierte en la fuerza hegemónica del soberanismo y en si al final se juega la arriesgada apuesta de revalidar en votos una victoria que el 21-D ya pareció agónica.