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Puigdemont roba protagonismo a los presos y monopoliza la manifestación ‘indepe’
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ugt y ccoo participan y llaman a "tender puentes"

Puigdemont roba protagonismo a los presos y monopoliza la manifestación ‘indepe’

En esta cita, la organización convocante era el Espai Democràcia i Convivència, que incluye a entidades soberanistas, además a las principales centrales sindicales

Foto: Vista aérea de la manifestación por la libertad de los políticos presos. (Reuters)
Vista aérea de la manifestación por la libertad de los políticos presos. (Reuters)

El independentismo vistió de amarillo la avenida Paralelo de Barcelona en lo que pretendía ser una demostración de fuerza soberanista frente al Estado español. La Guardia Urbana (habitualmente extremadamente generosa con las manifestaciones independentistas) cifró en 315.000 los asistentes, una cifra muy alejada de los 750.000 aducidos por los organizadores.

Con la boca pequeña, en los días previos, se dejaba caer que este domingo se congregarían de nuevo más de un millón de catalanes e incluso los más optimistas hablaban de 2 millones de personas. Eso sería un hito, porque en realidad jamás hubo una manifestación de 2 millones (es un mito soberanista en el que pocos insisten ya). Al final, la manifestación no fue un fracaso: el Paralelo se vistió con esa marea amarilla aunque las cifras de asistencia puedan ser más o menos discutibles. Y fue otro acto independentista festivo, aunque no por ello menos reivindicativo. “Por mucho que nos presenten como violentos, sediciosos e incluso terroristas, hoy hemos demostrado que apostamos por el diálogo y la convivencia”, advirtieron los presentadores desde el escenario al dar por finalizada la manifestación.

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La manifestación estaba convocada por el Espai Democràcia i Convivència, la última ‘marca blanca’ impulsada por el presidente del Parlament, Roger Torrent, de la que forman parte, entre otros, la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural, Unió de Pagesos, Consejo Nacional de la Juventud, Confederación de Asociaciones Vecinales de Cataluña (CONFAVC), Plataforma Proseleccions Catalanes, Ciemen, Súmate, Fundipau, Asociación de Actores y Directores Profesionales de Cataluña, Unió de Federacions Esportives de Catalunya (Ufec), UGT y CCOO. En total, según los organizadores, se emplearon 957 autocares para trasladar manifestantes desde toda Cataluña hasta la capital, al margen de los trenes de Cercanías.

placeholder Manifestación convocadaen Barcelona por Espai Democràcia i Convivència. (EFE)
Manifestación convocadaen Barcelona por Espai Democràcia i Convivència. (EFE)

La participación de las dos principales centrales sindicales de Cataluña, que fue cuestionada por algunas de sus secciones sindicales al considerar que la movilización no refleja la pluralidad de la sociedad catalana, ha suscitado también críticas por parte de partidos constitucionalistas como Cs. Pero los secretarios generales de UGT y CCOO en Cataluña, Camil Ros y Javier Pacheco, han reivindicado este domingo la necesidad de "tender puentes" para superar el bloqueo político. "Estamos aquí porque creemos que es el momento de los puentes y no de bloques", ha subrayado Ros.

La cita estaba considerada de alto voltaje, no solo por la emotividad que suponía, sino porque el independentismo confía en que esta movilización despierte de nuevo al electorado soberanista, dando comienzo a la ‘Primavera Catalana’. Y es que, tras 8 años de movilizaciones, el engranaje soberanista comienza a dar síntomas de cansancio y el poder de convocatoria es menor que hace unos años. Elsa Artadi, portavoz de JxCAT en el Parlament, se refirió a esa circunstancia con meridiana claridad: “A todos aquellos que dicen que el movimiento está desmovilizado, que la gente está cansada, les demostramos una vez más que no es así y que el resultado del 21 de diciembre se palpa hoy en las calles”.

Los partidos dieron el callo

Para certificar esa máxima, nadie podía faltar. El PDeCAT hizo desembarcar a su plana mayor: desde Artur Mas, pasando por la exconsejera de Vicepresidencia y exportavoz del Govern, Neus Munté, hasta la cúpula de la organización, materializada por Marta Pascal y David Bonvehí, los portavoces en el Congreso y Senado, Carles Campuzano y Josep Lluís Clèries, la presidenta de la Diputación de Barcelona, Mercè Conesa, el exalcalde de Barcelona Xavier Trias o el eurodiputado Ramon Tremosa.

placeholder El expresidente de la Generalitat Artur Mas (i) saluda al 'exconseller' de Cultura Ferran Mascarell. (EFE)
El expresidente de la Generalitat Artur Mas (i) saluda al 'exconseller' de Cultura Ferran Mascarell. (EFE)

En ERC , otro tanto de lo mismo, con casi todo el grupo parlamentario, buena parte de los diputados nacionales y los senadores. Y también la cúpula provisional del partido: Pere Aragonès, Lluís Salvadó, Marta Vilalta e Isaac Peraire. La portavoz del partido, Marta Vilalta, señalaba, al comienzo de la manifestación que “volvemos a salir a la calle para que se oiga de forma alta y clara la voz del pueblo de Cataluña que dice no a la represión”. Insistía en que los políticos presos lo están por “delitos inventados” y subrayaba el “clamor masivo, diverso y plural a favor de los derechos y las libertades”. Y la CUP arengó: “¡Que vuelvan a casa los presos y exiliados políticos! ¡Sin condiciones!”. Y el vicesecretario general de Coordinación Interna y Organización, Isaac Peraire, lanzaba: “Persistimos conjurados, dispuestos a TODO (sic)”.

Se subió al carro Barcelona en Comú, de Ada Colau. “En Cataluña no podremos recuperar la normalidad política hasta que no revirtamos la excepcionalidad judicial”, se justificaba la formación que encabeza Colau, haciendo un llamamiento a la participación activa en la manifestación. Pero alguien se equivocó de manifestación o de consigna, porque uno de los gritos más repetidos no tenía nada que ver con la libertad de “presos políticos” ni nada parecido: “Puigdemont 'president'” se convirtió, por derecho propio, en el centro de la manifestación y la consigna más coreada.

"Puigdemont 'president'" se convirtió, por derecho propio, en el centro de la manifestación y la consigna más coreada, por encima de la libertad

En realidad, la pancarta de la cabecera era explícita y clara: “Por los derechos y las libertades. Os queremos en casa”; “Por la democracia y la cohesión. Os queremos en casa”, un mensaje dirigido directamente a la situación de los políticos presos y fugados. Hubo muchos gritos de “Llibertat presos polítics” o “Ni un pas enrera”. En menor medida, “Vaga [huelga], vaga, vaga general”, “Prou ostatges [basta de rehenes]” o “In-inde-independencia”. Pero se llevó la palma el de “Puigdemont, president” y “Puigdemont investit”, lema del que se habían distribuido miles de carteles, fruto de la intensísima labor propagandística de JxCAT que desviaba claramente el objetivo de la protesta. Los gritos y carteles con esas consignas fueron, además, abundantemente retransmitidos por los canales oficiales de los convocantes.

Férrea disciplina

Las entidades organizadoras, no obstante, fueron disciplinadas al máximo: ni la ANC, ni Òmnium, ni los Comités de Defensa de la República (CDR) se convirtieron en portavoces del evento. El protagonismo era del Espai, aunque fueron estas plataformas quienes, en la práctica, llevaron el peso de la contratación de autocares, la elaboración de consignas y la organización de la manifestación. Por una cuestión de imagen, la portavocía se ‘delegó’ en los responsables de la plataforma ‘transversal’. De esta manera, se focalizaba la manifestación desde un punto de vista que buscaba trascender del bloque independentista y, por otra parte, se visualizaba el hecho de que no era una cosa exclusiva del soberanismo, sino más plural.

Ello no quitó que la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, declarase que “tenemos presos políticos, exiliados y centenares de represaliados. Hoy la sociedad catalana, con toda su pluralidad, sale a la calle en defensa de la democracia y por el derecho a decidir nuestro futuro como pueblo con libertad”.

'Los Jordis' (Jordi Sánchez y Jordi Cuixart) enviaron sendos mensajes desde prisión. “Como país de luchas compartidas: la lucha nacional y la social son indisolubles. El sindicalismo siempre ha estado al lado de las libertades y contra la represión”, escribía Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural. Sànchez lanzaba su consigna a primera hora de la mañana: “Hoy, a las 12.30, llenemos el Paralelo. Convivencia, civismo y respeto a todos, piensen como piensen”. Luego, al final del evento, la esposa de Cuixart y el hijo de Sànchez leyeron sendas cartas de sus familiares dirigidas a los manifestantes.

También Carme Forcadell agradecía las muestras de cariño: “Muchas gracias por vuestras muestras de apoyo y por las cartas que me enviáis. No sabéis la fuerza que me da leerlas cada mañana. Disculpad que no pueda responder a todos, pero sí que las leo todas y me animan. ¡No desfallezcamos!”.

El independentismo vistió de amarillo la avenida Paralelo de Barcelona en lo que pretendía ser una demostración de fuerza soberanista frente al Estado español. La Guardia Urbana (habitualmente extremadamente generosa con las manifestaciones independentistas) cifró en 315.000 los asistentes, una cifra muy alejada de los 750.000 aducidos por los organizadores.

Manifestación CCOO UGT Carles Puigdemont
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