Tamara Carrasco, la 'CDR' que pasó de posar con Ciudadanos a radicalizarse en 6 meses
En octubre cesó repentinamente su relación con los círculos de los ‘comunes’ en que se movía y optó por acercarse más a la CUP, ingresando en los CDR
Radicalización exprés. Así se califica en diversos ambientes cívicos de Viladecans la trayectoria de Tamara Carrasco, la dirigente de los comités de defensa de la república (CDR) detenida ayer en una operación de la Guardia Civil. Hasta hace unos meses, la actividad política de Tamara se había señalado por las luchas ciudadanas en diversas reivindicaciones, pero a partir del 1 de octubre, esa trayectoria dio un giro repentino.
¿Fue el 1 de octubre, día de la celebración del referéndum, el detonante de su acelerada radicalización? Es posible. La información que circula por Viladecans apunta a que en octubre cesó repentinamente su relación con los círculos de los ‘comunes’ en que se movía y optó por acercarse más a la CUP, ingresando en los CDR. En el año 2015, había concurrido a las municipales como número tres en la lista de Guanyem, el partido fundado por Ada Colau. Esta formación solo obtuvo un concejal.
De hecho, el 2 de octubre realizó una íntima confesión que aclara un poco esta cuestión: “Ayer defendimos colegios con uñas y dientes. Con tensión y emoción contenida que reventó al final de la jornada (…) Cuando finalizó el escrutinio, había cientos de personas esperándonos a oscuras, nos hicieron un pasillo aplaudiéndonos. Dándonos las gracias por el trabajo y por jugárnosla, dándonos abrazos y muestras de cariño. Salíamos en fila llorando de la emoción y de la tensión contenida. Después, cantamos juntos ‘Els Segadors’, himno de nuestro pueblo. Aún se me pone la piel de gallina. ¡Pufff, qué día, de verdad! Pero esto no se ha acabado, todo lo contrario, ‘whinter is comming!”.
Añadía luego: “Para acabar, cualquiera de mis contactos que no criminalice la brutalidad policial recibida y la represión del Gobierno (atacando al supuesto pueblo que ama y no quiere que se vaya), lo niegue o lo justifique, ya puede borrarme de sus contactos y olvidarse de mí. Ya he hecho limpieza en Facebook y en Wathssap [sic]”. Y zanjaba: “¡Bon colp de falç!” (latiguillo de 'Els Segadors', que traducido sería ‘buen golpe de hoz’).
Pero, hasta el mes de octubre pasado, era frecuente su relación con políticos de todos los pelajes. “Circulan fotos nuestras como si fuésemos íntimas amigas, pero no es así. Apenas nos conocíamos”, explica a El Confidencial Carolina Torres, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Viladecans. Carolina asistió al último cumpleaños de Tamara, el pasado 24 de septiembre, en un bar de su localidad. “Fue una casualidad. La presidenta de una entidad social y yo pasamos por el bar y celebraba su cumpleaños, por lo que nos saludamos y nos hicimos unas fotos”, explica la portavoz de Ciudadanos. En esa foto, también aparecen el cabeza de lista de Guanyem (y, por tanto, concejal), Eduardo Tobaruela, la esposa de este, Carmen Puig, y Maria Lluïsa Capdevila, coordinadora de Viladecans contra el Cáncer.
Unas semanas antes, Carolina y Tamara se habían sacado una foto que ahora se ha hecho viral. “Fue en la caseta de Ciudadanos, en la Feria de Bellvitge, con lo que te puedes hacer una idea de su talante. Antes no parecía tan sectaria y la prueba es esa foto. ¿Qué radical va a pasarse por la caseta de Ciudadanos a hacerse una foto? Pues ella vino hasta allí y nos hicimos la foto sin ningún problema”, explica a este diario la dirigente de Ciudadanos.
Campaña a favor de Trapero
Apenas dos meses después, el 31 de octubre de 2017, la activista firmó y colgó en su página de Facebook una campaña de recogida de firmas para exigir la no destitución del ‘major’ Josep Lluís Trapero, que acababa de ser cesado tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución. “El ‘major’ Trapero es un personaje cabal de la historia reciente de Cataluña. El cuerpo de los Mossos d’Esquadra, del que era el máximo responsable, desarticuló en muy poco tiempo el comando terrorista que atentó en las ciudades de Barcelona y Cambrils. Merece ser tratado con más respeto”, decía en un breve texto en change.org. Para entonces, ya había cambiado de compañeros fotográficos y trocado a Carolina Torres por David Fernández, exdiputado de la CUP, con quien compartió también foto en las redes sociales. La radicalización exprés era ya un hecho.
Ese mismo mes de octubre, cambió su foto de perfil y puso, sucesivamente, un logotipo pidiendo la “libertad de presos políticos catalanes” y una fotografía de los Jordis (Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, que acababan de ser encarcelados), exigiendo su libertad y con la consigna “Os queremos en casa”, que difundieron la ANC y Òmnium Cultural. En una grabación que se filtró en las redes sociales y recogida por este diario, quedaba de manifiesto que su papel no era de mera figurante en la estructura de los CDR, sino que tenía la capacidad de saber qué se estaba cociendo y conocer detalles de la estrategia de agitación callejera que se preparaba para las semanas venideras.
Fan de La Tuerka
Lo cierto es que la palabra más repetida para calificar el estado de ánimo de los vecinos de Viladecans es 'alucinados'. Tamara era una activista muy conocida en esta localidad del Baix Llobregat, en pleno cinturón rojo de Barcelona. “Nos conocíamos desde hace aproximadamente un año, porque ella era miembro de la Plataforma de Defensa del Hospital de Viladecans. Además, solía venir a menudo a los plenos del ayuntamiento y recuerdo que hablamos bastante porque ella era una luchadora contra la violencia machista”, dice Carolina Torres, aunque asegura que apenas conoce nada de la vida de Tamara. “Ni siquiera sé dónde trabaja, solo sé que iba a Barcelona, porque alguna vez que discutimos el tema de las conexiones ferroviarias de Viladecans con Barcelona ella dijo que tenía que coger el tren todos los días. Pero desde el pasado mes de septiembre no hemos hablado”. Reconoce, no obstante, que “en el mes de octubre nos enteramos de que había ingresado en los CDR, lo que nos sorprendió”.
Conocida en su círculo de amigos como Tami, la activista trabaja en la cooperativa Femarec, dedicada a múltiples actividades, entre las que destacan la inclusión social de personas en riesgo de marginación, la formación ocupacional, la gestión de residuos, la destrucción confidencial de documentación, la digitalización de documentos o servicios de imprenta y 'merchandising'.
En el currículo que la activista colgó en Infojobs, señalaba que tiene cinco años de experiencia como auxiliar administrativa y tres años de experiencia como manipuladora. “Tengo el título de CFGM [Ciclos Formativos de Grado Medio] en Gestión Administrativa, conozco el nuevo plan general contable, tengo 250-300 pulsaciones en mecanografía (…) He realizado trabajos de atención al cliente, centralitas, albaranes, facturas, control de entrada y salida de mercancías, control de mensajería y transportes exteriores… Puedo hacer cualquier cosa, aunque no la haya hecho antes, siempre que alguien me lo enseñe. Tengo muchas ganas de aprender e ilusión por trabajar”, escribía en Infojobs. En esa red social, se ofrecía “para trabajos de administrativa, atención al cliente y trabajos de manipulación”.
Tamara es fan del canal La Tuerka, que presentaba el líder de Podemos, Pablo Iglesias, así como seguidora de ‘El Intermedio’, el programa que presenta el Gran Wyoming en La Sexta.
La estrategia acusatoria
En su casa, según ha trascendido, se encontraron documentos sobre un acuartelamiento de la Guardia Civil en Barcelona. Paralelamente, la Guardia Civil trabaja con la diana puesta en otro activista de Esplugues de Llobregat, al que considera el ‘cerebro’ de las movilizaciones que durante esta Semana Santa cortaron autopistas catalanas y obligaron a levantar los peajes de las mismas.
Las acusaciones que se achacan a ambos son las de terrorismo y rebelión. “Con la ‘kale borroka’ del País Vasco se acabó a través de las duras acusaciones judiciales. En Cataluña se va a seguir la misma estrategia. Lo que sirvió para desarticular a los ‘comandos Y’ del País Vasco servirá aquí para acabar con la violencia callejera y con la guerrilla urbana que pretende mantener una desestabilización permanente del orden público”, explican a este diario fuentes cercanas a las investigaciones.
Radicalización exprés. Así se califica en diversos ambientes cívicos de Viladecans la trayectoria de Tamara Carrasco, la dirigente de los comités de defensa de la república (CDR) detenida ayer en una operación de la Guardia Civil. Hasta hace unos meses, la actividad política de Tamara se había señalado por las luchas ciudadanas en diversas reivindicaciones, pero a partir del 1 de octubre, esa trayectoria dio un giro repentino.
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