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JxCAT lanza un órdago para intentar investir a Puigdemont a cualquier precio
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Otro pleno simbólico el miércoles

JxCAT lanza un órdago para intentar investir a Puigdemont a cualquier precio

ERC no ha comprado. Ha entregado a la formación del 'expresident' el placebo habitual: un pleno simbólico mañana miércoles para aprobar una resolución que defienda la legitimidad

Foto: Los diputados de JXCAT Elsa Artadi (2d) y Eduard Pujol (2i), junto a otros diputados independentistas, guardan silencio tras la detención de Puigdemont. (EFE)
Los diputados de JXCAT Elsa Artadi (2d) y Eduard Pujol (2i), junto a otros diputados independentistas, guardan silencio tras la detención de Puigdemont. (EFE)

JxCAT descabezado. JxCAT tomando decisiones en medio de la noche después de haber leído algunos tuits. JxCAT apostando por investir a Carles Puigdemont. Volver al plan A, cuando han fracasado el plan B —Jordi Sànchez— y el plan C —Jordi Turull—. La mayor parte de los 34 diputados de la candidatura abogan por esta fórmula. Mediática pero ilegal. Cuentan con el apoyo de los cuatro escaños de la CUP. Arrastraría a todos los independentistas de la cámara catalana a la inhabilitación, como mínimo. Pero es igual. No hay reflexión, no hay estrategia. Las masas movilizadas por los CDR piden sentimentalidad. Y JxCAT, que ganó las elecciones sin programa pero apelando al corazón de los votantes, ahora es lo único que tiene: buenos sentimientos, esos que dicen que sirven para empedrar el infierno.

Quim Torra, quizás el diputado 'juntaire' más hiperventilado, ha liderado un grupo de diputados que ha viajado a Hamburgo encabezando una delegación de la candidatura para apoyar a su líder en los juzgados de Neumünster. Elsa Artadi, siempre a la derecha del padre, se va a TV3 a decir que hay que investir a Puigdemont. Su principal apoyo en esta recuperación del espíritu de la restitución es Eduard Pujol. Pero no es el único. La apoyan Laura Borràs, Aurora Madaula, Anna Tarrés y otros. Tal vez el más radical es Josep Costa, vicepresidente del Parlament. JxCAT adelantando a la CUP por la izquierda. Vivir para ver.

Foto: Un joven que lleva una camiseta con una estelada, ante la cárcel de Neumünster, este lunes. (EFE)

ERC no ha comprado, según aseguran fuentes de los republicanos. El presidente del Parlament, Roger Torrent, denostado en España por sus críticas a los jueces, ha entregado a JxCAT el placebo habitual: un pleno simbólico mañana miércoles para aprobar una resolución que diga que Puigdemont tiene todo el derecho a ser el 'president'. Pero no lo propondrán y no le votarán. Así, Torrent preserva la Mesa y a los diputados republicanos. Se evita de manera escrupulosa violar la ley. JxCAT tiene hoy por hoy el monopolio de la 'rauxa'. ERC se ha quedado con el 'seny'.

Por tanto, los bandos en el bloque soberanista siguen igual que antes de la detención de Puigdemont. ERC es la primera línea de defensa. El PDeCAT, el último cartucho. ERC se ha convertido en el partido que aboga por gobernar en la Generalitat, aceptar el marco autonomista y negociar con el Gobierno español la libertad de los presos, al menos a medio plazo. Si JxCAT no tiene estrategia y solo va improvisando día a día, la de ERC es de hierro y la marca Oriol Junqueras desde su celda individual en Estremera.

La ANC y los CDR

La ANC y los CDR apoyan la opción Puigdemont. La ANC porque su nueva presidenta, la economista Elisenda Paluzie, se ha alineado con la línea dura de JxCAT: “Puigdemont, president” y que el Tribunal Constitucional se lleve a todos por delante. Es una estrategia del cuanto peor, mejor que socialice el dolor del mayor número de catalanes posibles. “Puigdemont, president”. Paluzie no va a centrarse en organizar grandes manifestaciones. Paluzie va a focalizar la ANC en la actividad de 'lobby'. En presionar a los políticos. Y su apuesta es más bloqueo institucional, más desgobierno y más caos.

Si la ANC operará como la extensión de JxCAT en la calle, los CDR hacen lo mismo para la CUP. Apenas pueden movilizar a unas 6.000 personas en toda Cataluña pero son suficientes para atraer más gente en actos de protesta concretos y forzar acciones como cortes de carreteras o de vías de tren. Tensión en el Parlament, tensión en la calle.

Paluzie no va a centrar la ANC en organizar grandes manifestaciones, como hasta ahora, sino en hacer actividad de 'lobby' con los partidos políticos

Y al mismo tiempo que resucita el plan A, también lo hace el plan B. Jordi Sànchez ahora pide recuperar su acta de diputado. Recuperar la estrategia de bloqueo. El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena dará al traste con ese intento, pero es igual. Cuando fracase la estrategia de investir a Puigdemont, se volverá a intentar investir a Sànchez, que también acabará en la cuneta, según reconocen fuentes de JxCAT. Cataluña como Bill Murray, atrapada en su particular Día de la Marmota.

Autoridad moral

En medios soberanistas se apuesta por que ERC aguantará el pulso. No porque la presión vaya a ser poca. Será mucha. Puigdemont cuenta con un ejército de simpatizantes, columnistas y medios digitales. Sino porque esta vez tiene autoridad moral. La que le da tener a Oriol Junqueras y otros cuatro altos representantes del partido en prisión. Si el martirio requiere coraje, los republicanos lo están demostrando de sobra, tanto como los miembros del PDeCAT. Por contra, la amalgama de independientes que nutre las filas de JxCAT todavía no ha probado nada. Para los de Junqueras, lecciones morales, las justas. Y de independentismo, menos. Con las armas en alto, algo está cambiando en ERC. Ya no temen a las elecciones. Ellos no están pensando en la “primavera catalana” con la que fantasean los CDR. En ERC la idea es más bien mesidor, el mes de los revolucionarios franceses, que incluiría el 15 de julio, la fecha en que se convocarán nuevos comicios catalanes de manera automática.

JxCAT descabezado. JxCAT tomando decisiones en medio de la noche después de haber leído algunos tuits. JxCAT apostando por investir a Carles Puigdemont. Volver al plan A, cuando han fracasado el plan B —Jordi Sànchez— y el plan C —Jordi Turull—. La mayor parte de los 34 diputados de la candidatura abogan por esta fórmula. Mediática pero ilegal. Cuentan con el apoyo de los cuatro escaños de la CUP. Arrastraría a todos los independentistas de la cámara catalana a la inhabilitación, como mínimo. Pero es igual. No hay reflexión, no hay estrategia. Las masas movilizadas por los CDR piden sentimentalidad. Y JxCAT, que ganó las elecciones sin programa pero apelando al corazón de los votantes, ahora es lo único que tiene: buenos sentimientos, esos que dicen que sirven para empedrar el infierno.

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