La detención de Puigdemont acerca a Cataluña a repetir elecciones en julio

La detención de Carles Puigdemont ayer en Alemania aboca a Cataluña a repetir elecciones el próximo 15 de julio. El pasado jueves, los independentistas pusieron en marcha el reloj por la investidura fallida de Jordi Turull. En ese momento, parecía que habían ganado dos meses para conseguir que en ese tiempo Puigdemont renunciase a su escaño. Ahora, con Puigdemont durmiendo en una cárcel alemana, el 'expresident' necesita su acta de diputado para defender ante los tribunales germanos su condición de supuesto preso político.

La detención de Puigdemont da un giro inesperado a los acontecimientos. Y otorga todavía más poder a la CUP, que puede sacar oro de sus exiguos cuatro diputados. Solo un candidato que obtenga un voto positivo de los 'cupaires' puede obtener los votos necesarios para ser presidente de la Generalitat. Mientras la CUP siga encastillada en la abstención asegurando que solo votará a favor de Carles Puigdemont, las elecciones son inevitables. Con el agravante de que antes, con la renuncia de Puigdemont y Toni Comín, se podía hacer correr las listas y conseguir un resultado en segunda vuelta de 66 a 65 diputados a favor del independentismo. Pero si solo dimite Comín, eso daría un empate: 65 a 65, y no permitiría escoger a un presidente.

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Fuentes de JxCAT explican que ya el viernes desde Helsinki, Puigdemont expresó en público —y lo que es más importante, en privado— que no pensaba dejar su escaño. Ahora, no es que quiera. Es que no puede. El ser miembro del Parlament es su mejor baza para poder volver a Bélgica. En cambio, hace una semana el acta iba a servir de moneda de cambio para imponer como presidente de la Generalitat a un hombre de su confianza.

Ahora, ni habrá presidente de la Generalitat ni Puigdemont va a pintar nada. De hecho, también se acabarán las conferencias por Skype en las que Puigdemont repartía doctrina al grupo parlamentario de JxCAT. Ahora JxCAT se queda sin liderazgo, los 18 diputados fieles a Puigdemont quedan descabezados y se abre una ventana de oportunidad para que el PDeCAT controle el grupo parlamentario.

Si el PDeCAT se impone en el grupo parlamentario y ERC en manos de Oriol Junqueras da prioridad a gobernar en la Generalitat, podría pensarse que el 'procés' podría entrar en una senda de pragmatismo. A corto plazo no será así. A los radicales aún les quedan cartas y ahora tienen además a un mártir: Puigdemont en una cárcel alemana.

Radicales contra moderados

Los radicales cuentan con diversas bazas. Para empezar, la CUP. Su líder, Carles Riera, siempre ha asegurado que solo tienen un candidato, Carles Puigdemont, y que el Parlament debería investirlo siguiendo la senda de la desobediencia, iniciando otro pulso al Estado. Además, la CUP cuenta con el apoyo de los CDR, que ahora son los que tienen más peso en la movilización en la calle.

Los 'cupaires' no están solos. La nueva presidenta de la ANC, la economista Elisenda Paluzie, va por esta misma senda. En una reciente entrevista en 'El Punt Avui', recién nombrada en el cargo, aseguró: “Es verdad que, mientras el presidente Puigdemont sea diputado, si queremos ser coherentes con nuestro discurso y nuestras acciones, el Parlament de Cataluña debería votarle como 'president', y luego ya veríamos qué pasaría. De entrada, sin embargo, deberíamos demostrar que el único presidente que tiene Cataluña es aquel que vota su Parlament”. Paluzie es una persona muy cercana a Puigdemont. Por tanto, el nuevo foco de tensión política va a situarse ahora entre los diputados y fuerzas políticas que aboguen por esta senda, de nuevo, insurreccional, y ERC y el PDeCAT, los cuales se negarán de plano, ya que ambas formaciones tienen presos que afrontan largas penas de cárcel y no quieren seguir esta senda.

Destacados independentistas como Elisenda Paluzie o Josep Lluís Carod-Rovira están abogando por investir a Carles Puigdemont al precio que sea

Ha habido más voces en este sentido. La más destacada, la del 'exvicepresident' de la Generalitat Josep Lluís Carod-Rovira, quien ha tuiteado en el mismo sentido: que el Parlament desafíe al Gobierno español e invista a Puigdemont a distancia, aunque legalmente no puede hacerlo.

Legal, ilegal

La paradoja es que en la cámara catalana no hay mayoría para investir un presidente de la Generalitat soberanista de forma legal, pero sí podría haberla para desobedecer y seguir saltándose las leyes. Esto sería posible con los cuatro diputados de la CUP. Un drama para el presidente de la cámara, Roger Torrent.

Ese debate se abrirá en los próximos días, según las fuentes consultadas, y del mismo los partidos del bloque soberanista saldrán todavía más tocados. Solo la responsabilidad de ERC y de PDeCAT, ya escarmentados por las experiencias de los últimos días, podrá evitarlo. Puigdemont, detenido en Alemania, seguirá dando guerra, y mucha, en Cataluña.