Tabarnia 'la monta' en Waterloo: "Carlitos, en Madrid te espera el señor Llarena"

“Vamos a celebrar una conferencia al más bajo nivel entre yo, que soy presidente legítimo, y un presidente legítimo que es él”. Con esta declaración de intenciones, una furgoneta a modo de “embajada móvil” y una bata de doctor especialista en “paranoias regionales”, se ha plantado Albert Boadella ante la casa de Carles Puigdemont en Waterloo.

“Nuestros medios son más modestos”, explicaba Boadella junto a una tienda de campaña que la delegación de Tabarnia ha plantado ante la mansión de 4.000 euros al mes que se ha convertido en el epicentro del independentismo catalán en el exterior. Una sede pagada, dice el cómico, con el dinero público “de todos”.

“Carlitos, Carlitos, estamos aquí preparados ya (…) No te escondas, ya sabemos que eres un fuguista compulsivo, sabemos que estás tras las cortinas, ven aquí que te contaremos los desastres que has organizado”, ha gritado Boadella, altavoz en mano. Tampoco ha faltado la música: como broche al acto, los representantes de Tabarnia han bailado al ritmo de la popular 'Waterloo', de Abba.

Lo cierto es que Boadella y su séquito —Jaume Vives, Tomás Guash y varios simpatizantes— eran conscientes de que Puigdemont no se encontraba en Waterloo, sino en Finlandia. Tanto de eso como de que su sátira no es otra cosa que un 'show'. Una crítica descarriada al 'procés' con la que pretenden mostrar lo descabellado que, a su juicio, es el camino emprendido por los independentistas que pretenden seguir adelante caiga quien caiga.

Boadella, que se reivindica como “payaso”, amenaza con denunciarles por “competencia desleal”. Aunque aparca el humor momentáneamente para hablar de su “parte trágica: las consecuencias directas sobre nuestro territorio”. “Si todo esto sucediera solo dentro del mundo de la farándula tendría su gracia, el problema son las consecuencias” sobre Cataluña, dice.

El cómico, que recuerda que dejó de actuar en Cataluña en 2006 después de que, dice, le señalaran como “traidor nacional”, no ha hecho las paces aún con la situación en la tierra que le vio nacer. “Volveré cuando cambie el régimen”, apunta. Y enumera, en la misma sala donde Puigdemont celebró su primera comparecencia tras su aparición sorpresa en Bélgica, las perversiones del independentismo.

“No es cierto que haya un pensamiento único”, “ha habido una tergiversación de la historia que ha calado en la mente de los nacionalistas”, hay una “inducción del odio hacia el conjunto de los españoles”, advierte Boadella. Tras su presentación ante los medios, todos españoles, los autoproclamados representantes de Tabarnia se han dirigido a un acto en la Eurocámara, de la mano del eurodiputado Enrique Calvet.