La elección de Sànchez, en manos del TS y de la renuncia de Puigdemont y Comín

Confirmado Jordi Sànchez como candidato a la presidencia de la Generalitat y con el pleno de investidura ya programado —lunes 12 de marzo a las 10:00 horas—, los números no dan. A la espera de que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena decida si le permite o no acudir al pleno tras presentar este martes un escrito en el que solicita su libertad, JxCAT y ERC tienen por delante un complicado panorama que sitúa a Carles Puigdemont y Toni Comín en una tesitura que podría desbloquear la situación política en Cataluña: renunciar o no a sus escaños.

Tras la negativa de la CUP a investir a Sànchez, cuentan con cuatro votos menos que hacen casi inviable su elección. Para ser elegido hay dos opciones: en primera votación con los votos de 68 de los 135 diputados —mayoría absoluta—, o en segunda, por mayoría simple con más votos a favor que en contra. Junts Per Catalunya (34) y ERC (32) suman 66 votos, pero de estos hay que restar dos, el de Carles Puigdemont (JxCAT) y el de Toni Comín (ERC), a los que el Tribunal Constitucional no les ha permitido delegar el voto en otros parlamentarios en otras votaciones al estar huidos de la justicia. A los que sí se le ha permitido ha sido a los diputados encarcelados, Oriol Junqueras y Jordi Sànchez, por lo que en total la suma sería de 64 votos a favor de la investidura de Sànchez. De ser así, el que fuera presidente de la ANC no será escogido ni en la primera votación ni en la segunda, ya que el resto de formaciones votarán 'no' a su investidura y juntos suman más votos en contra que a favor: 65 votos —los 36 de Ciudadanos, los 17 del PSC, 8 de Catalunya En Comú Podem y 4 del Partido Popular—.

No sería necesaria la CUP

Para salir de este bloqueo la opción no es buscar otro candidato, ya que la CUP ya ha advertido que "esto no es cuestión de nombres sino de programa" y que, en ningún caso, se plantean investir a un candidato de JxCAT. Por lo tanto, la única vía para que cuadren los números y no perder la mayoría simple es que Puigdemont y Comín renuncien a sus escaños como ya hicieron en su momento Joaquim Forn ​—en prisión desde hace cuatro meses— y los tres huidos en Bruselas Clara Ponsatí, Meritxell Serret y Lluís Puig para facilitar la mayoría en la Mesa del Parlament y la elección de Roger Torrent como presidente de esta cámara.

De ser así, JxCAT y ERC no necesitarían ninguno de los cuatro diputados de la CUP ya que Sànchez, si Llarena le permite acudir al pleno, sería elegido en la segunda votación ya que lograría 66 apoyos frente a los 65 'noes' del resto de la cámara. Una victoria muy ajustada pero que dos meses y medio después de las elecciones del 21-D pondría fin al bloqueo político en Cataluña con un presidente que tomaría decisiones desde la cárcel.

Joaquim Forn presiona y ve viable esta opción

Esta opción cada vez cobra más fuerza, a pesar de que JxCAT y ERC nieguen que Puigdemont y Comín barajen esta opción. La presión sobre ellos aumenta, ya que públicamente y desde la cárcel, el 'exconseller' de Interior, Joaquim Forn, les ha pedido que den un paso atrás "si aritméticamente es necesario". Así lo ha confirmado en una entrevista en 'El Periódico' en la que urge a formar Gobierno si la CUP se mantiene firme en su decisión y en la que pide no volver a la vía unilateral para proclamar la República catalana.

Por su parte, el diputado de JxCAT y 'exconseller', Josep Rull, ha asegurado que esta opción no se contempla ya que de hacerlo estarían "allanando el terreno a lo que está planteando la Moncloa y los que están rompiendo el Estado de Derecho", por lo que aboga por un nuevo consenso que, de llegar, debe de hacerlo antes del lunes.