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Joan Gaspart avisa: "Si Puigdemont quiere usar mi hotel en Bruselas, es bienvenido"
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Joan Gaspart avisa: "Si Puigdemont quiere usar mi hotel en Bruselas, es bienvenido"

El propietario de HUSA Hoteles y exdirectivo del FC Barcelona habla sobre el 'procés' y advierte de que Madrid tiene "muchísimo interés" en llevarse el Mobile World Congress

Foto: Joan Gaspart, en su despacho en el centro de Barcelona. (David Brunat)
Joan Gaspart, en su despacho en el centro de Barcelona. (David Brunat)

Joan Gaspart (Barcelona, 1944) ostenta multitud de cargos directivos. Presidente de HUSA Hoteles, cónsul honorario de las islas Seychelles, presidente del consorcio Turismo de Barcelona o representante de España en la Asociación Europea de Hoteles. Ninguno, sin embargo, es capaz de igualar sus 22 años como vicepresidente del FC Barcelona (1978-2000) y otros tres como presidente (2000-2003), 25 años en los que se granjeó la tirria de media España por su barcelonismo desaforado y su catalanismo histriónico. Gaspart ostenta también otro título, el de ser la persona que consiguió robarle el Mobile World Congress (MWC) a Cannes y llevarlo a Barcelona. Ocurrió en 2006. "Cada cosa tiene un padre y una madre, y no está de más recordar que el padre de que el Mobile esté aquí es Turismo de Barcelona", subraya, en referencia al consorcio que preside.

PREGUNTA. ¿Teme que alguien le haga a Barcelona lo mismo que le hizo usted a Cannes?
RESPUESTA. Quien diga que el futuro del Mobile en Barcelona corre peligro es que no tiene ni idea. Por desgracia, los participantes que vienen de todo el mundo leen en los periódicos que el Mobile peligra porque la alcaldesa y el presidente del Parlament no reciben al Rey y eso no está bien. Parece que hay gente que quiere que eso ocurra.

P. ¿Existen corrientes ocultas para arrebatarle la criatura?
R. No tenga ninguna duda. Cuando fui a buscar el Mobile a Cannes, mi gran contrincante fue Madrid. Eso la gente lo ha olvidado, pero yo no. Antes de venir a Barcelona, los encargados del Mobile fueron a Madrid y se reunieron con los hoteleros, con la comunidad y con la alcaldía. Y luego lo mismo en Barcelona. Es normal. Si yo mañana, como Turismo de Barcelona, pudiera coger un congreso o una feria importante de Madrid, ni pensaría que estoy haciendo algo mal. Yo trabajo para Barcelona, no para Madrid.

Si yo mañana pudiera coger un congreso o feria de Madrid, ni pensaría que estoy haciendo algo mal

P. ¿Entiendo, pues, que hay cierto interés de Madrid por llevarse el Mobile?
R. Qué diantre cierto, hay muchísimo interés. Pero de Madrid, París, Londres y San Francisco. También le digo que cuando una ciudad del mundo ha tenido una desgracia o un problema [en referencia al atentado terrorista en la Rambla del 17 de agosto de 2017], Barcelona ha sido muy solidaria y no se ha aprovechado de ese momento puntual.

P. Capto ahí una pulla a la competencia.
R. El mensaje es para los que dicen que el Mobile peligra. Puede peligrar por no recibir a los congresistas con las atenciones debidas, o porque en 2021 haya nuevo concurso y Barcelona no lo gane. Cuidado, el Mobile es muy importante pero no es 'Bienvenido Mister Marshall'. Debemos conservarlo como sea, igual que el Salón del Automóvil, pero si por desgracia en 2021 otra ciudad ofrece mejores condiciones, Barcelona no se hundirá ni caeremos en una depresión. En lo que tenemos que empezar a trabajar en serio es en convertirnos en el Davos tecnológico. Barcelona se ha ganado ese derecho.

placeholder El Mobile World Congress 2018 ha reunido a 100.000 personas en Barcelona. (EFE)
El Mobile World Congress 2018 ha reunido a 100.000 personas en Barcelona. (EFE)

P. Pero ahí entramos en la raíz del problema del 'procés'. Sin seguridad jurídica, es muy complicado que el sector tecnológico se vuelque en convertir Barcelona en su Davos particular. A día de hoy, nadie garantiza que Cataluña vaya a estar dentro de la Unión Europea en cinco años.
R. La estabilidad es básica en cualquier país del mundo, eso lo reconozco. Pero ese es un asunto político y son los políticos quienes deben buscar soluciones. Nosotros como empresarios solo podemos exigirles que las busquen y las encuentren. Pero es verdad, una ciudad como Barcelona ha de ser estable, no solo que todos los servicios funcionen. Tampoco tiene que haber gente esperando en el aeropuerto con pancartas de protesta contra los turistas, que no son solo los del Mobile sino la familia Smith que viene 10 días de vacaciones con sus hijos.

P. Dijo Jordi Clos [presidente del Gremio de Hoteleros de Barcelona y vicepresidente del consorcio que preside Gaspart] que Barcelona se juega el semestre con el Mobile, que ha de salir perfecto. A nivel institucional, la cosa ha sido de todo menos perfecta.
R. Yo estuve en la inauguración el lunes y sigue siendo un congreso espectacular. La gente que nos visita está acostumbrada a separar los temas políticos de los profesionales, pasan olímpicamente. Les preocupa más una huelga de taxis que ciertas situaciones que ya han vivido en sus países. No debemos ser masoquistas pensando en que situaciones puntuales nos van a perjudicar. Me gustaría que estuviéramos todos en paz y en condiciones normales de país, pero no podemos hacer nada, son los políticos quienes deben actuar. Esta semana he hablado con muchos congresistas y ni uno me ha preguntado "What happens?" [¿qué ocurre?].

P. Debe ser porque después de cinco meses de 'procés' intensivo ya todo el planeta sabe qué ocurre en Cataluña.
R.- En Bélgica estuvieron dos años sin Gobierno y sobrevivieron. Yo lo sé bien porque tengo hoteles en Bruselas. Lo que no voy a aceptar es que quieran desmoralizar la marca Barcelona. Mi opinión es que en cuanto se forme un Gobierno en Cataluña, regresará la estabilidad.

P. ¿Qué le pareció a usted, que es un profesional de la hospitalidad y el protocolo, que Ada Colau y Roger Torrent plantasen al Rey en el recibimiento del Mobile?
R.- Tanto la alcaldesa como el presidente del Parlament entendieron que ese era el papel que debían hacer. Punto. Yo, personalmente, si estuviera de acuerdo con esa forma de actuar, no habría ido a la cena con el Rey ni habría estado hablando con él como hice. ¿Si hicieron bien Colau y Torrent? Yo lo que sé es que habría ido al recibimiento y le habría dicho con naturalidad lo que pienso, que es lo que hizo luego la alcaldesa.

placeholder Cena de bienvenida en el MWC 2018 con el Rey, Ada Colau y Roger Torrent. (EFE)
Cena de bienvenida en el MWC 2018 con el Rey, Ada Colau y Roger Torrent. (EFE)

P. Usted que conoce bien al Rey y se ha manifestado monárquico en más de una ocasión, ¿cree que a Felipe VI le ha faltado empatía con los catalanes a raíz de los altercados del 1 de octubre?
R.- No lo sé, no tengo respuesta para esa pregunta. Es el Rey de todos los españoles, eso está clarísimo. Le amparan la Constitución y el Estatuto de Autonomía. A partir de ahí, habría que estar en su piel. Yo creo que jugó el papel que le corresponde. Nadie habla del discurso del Rey en la inauguración del Mobile, un discurso buenísimo defendiendo la continuidad del congreso en Barcelona y luego hablando en un catalán casi perfecto cuando allí catalanes habría 15 o 20. Si el Rey se desentendiera de Cataluña no habría venido, y sin embargo hizo un gran servicio a Barcelona acudiendo al Mobile. Los organizadores valoran muchísimo que la máxima autoridad del Estado esté presente.

El Rey hizo un gran servicio a Barcelona acudiendo al Mobile

P. Usted tiene relación con el Rey pero también es buen amigo de Carles Puigdemont. ¿Le ha metido presión para que desbloquee el panorama político?
R. Y también soy amigo de Mariano Rajoy. Quiero decir que no es una cuestión de quiénes son mis amigos. Claro que le transmito que la estabilidad política es fundamental. Cataluña ahora es como un crío, primero hay que conseguir que nazca y luego ya veremos qué hacemos con su futuro. Por suerte, la estabilidad ahora depende de un bloque, no de dos. Y debemos intentar que ese bloque, que en el fondo tiene la misma ideología [Junts per Catalunya y ERC], se ponga de acuerdo, forme Gobierno y haga nacer esa criatura. Luego ya veremos cómo educamos al niño.

P. Ser catalanista y no independentista, como usted se ha definido muchas veces, no pasa por sus horas más dulces en Cataluña. ¿Sufre?
R. A mí no me gusta repetirme sobre qué soy. Dice el refrán "dime de qué presumes y te diré de qué adoleces". No me hace feliz tener que justificar continuamente que no soy independentista pero sí catalanista. Igual que en el fútbol siempre he dicho que soy culé y antimadridista, en política no me gusta el 'o blanco o negro'.

placeholder Carles Puigdemont, en una rueda de prensa en Bruselas. (EFE)
Carles Puigdemont, en una rueda de prensa en Bruselas. (EFE)

P. Días atrás, fue señalado por ceder gratis a su amigo Carles Puigdemont la suite y las salas de reuniones del hotel HUSA President de Bruselas, extremo que usted luego desmintió. Es la primera vez que le salpica el 'procés'.
R. Una cosa es ser empresario y otra muy distinta ejercer como político. En mis hoteles, si el señor Puigdemont viene y quiere usar las salas de reuniones, es bienvenido. Nunca se ha alojado en el hotel, ya que tiene su propia casa. No me voy a poner en el hotel con una pancarta de 'Se prohíbe la entrada'. Es normal que usen salas para reunirse. Ellos pagan comidas, cenas, bebidas y bocatas si los piden, se comportan como un cliente cualquiera. Una cosa es usar salas para reunirse y discutir lo que tengan que discutir y otra muy distinta decir que mi hotel es la sede de Carles Puigdemont en Bruselas.

Es normal que [los independentistas] usen mis salas de reuniones. De momento, no está penalizado ser catalán

P. ¿Y si con el paso de los meses Puigdemont le pide, porque se le acaban los recursos, usar gratis el hotel por amistad, qué le dirá?
R. [Piensa un instante] No será el caso. Cuando alguien viene al hotel en Bruselas de visita [a Puigdemont] y a hablar de estos temas, paga la habitación y no se le hace un precio especial por ser quien es. Pero tampoco esto me va a hacer renunciar a la amistad que pueda tener con Carles Puigdemont. De momento, no está penalizado ser catalán. Mientras eso no ocurra, en mis hoteles no va a haber problemas. Yo soy un empresario. En mi casa se ha hospedado durante muchos años el Real Madrid, por ejemplo.

P. Uno de los episodios más agrios del referéndum del 1 de octubre fue cuando los hoteles de Calella expulsaron a decenas de policías y guardias civiles de sus instalaciones. ¿Usted qué habría hecho de ser uno de esos hoteleros?
R. En cualquier supuesto debes ponerte en el lugar del que lo sufre. Opinar sin haberlo vivido…

Yo no habría sacado a los guardias civiles de mi hotel

P. Usted tiene una enorme experiencia, no debe ser difícil imaginarse en esa tesitura.
R. El hotelero debe tener las puertas abiertas a todas las personas sin pedirles el carné de identidad ideológico. Excepto que sean asesinos, ladrones o violadores. Dicho esto, debes considerar el contexto de un pueblo con una serie de vecinos y unas presiones que pueden hacer que el hotelero, desde el plano personal, se vea afectado. Pero se trata de clientes. Yo no habría discriminado si esos clientes se dedican a una profesión tan legítima con ser policías. Lo mismo que con Puigdemont en Bruselas.

La noche del 23-F abrí las puertas de mis hoteles y se llenaron de gente de izquierdas muy preocupada. Lo mismo cuando el atentado de agosto en la Rambla. Yo soy de la escuela de la madre Teresa de Calcuta, "las gracias no debe darlas quien recibe sino quien tiene la posibilidad de dar". Si cuando lo de los guardias civiles yo tengo la posibilidad de ofrecer, ofrezco. Punto. Y les digo a mis vecinos que lo entiendan, que yo no puedo hacer discriminaciones de ningún tipo. Igual que digo esto, no me entusiasma que no sé dónde [en Murcia] hayan ofrecido vacaciones gratis a esos guardias civiles para compensar lo de Calella. Eso es querer aprovecharse de una situación para hacerse publicidad, no por patriotismo. Yo nunca lo habría hecho.

placeholder Guardias civiles abandonan el hotel Vila de Calella tras ser expulsados en octubre. (Atlas)
Guardias civiles abandonan el hotel Vila de Calella tras ser expulsados en octubre. (Atlas)

P. ¿Existe catalanofobia en España? Usted ha dicho en alguna ocasión que ir a Madrid a negociar o a buscar conciliación es como toparse con un muro.
R. Mire, yo soy presidente del Consejo Español de Turismo de la CEOE, que es el máximo organismo en España del sector. Represento a España en la Asociación Europea de Hostelería, he sido muchos años vicepresidente de la Federación Española de Fútbol. O sea, yo de ese tema me preocupo relativamente. Nunca renunciaré a mi catalanismo, pero en mi vida he tenido esa sensación. Si un día no me sintiera con fuerzas para representar intereses que no sean estrictamente catalanes, lo dejaría todo. No haría el paripé de tener tantos cargos con España.

P. Ese discurso me recuerda al del futbolista Gerard Piqué, un catalanista que 'trabaja' para España cuando juega con la Selección. Llevan años pitándole en todos los estadios. ¿Lo entiende?
R. Fíjese que Sergio Ramos, su rival a nivel deportivo, le defiende en este caso. Yo no veo bien que le silben, él es un profesional y el seleccionador decide contar con sus servicios. Nunca le han marcado un gol a España porque Piqué se haya dejado marcar. Al contrario, se dejó literalmente los dientes en el Mundial de Sudáfrica. ¿Que un profesional no puede tener sus propias ideas? Si es así, nos convertimos en plantas o en animales, no tenemos sentimientos, ni pensamientos…

P. ¿El FC Barcelona hace bien o mal posicionándose políticamente?
R. El Barça debe navegar en una situación compleja. El Barça es un club catalán, catalán, catalán [lo enfatiza tres veces], ha de defender su espíritu pero también pensar en toda su masa social, en la cual hay muchos miles de personas fuera de Cataluña. Yo creo que Josep Maria Bartomeu [presidente del FC Barcelona] debe de estar pasándolo mal porque se ha encontrado situaciones muy complejas, pero lo está haciendo bien.

El Barça debe navegar en una situación compleja. Como club catalán, toma una posición y creo que es la correcta

P. Posicionarse en favor del derecho a decidir quizá no es la mejor forma de pensar en toda la masa social. ¿Dónde está el límite para un club deportivo tan grande como el Barça?
R. El derecho a decidir tiene un consenso social mucho más amplio que la independencia. El Barcelona en ese sentido toma una posición y creo que, como club catalán, es la correcta. Ha respetado en todo momento a su masa social. Yo en la junta de José Luis Núñez defendí todas las cuestiones relacionadas con la lengua catalana sin importarme que me pusieran etiquetas. Las etiquetas me las pongo yo.

placeholder Pancarta en favor del derecho a decidir en el Camp Nou. (Reuters)
Pancarta en favor del derecho a decidir en el Camp Nou. (Reuters)

P. ¿Se imagina cómo le habrían puesto los forofos si en sus años de vicepresidente del Barcelona hubiera existido Twitter?
R. Bueno… Pero en cambio, mire, le cuento una anécdota. Un día, terminando un partido en el Bernabéu, creo que habíamos empatado, era cuando estaba Van Gaal de entrenador, me metí en un bar lleno a rebosar mientras los jugadores se duchaban. Nada más entrar, silencio absoluto. El camarero no sabía si servirme una caña. De repente se acercó una persona y me dijo, "¿usted es consciente de dónde se ha metido?". Era el bar de los ultras del Real Madrid. El tipo alzó la voz y dijo, "compañeros, este señor es un hijo de puta y un cabrón del Barça, pero nosotros también lo somos del Madrid, así que hagamos una tregua. Que se tome una cerveza y se marche". Me tomé esa cerveza y me dijo, "ahora cuando salga no corra, salga caminando porque si corre vamos a salir todos detrás de usted". Y nada más salir medio bar se echó a la calle a ver qué hacía yo, si corría o caminaba.

P. Pues a su manera es un ejercicio de conciliación interesante. Los ultras hace 20 años quizá tenían más voluntad para tender puentes que hoy la sociedad con el problema catalán. Es preocupante.
R. Si tú respetas la opinión de tu contrario, sea la que sea, política, familiar, profesional, deportiva, si mantienes el respeto como una línea roja que no debes cruzar, no tienes por qué tener problemas en la vida.

P. Pues con el tema catalán se ha traspasado hace tiempo.
R. Y de ahí que hayan ocurrido todas estas situaciones. Hay que normalizar el ambiente, sin que nadie renuncie a nada, pero empezar de nuevo. Y la realidad hoy es que los catalanes están muy divididos.

P. Quién le iba a decir a su yo de hace 20 o 30 años, aquel culé y catalanista provocador y odiado en media España, que hoy sería un pilar para tender puentes entre Cataluña y el resto de España. ¿Qué queda del Gaspart más polémico?
R. No,no, yo siempre he sido conciliador. He pinchado con temas de fútbol, pero a la hora de la verdad fíjese que uno de mis mejores amigos en lo personal fue el señor Ramón Mendoza [expresidente del Real Madrid]. O con Florentino Pérez tengo una relación muy directa, a pesar de la putada que me hizo con [Luis] Figo. Yo siempre he sabido separar. Reconozco mi forofismo y mi enfermedad respecto al Barça, pero no me duelen prendas en dialogar y negociar con gente que piensa distinto a mí.

Joan Gaspart (Barcelona, 1944) ostenta multitud de cargos directivos. Presidente de HUSA Hoteles, cónsul honorario de las islas Seychelles, presidente del consorcio Turismo de Barcelona o representante de España en la Asociación Europea de Hoteles. Ninguno, sin embargo, es capaz de igualar sus 22 años como vicepresidente del FC Barcelona (1978-2000) y otros tres como presidente (2000-2003), 25 años en los que se granjeó la tirria de media España por su barcelonismo desaforado y su catalanismo histriónico. Gaspart ostenta también otro título, el de ser la persona que consiguió robarle el Mobile World Congress (MWC) a Cannes y llevarlo a Barcelona. Ocurrió en 2006. "Cada cosa tiene un padre y una madre, y no está de más recordar que el padre de que el Mobile esté aquí es Turismo de Barcelona", subraya, en referencia al consorcio que preside.

Joan Gaspart
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