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Frente institucional de Colau y Torrent para boicotear a Felipe VI en el MWC
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ALTOS FUNCIONARIOS DE LA GENERALITAT ANUNCIAN TAMBIÉN POR CARTA SU INTENCIÓN DE NO ACUDIR

Frente institucional de Colau y Torrent para boicotear a Felipe VI en el MWC

Ada Colau, Roger Torrent y tres altos funcionarios invitados en representación de la Generalitat han decidido no acudir al acto inaugural del Mobile World Congress de este domingo

Foto: Una estelada en un balcón de Barcelona. (Reuters)
Una estelada en un balcón de Barcelona. (Reuters)

La alcaldesa de Barcelona, el presidente del Parlament y tres altos funcionarios invitados en representación de la Generalitat anunciaron ayer que no acudirán al acto inaugural del Mobile World Congress (MWC) presidido este domingo por Felipe V. Al menos Torrent y Colau se sumarán a la cena posterior. El gesto genera desconcierto entre los organizadores, aumenta las dudas sobre la continuidad de la feria tecnológica y abre un nuevo frente institucional, un desafío político que se viene a sumar las protestas y caceroladas callejeras convocadas por Òmnium y la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

Se trata, en definitiva, de preparar un clima hostil contra el Rey en su primera visita a Barcelona desde la pitada que recibió tras el atentado del 17 de agosto en Las Ramblas. También es la primera vez que acude a la Ciudad Condal desde el discurso televisado del 3 de octubre. "Recibamos a Felipe VI con una gran cacerolada. Si estás en el coche, ¡haz sonar el claxon!", dice la convocatoria de Òmnium. Mientras, la ANC celebra su asamblea general ordinaria este domingo y se espera que los Comités de Defensa de la República (CDR), Arran y la CUP orquesten alguna acción de protesta para llamar la atención. Se teme, incluso, que acaben bloqueando el acceso al Palau de la Música, edificio escogido para la cena oficial.

Foto: La irrepetible imagen del MWC de 2017, con Puigdemont, Colau y el rey Felipe VI. (EFE)

Curiosamente, los tres altos cargos de la Administración catalana que no acudirán a los actos pertenecen a un Gobierno que teóricamente está controlado desde Madrid, puesto que la Generalitat está intervenida a través del artículo 155 de la Constitución. Uno de los ausentes, Jordi Puigneró, secretario de Ciberseguridad, es alto cargo de Convergència y está siendo investigado por su papel en la organización del referéndum del 1 de octubre. De hecho, fue detenido el pasado 20 de septiembre junto a otros altos cargos del Govern. También se le investiga por la sospechosa adjudicación de cientos de miles de euros en contratos a empresas 'amigas'. Ello es fruto de una detallada denuncia que recibió la Policía y en la que está trabajando en estos momentos.

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Otro es el secretario general de Empresa, Pau Villoria, quien llegó a enviar una carta al director general del Mobile, Mats Granyrd, excusando su ausencia y la del secretario de Empresa y Competitividad, Joan Aregio. "Estoy seguro de que si no estuviésemos en una situación de anomalía y excepcionalidad que impide su presencia en este acto, la representación del Govern de Cataluña hubiese estado encabezada, como en los últimos años, por su presidente y por los consejeros", decía en la misiva. En la misma afirma que el Estado español "no permite que el Govern de Cataluña esté representado en este acto por quien habría de estarlo". De ahí que decline asistir a la cena donde está el Rey.

El tema es más relevante de lo que podría parecer: no es solo que Villoria eche la culpa al Estado español de una responsabilidad suya, sino que lo que viene a decir el alto cargo del Govern es que importa más su posicionamiento político que las consecuencias que su acción pueda tener. Y si la carta de Villoria se tiene en cuenta y se toman medidas como el traslado del MWC, quedará patente una realidad más cruda que la que hemos vivido hasta ahora: el intento del independentismo de llevar a cabo 'política de tierra quemada'. En otras palabras, de arrasar con las instituciones si no pueden estar en sus manos.

Colau anuncia que no acudirá al besamanos del MWC.

Al boicot de estos representantes institucionales se les ha unido la alcaldesa de Barcelona, la misma que se presentó con chanclas de corcho a la primera reunión del Mobile y que ordenó a su equipo no hacer mucho caso de estos eventos porque no coinciden con su modelo de desarrollo. La organización de la feria tecnológica le dio un voto de confianza hace dos meses, advirtiéndole que el año que viene decidirá si continúa en la capital catalana o llevará la más importante cita mundial de telecomunicaciones a otra ciudad. Solo se quedará en Barcelona si hay normalidad y estabilidad institucional. Y eso es, precisamente, lo que falta en estos momentos

El contexto tras esta estrategia de frentismo institucional es que el separatismo catalán necesita como agua de mayo reactivar a su gente. Las últimas encuestas, en las que el fervor secesionista caía 8 puntos, ha sido recibidas como una bomba atómica y les han obligado a replantearse toda su estrategia. Entre los propios independentistas, muchos están cansados de que sus líderes no sean capaces de llegar a acuerdos para formar un Gobierno. Si el Parlamento catalán está paralizado y el republicano Roger Torrent no convoca un pleno desde hace semanas no es por la aplicación del artículo 155, como afirman los soberanistas. Se debe, en realidad, a la nula disponibilidad de Carles Puigdemont y de Oriol Junqueras (o sea, de JxCAT y de ERC) para pactar.

Torrent abrió fuego

Torrent abrió fuego el viernes en un acto meramente profesional e institucional de jueces y abogados en el que los acusó de tener presos políticos en España, lo que provocó que el presidente del TSJC y los fiscales jefe abandonasen el acto visiblemente molestos. No se hizo esperar la respuesta del Consejo General del Poder Judicial, que le recriminó que no supiese estar a la altura de las circunstancias. En una carta pública de este mismo sábado, se reafirmó en sus críticas y en sus apreciaciones mientras miles de independentistas (la estrategia es rebotar los mensajes en las redes sociales) copaban las redes y algunos incluso pedían la cabeza de la decana del Colegio de Abogados, organizadora del acto, por el desplante de los fiscales y del presidente del TSJC.

Torrent, en un acto institucional de jueces y abogados, acusó a estos de tener presos políticos

Las críticas de la oposición se han centrado sobre todo en Colau, la primera en anunciar que no acudirá al besamanos con Felipe VI por "responsabilidad institucional ante los miles de personas que sufrieron cargas policiales" durante el referéndum del 1 de octubre. El líder del PSC en el Ayuntamiento, Jaume Collboni, escribió en su cuenta de Twitter que "el MWC es un esfuerzo histórico y colectivo que siempre se ha puesto por encima de ideologías y partidismos en beneficio del interés de ciudad, economía, trabajadores, reputación internacional de Barcelona. Es un error politizarlo. Pido a la alcaldesa que rectifique". Su jefe de filas, Miquel Iceta, tampoco se calló: "Ada Colau sigue olvidando su responsabilidad institucional, sigue acumulando errores, sigue perjudicando a la ciudad. Barcelona no se lo merece".

A las críticas se sumó después Carina Mejías, líder de Ciudadanos, que aseguró que "los barceloneses no merecen una alcaldesa que actúa con esta falta de respeto institucional". Y luego se dolía de que "el 'procés' es una catástrofe. Han arruinado Cataluña, han provocado la huida de empresas, han fracturado la sociedad y ahora quieren acabar con un evento de dimensión mundial". Y no se quedó atrás Alberto Fernández Díaz, líder del PP en el consistorio: "El desplante de Colau al Rey es un boicot a Barcelona y la convierte en una kamikaze contra la ciudad. Su irresponsabilidad no tiene límite y los adversarios de Barcelona tienen en Colau a su mejor aliada".

Desde las filas independentistas, en cambio, se critica a Colau porque se afirma que "es cierto que no irá a las recepciones oficiales, pero sí estará en la inauguración del Congreso y en la cena oficial". Por tanto, el anuncio de que boicoteaba el acto no era tal, sino que, fiel a su trayectoria, intenta estar en misa y repicando. Un fiel reflejo de su condición política bipolar.

La alcaldesa de Barcelona, el presidente del Parlament y tres altos funcionarios invitados en representación de la Generalitat anunciaron ayer que no acudirán al acto inaugural del Mobile World Congress (MWC) presidido este domingo por Felipe V. Al menos Torrent y Colau se sumarán a la cena posterior. El gesto genera desconcierto entre los organizadores, aumenta las dudas sobre la continuidad de la feria tecnológica y abre un nuevo frente institucional, un desafío político que se viene a sumar las protestas y caceroladas callejeras convocadas por Òmnium y la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

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