Puigdemont y ERC tienen todos los frentes abiertos y amenazan de nuevo con elecciones

Lo normal ha sido que la negociación entre Carles Puigdemont y ERC haya descarrilado. JxCAT y los republicanos no están de acuerdo en nada y discrepan en todo. Las divergencias afectan a la totalidad de temas en discusión. Las dos formaciones están enfrentadas sobre quién será el presidente de la Generalitat y respecto al papel que ha de jugar Puigdemont. Las profundas diferencias alcanzan también otras áreas, como la manera en que se tiene que escenificar la llegada al nuevo Govern, el reparto de las 'consellerias' o el programa de gobierno. Con este clima, no es rara la amenaza de nuevas elecciones, que gustan al 'expresident' aunque inquietan a todos los demás actores.

Fuentes de ERC culpan a Puigdemont del fracaso y lamentan que este no haya dado un paso al lado. En este sentido, recuerdan que el propio Puigdemont dijo en una fase de la negociación que se retiraría, algo de lo que luego se desdijo, encastillado en su discurso legitimista. Fuentes del PDeCAT descartan que la semana que viene se vaya a reconducir la situación.

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Así, recuerdan su discurso de investidura, cuando fue nombrado presidente de la Generalitat, en enero de 2016. En él, Puigdemont elogió la generosidad de Artur Mas con su ya famoso paso al lado: “No son épocas para cobardes, no son épocas para temerosos ni para flojos de piernas; no son épocas para resignarse a la confortabilidad. Nos toca asumir responsabilidades aunque no sean las que imaginabas. Esto nos pasa a todos, y al primero al presidente Mas”, dijo entonces Puigdemont. Parece que hayan pasado 100 años.

Puigdemont quiere elecciones, como mal menor. Está convencido de que ganará de calle, mientras que espera que el voto españolista no acuda a las urnas por agotamiento. Pero el 'expresident' es el único. En el PDeCAT no quieren ni mentar los nuevos comicios. Y lo mismo pasa en ERC. En cambio, Carles Puigdemont sabe que la amenaza de repetir las autonómicas puede servirle de ariete para imponer sus tesis: desde controlar las 'consellerias' clave hasta lograr que el presidente efectivo de la Generalitat sea lo menos efectivo posible de manera que se imponga su candidato: el expresidente de la ANC Jordi Sànchez.

Es verdad que Puigdemont es el único que no teme a repetir las elecciones, pero también es cierto que usa los comicios como arma en las negociaciones

Por su parte, desde JxCAT se acusa a ERC de deslealtad. Y esa deslealtad tiene nombres y apellidos: el presidente del Parlament, Roger Torrent, el mismo que ayer pidió amparo para Puigdemont en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo y quien se negó a tramitar la reforma de Ley de Presidencia, que de manera unilateral quería impulsar JxCAT para que fuese posible investir a distancia al 'expresident' refugiado en Bélgica.

El culpable de todo

A Torrent se le culpa de todo. De perjudicar a la defensa de Puigdemont, por ejemplo con su iniciativa ante el TDH. Puigdemont está muy molesto por ello, según aseguran fuentes de JxCAT. Por su parte, desde ERC aseguran que JxCAT fue avisado. Pero el vicepresidente del Parlament, Josep Costa (JxCAT), ha negado la mayor hoy en TV3. No ha sido posible hablar con Costa sobre estas contradicciones en las versiones de lo que está pasando en Cataluña. En la televisión autonómica, Costa ha insinuado que Torrent podía llegar a hacer el ridículo por la falta de preparación jurídica de su iniciativa.

También se culpa a Torrent de sumisión al Gobierno español por no querer desafiar la ley. En este sentido, el modo en que aparcó la modificación de la Ley de Presidencia tampoco ha gustado a los 'juntaires'. Pero es que ya hay un pronunciamiento del Tribunal Constitucional (TC) sobre que la teleinvestidura no puede llevarse a cabo.

Torrent se sigue comportando como un hombre de partido, su actuación se encuentra del todo alineada con la estrategia de defensa de Oriol Junqueras

Mientras, Torrent va ganando tiempo y haciendo equilibrios. Sí parece que el presidente del Parlament está alineado de forma perfecta con la estrategia de defensa de Oriol Junqueras. Ayer, el anterior vicepresidente de la Generalitat volvió a pedir su libertad al TC en un texto en el que aseguraba que “no es candidato a la presidencia de la Generalitat” y que en el actual momento político catalán "no existen condiciones para esa supuesta reiteración" ni voluntad del líder de ERC ni de su partido "de ejecutar acto ilícito alguno". Es decir, Roger Torrent con su actuación ante la Cámara, estaría respaldando sin fisuras la estrategia legal del presidente de su partido.

El tiempo se agota

Torrent pretende estar así de manera indefinida. Pero ya empieza a pesar sobre su cabeza la espada de Damocles del TC. El secretario general del PSC, Miquel Iceta, le remitió una carta el pasado lunes para acotar el limbo legal en que se ha sumido Cataluña.

En la misiva, Iceta advierte: “Reiteramos la conveniencia de abrir una nueva rueda de consultas con los grupos parlamentarios a los efectos de proponer otro candidato o candidata a la presidencia de la Generalitat o, en caso de que esto no sea posible, establecer cuál es el mecanismo o decisión parlamentaria que permita abrir el plazo de dos meses que la ley prescribe para que se produzca, bien la deseable investidura de un candidato o candidata a la presidencia, bien la convocatoria de nuevas elecciones al Parlament de Cataluña”.

Lo que está haciendo Iceta es decirle de manera educada a Torrent que o pone él el reloj en marcha o lo pone el PSC acudiendo al TC. Fuentes del PSC advierten de que al limbo le quedan dos semanas a partir de la fecha de la carta. Después, el alto tribunal proveerá.