El Supremo no escuchará a Puigdemont "hasta que sea hallado"

El juez Pablo Llarena ha devuelto a Carles Puigdemont el escrito en el que éste le comunicaba que no necesitaba su autorización para ser investido como determinó el Constitucional. En una corta providencia, el instructor asegura que no se le tiene por personado en tanto "no sea hallado o se ponga a disposición de la Justicia", indica. Puigdemont subrayaba que puede ejercer los derechos que le son inherentes sin necesidad de "autorización judicial".

Al contrario que en el TC, donde si pudo hacer alegaciones, al expresidente no se le tiene como parte en el Supremo y no se le tendrá hasta que no se entregue. La única decisión tomada por Llarena respecto a él fue la desactivación de la orden de busca y captura europea que pesaba en su contra. Mantuvo, eso sí, la petición de arresto en España que provocaría su inmediata detención en caso de volver.

El mismo día en el que remitió este escrito a Llarena, se dirigió también al TC para formular alegaciones contra la decisión del tribunal de garantías de no pemitirle aspirar en el Parlament a renovar frente al Gobierno de Cataluña ni a distancia ni sin el permiso del juez. En ese segundo escrito Carles Puigdemont sugería que pretendía presentarse en el Parlament de Cataluña para su investidura.

Criticaba el hecho de que el recurso presentado por el Gobierno dedujera que no iba a estar, sólo porque "en los últimos tiempos ha estado ausente del territorio de Cataluña" e incidía en que eso ha llevado a pensar al Ejecutivo que no estará presente físicamente en la sesión de investidura que ha de llevarse a cabo durante el Pleno convocado. "Sin embargo tal deducción carece de toda certeza", añadía, quizá en una nueva estrategia de despiste sobre sus intenciones.

Así, insiste en que otros hechos recientes pueden conducir, precisamente a la deducción contraria. "El candidato propuesto ha efectuado diversas declaraciones en las que no descarta comparecer personalmente en el Pleno convocado", dice para a continuación destacar que su renuncia al voto delegado es señal de que se personará pese a su huida a Bruselas a finales de octubre.