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Anulaciones, dos meses de plazo... y el fantasma de la quinta elección en ocho años
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Anulaciones, dos meses de plazo... y el fantasma de la quinta elección en ocho años

Diferentes fuentes parlamentarias apuntan que el pleno del Parlament se reunirá a las tres de la tarde y será anulado de inmediato por Torrent, que podría convocar otro para miércoles o jueves

Foto: Vista del escaño del presidente de ERC, Oriol Junqueras, adornado con un lazo amarillo, poco antes del comienzo de la sesión constitutiva de la XII legislatura del Parlamento catalán. (EFE)
Vista del escaño del presidente de ERC, Oriol Junqueras, adornado con un lazo amarillo, poco antes del comienzo de la sesión constitutiva de la XII legislatura del Parlamento catalán. (EFE)

Diferentes fuentes parlamentarias consultadas por El Confidencial apuntan que el pleno del Parlament convocado para hoy se reunirá a las tres de la tarde, la hora prevista, y que será anulado de inmediato por Torrent, que podría convocar otro pleno para el miércoles o el jueves. Previsiblemente, si se convoca ese nuevo pleno, el Gobierno central interpondrá recurso ante el TC para anularlo también, por lo que en ese momento se abre un periodo de dos meses para intentar otra investidura. Esa sería una concatenación normal de actuaciones. Y en esos dos meses para el siguiente pleno de investidura, los independentistas tratarían de consensuar otro candidato: Jordi Sànchez, si triunfa el último plan de Puigdemont.

Sergi Sabrià, portavoz de ERC, alegó que quien tiene que tomar una determinación sobre si se propone la investidura de Puigdemont es la Mesa del Parlament, que toma una decisión colegiada. Sí pero no: JxCAT y ERC suman cuatro miembros frente a los tres de la oposición. En otras palabras, da lo mismo que sea el presidente de la Mesa o la Mesa, porque el bloque independentista vota unido. El portavoz republicano apela a la colectivización de responsabilidades cuando le interesa. Pero los independentistas ya saben lo que pasó en la anterior legislatura: los que decidieron saltarse la ley a la torera están procesados. Los otros, no. Es para tomar nota. Acabó Sabrià afirmando que hay “un bien por encima de todo que es el país y nada puede estar por encima de esto”. Una justificación como otra cualquiera: por encima de cada aldea, de cada pueblo, de cada villa, de cada ciudad, de cada país, de cada comarca, de cada provincia… está la legalidad.

Puigdemont añade presión y pide amparo a Roger Torrent

Paralelamente, el bloque independentista ha hecho un llamamiento a sus acólitos para concentrarse en las afueras del Parlament. La ANC quiere realizar un ‘paseíllo’ a las 14:30 desde la plaza de Sant Jaume (donde está la Generalitat) hasta la cámara legislativa, además de fletar autocares desde todos los rincones de Cataluña para llenar los alrededores. Allí habrá una pantalla gigante para seguir en directo el pleno de investidura ”que ha de ratificar a Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat. De hecho, se repartirán máscaras de papel con la fotografía de la cara del ‘president’ para que la gente pueda ponérselas y mostrar, así, su apoyo”. Estas máscaras se pueden descargar desde la web de la entidad. La ANC considera que las elecciones del 21 de diciembre fueron la “ratificación del referéndum del 1 de octubre”, obviando que si se habla de votos, el independentismo perdió los comicios.

Prisioneros del qué dirán

“Lo que están buscando es algo a lo que aferrarse para provocar una investidura. Y Torrent puede meter la pata en alguna cuestión, por lo que ya estará otra vez liada”, dice a este diario un diputado de la oposición. Una fuente de ERC descarta cualquier error: “Torrent hará solo lo que le diga ERC. Pero no es un kamikaze. Sabe a lo que se expone si incumple la ley o incurre en desobediencia”. Sin embargo, desde la oposición, otro diputado hace una lectura diferente: “Son prisioneros del qué dirán, por lo que es imprevisible lo que haga el presidente del Parlament hasta el último minuto”. En otras palabras, los independentistas, ahora agrupados tras las siglas JxCAT y ERC, siguen jugando al despiste. Y le echan al tema más astucia que inteligencia.

En la oposición, por otra parte, se contempla como un escándalo la opción de ir a nuevas elecciones. Serían las quintas en menos de ocho años, todo un récord de inestabilidad e incompetencia. Ya han comenzado a moverse algunos hilos para apuntar a un sistema de bloques diferentes: podría tantearse un frente de izquierdas opuesto a un frente de derechas. Pero Puigdemont seguiría teniendo la sartén por el mango, ya que podría bloquear cualquier intento de dejarle fuera de las quinielas.

Foto: Puigdemont, el pasado 24 de enero, en Bruselas. (Reuters)

La cruda realidad de las matemáticas juega en contra de una maniobra en este sentido, ya que ERC tiene 32 escaños, la CUP, cuatro; el PSC, 17, y Catalunya en Comú-Podem, ocho. En total, 61 diputados, frente a los 34 de JxCAT, los 36 de Ciudadanos y los cuatro del PP (74 escaños). Pero si hay una abstención importante en el bloque de la derecha, se podría facilitar la formación de un Gobierno y evitar nuevas elecciones. Y, además, Puigdemont quedaría condenado al ostracismo, porque ni siquiera sería el líder de la oposición. Son cábalas que ya se han tenido en cuenta en el ámbito parlamentario, pero otra cosa es que luego exista voluntad política para plasmarlo en el pleno.

La situación, pues, no puede ser más confusa y, sobre todo, más imprevisible. Si Valle-Inclán levantara la cabeza, sería uno de los hombres más felices del mundo. Su imaginación ha quedado ampliamente desbordada por la portentosa y extraordinaria realidad catalana.

Diferentes fuentes parlamentarias consultadas por El Confidencial apuntan que el pleno del Parlament convocado para hoy se reunirá a las tres de la tarde, la hora prevista, y que será anulado de inmediato por Torrent, que podría convocar otro pleno para el miércoles o el jueves. Previsiblemente, si se convoca ese nuevo pleno, el Gobierno central interpondrá recurso ante el TC para anularlo también, por lo que en ese momento se abre un periodo de dos meses para intentar otra investidura. Esa sería una concatenación normal de actuaciones. Y en esos dos meses para el siguiente pleno de investidura, los independentistas tratarían de consensuar otro candidato: Jordi Sànchez, si triunfa el último plan de Puigdemont.

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