El número de protestas sube en 2017 a niveles de la crisis... pero casi nadie las secunda

El número de manifestaciones en la Comunidad de Madrid ha aumentado en 2017 hasta los niveles de movilización de la crisis económica, aunque la asistencia a las protestas continúa descendiendo y las cargas policiales casi han desaparecido. El mes con más concentraciones fue marzo, con marchas para defender la igualdad de género y denunciar la violencia contra la mujer, reivindicaciones de los taxistas contra las nuevas plataformas de transporte urbano y el intento frustrado de Podemos de sentar las bases para una huelga general que no ha llegado producirse. Después del verano, las convocatorias giraron fundamentalmente en torno al órdago del secesionismo catalán.

A falta de los datos de diciembre para el cierre del ejercicio, en los primeros 11 meses de 2017 se habían celebrado en las calles madrileñas 2.976 manifestaciones comunicadas a las autoridades, más de las que se habían producido en el mismo momento del año en 2014 (2.850; 3.113 a 31 de diciembre), 2015 (2.870; 3.082) y 2016 (2.567; 2.784), según las estadísticas oficiales de la Delegación del Gobierno en Madrid, a las que ha tenido acceso El Confidencial. La cifra de este ejercicio termina así con el progresivo descenso de la conflictividad social que comenzó tras el récord de protestas de 2013 (en noviembre, 4.078). Desde entonces y en paralelo a los primeros signos de recuperación económica, el número de convocatorias había caído de forma sostenida año tras año.

Con 431 movilizaciones, marzo ha sido el mes de 2017 con mayor número protestas en la Comunidad de Madrid. En sus 31 días coincidieron las marchas del Día Internacional de las Mujeres en defensa de la igualdad y contra la violencia de género (8 de marzo); las concentraciones del sector del taxi contra las plataformas que operan con licencias VTC (16 de marzo); la campaña de Podemos contra la “trama” (25 de marzo) con la que intentó volver a caldear la calle para liderar una nueva huelga general contra el Gobierno de Mariano Rajoy; y la concentración de la Federación de Padres Provida en contra del aborto (26 de marzo), entre otras.

Los tres siguientes meses de 2017 en los que se concentraron más manifestaciones fueron mayo (369), abril (353) y junio (338). Tras agosto, tradicionalmente el periodo más tranquilo en la región (sólo 69 protestas este año), se experimentó un nuevo incremento de la movilización, sobre todo, por la onda expansiva de la crisis que desató en Cataluña el referéndum sececionista el 1 de octubre, la posterior declaración unilateral de independencia (DUI) y, por último, la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Sólo durante el fin de semana de la consulta se registraron en Madrid siete protestas a favor y en contra del proceso soberanista.

Con 431 movilizaciones, marzo ha sido el mes de 2017 con mayor número protestas en Madrid

A pesar del repunte en el número de manifestaciones de 2017, se mantiene la tendencia de desmovilización social. “En este año apenas se han producido grandes concentraciones, como ocurría durante los años más duros de la crisis. Es cierto que ha habido más convocatorias, pero hay que tener en cuenta que muchas de ellas ni siquiera llegan a celebrarse. Cuando la Policía Nacional llega al punto comunicado, se encuentra a veces que no han acudido a secundarla ni los propios organizadores”, explica a este diario un experto de las Fuerzas de Seguridad. “En líneas generales, se mantiene un descenso de la asistencia. No hay datos oficiales sobre el número de participantes, pero lo que vemos es que las marchas son cada vez más minoritarias. Y salvo en episodios de violencia con aficionados de clubes extranjeros, apenas se han producido intervenciones policiales. Lejos quedan ya los enfrentamientos de Rodea el Congreso en 2012 o la violencia de las Marchas de la Dignidad de 2014”, añade esta misma fuente.

Otro especialista confirma que se está produciendo una pacificación de la calle y admite que incluso ha provocado sorpresa en las Fuerzas de Seguridad la tranquilidad del último tramo del año. “Se esperaba que este otoño se produjeran más movilizaciones de tipo laboral y político para tratar de rentabilizar la debilidad que tiene el Gobierno de Mariano Rajoy en el Congreso”, señala este otro experto. “Sin embargo, a la vuelta del verano toda la actualidad comenzó a girar sobre Cataluña y las movilizaciones contra el Gobierno que suelen producirse en Madrid pasaron a un segundo plano o ni siquiera se celebraron. Creemos que esta próxima primavera volverán de nuevo con fuerza las manifestaciones. Pero, al menos por ahora, hay una calma absoluta”. La mayor tensión que reflejan las estadísticas sólo es cuantitativa.