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Los alcaldes rematan al PDeCAT: renuncian a la marca también para las municipales
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Registran “Junts per…” siguiendo a puigdemont

Los alcaldes rematan al PDeCAT: renuncian a la marca también para las municipales

Los ediles del partido prefieren concurrir a los comicios por sus alcaldías bajo enseñas del tipo de Junts per Manresa, Junts per Vic, o Junts per Reus, por ejemplo, y no con sus siglas

Foto: Foto de archivo de Puigdemont y Mas durante un Consell Nacional del PDeCAT en septiembre de 2017.
Foto de archivo de Puigdemont y Mas durante un Consell Nacional del PDeCAT en septiembre de 2017.

De Tortosa a la Seu d’Urgell, un fantasma recorre Cataluña: el PDeCAT está muerto. Fuentes del partido explican que la mayor parte de los alcaldes que gobiernan en capitales de comarca están registrando marcas siguiendo la estela del proyecto de Carles Puigdemont desde Bruselas. Así concurrirán en las municipales bajo enseñas del tipo de Junts per Manresa, Junts per Vic, o Junts per Reus, por ejemplo, la cuales están siendo registradas tanto en internet como para concurrir como grupo político.

Con esta maniobra el partido queda sentenciado, según apuntan fuentes cercanas del propio PDeCAT. Serían las segundas elecciones a las que esta formación de nuevo cuño evitaría concurrir bajo su marca. El partido fue fundado en julio de 2016. Tras el fracaso de la DUI, el partido optó por presentarse a las elecciones del 21-D, pese a que al mismo tiempo aseguraba que Carles Puigdemont, ya fugado en Bruselas, se reivindicaba como el presidente legítimo.

Pero todo se complicó cuando Puigdemont decidió crear su propia lista, JxCAT, relegando al PDeCAT a un papel marginal, que se limitaba a aportar subvenciones. Artur Mas quería que Puigdemont fuera el mascarón de proa que salvase el partido. Puigdemont, en cambio, optó por una “lista del 'president'", en la que el partido, su partido, prácticamente desaparecía.

La candidatura el PDeCAT rondaba los 14. “Efecto Puigdemont”. Así que ahora los alcaldes de un partido cuya base de poder siempre ha sido muy municipalista quieren apuntarse a ese “Efecto Puigdemont”. Muchos de ellos estuvieron el 27-O en el Parlament con sus varas de mando, jaleando a 'expresident' mientras éste declaraba la independencia, antes de irse al día siguiente de fin de semana. En todo caso hay la percepción de que iniciativas como “Junts per Girona” o “Junts per Premià” o “Junts per Valls” producirán el mismo fenómeno: se duplicará el número de regidores por el arrastre que genere Puigdemont.

placeholder Asientos durante el Consejo Nacional del PDeCAT del 5/11 que permanecen vacíos en recuerdo de los miembros encarcelados. (EFE)
Asientos durante el Consejo Nacional del PDeCAT del 5/11 que permanecen vacíos en recuerdo de los miembros encarcelados. (EFE)

Fuentes del partido han mostrado preocupación por esta deriva. La formación que lidera Marta Pascal pensaba que el 21-D era la excepción. Pero con estos movimientos y a las puertas de las municipales, esto parece una constante: el PDeCAT no puede presentarse a unos comicios con su propio nombre. Ni siquiera a los que ya están previstas, en junio de 2019: las municipales.

Otras fuentes del partido apuntan a que también es la dirección del propio PDeCAT la que fomenta estos regisros de marca para evitar que un Puigdemont crecido lo haga con una formación propia independizándose no del resto de España sino del partido en el que milita el 'expresident'. De alguna manera, se trataría de una medida preventiva por parte de una organización política que se siente amenazada desde dentro.

Hacia la disolución

Con este panorama, la formación se encamina hacia la disolución, porque un partido que no puede presentarse a las elecciones de manera sistemática acaba perdiendo su razón de ser.

Un partido que de forma sistemática no puede presentarse a las elecciones bajo su propio nombre está condenado en un futuro a la disolución

El voto a Puigdemont es un voto sentimental. No hay programa y el poco que hay: restituir a Puigdemont y su gobierno o liberar a los presos no depende de la Generalitat, ni tan sólo si JxCAT obtuviese mayoría absoluta. Resulta un tanto complicado exportar este modelo pasional a la política municipal, mucho más práctica y centrada en una gestión de proximidad muy cercana al ciudadano.

ERC, a la expectativa

Aunque no se manifieste en la campaña, la mayor parte de los partidos están pensando en las municipales. Buena parte de las actuales alianzas municipales peligra en función de cómo vayan los pactos en el Parlament que surja del 21-D. Los partidos independentistas y los comunes forzaron un “cordón sanitario” que aisló al PP y le despojó de sus feudos naturales, como Badalona y Castelldefells.

Pero con nuevas mayorías en la cámara catalana podrían hacer que el cordón sanitario cambie. Con la CUP defendiendo que hay que persistir en la unilateralidad y la desobediencia, sería este partido el que podría sufrir un aislamiento en las instituciones. Sobre todo porque Catalunya en Comú insiste en crear un tripartito de izquierdas, si bien en el actual sistema de vetos cruzados, ni el PSC ni ERC están interesados en la operación. En todo caso, los pactos que se hagan en el Parlament tendrán consecuencias en la política municipal catalana.

De Tortosa a la Seu d’Urgell, un fantasma recorre Cataluña: el PDeCAT está muerto. Fuentes del partido explican que la mayor parte de los alcaldes que gobiernan en capitales de comarca están registrando marcas siguiendo la estela del proyecto de Carles Puigdemont desde Bruselas. Así concurrirán en las municipales bajo enseñas del tipo de Junts per Manresa, Junts per Vic, o Junts per Reus, por ejemplo, la cuales están siendo registradas tanto en internet como para concurrir como grupo político.

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