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Baño de masas del soberanismo con Colau presente y Forcadell tuiteando desde casa
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exigían la liberación de los 'exconsellers'

Baño de masas del soberanismo con Colau presente y Forcadell tuiteando desde casa

Miles de personas en una manifestación masiva para pedir la liberación de los exconsellers y los Jordis. El grito de "independencia" quedó eclipsado por el de "libertad"

Foto: Los manifestantes encendiendo sus móviles. (Reuters)
Los manifestantes encendiendo sus móviles. (Reuters)

Una manifestación como una Diada. Esa era la consigna y miles de personas salieron este sábado a la calle para intentar remontar los pinchazos sufridos en las convocatorias de las últimas semanas. La prisión provisional para los 'exconsellers' y 'los Jordis', la entrada en precampaña del 21-D y los autobuses fletados desde toda Cataluña lograron reunir a una cantidad de gente como hacía semanas que no se veía. Al menos en las protestas soberanistas, que se convocan prácticamente a diario desde finales de septiembre. La Guardia Urbana contabilizó 750.000 manifestantes y más de tres kilómetros de ocupación, una cifra contestada muy desde la oposición, como sucede en cada guerra de cifras.

Aunque convocaban las "entidades", la marcha no estaba técnicamente circunscrita al independentismo, sino que se extendía a sectores de la ciudadanía que, sin ser partidarios de la secesión, exigen libertad para lo que ellos entienden como “presos políticos” y el fin del 155. En definitiva, el mismo electorado que gravita alrededor de las confluencias de Podemos y que defiende el “derecho a decidir” y la celebración de un referéndum pactado. Y que ensaya su participación en un "frente común" estirando el relato de unir fuerzas "contra el estado español, la represión y el autoritarismo". Entre las protagonistas de la marcha, en primera fila, estaba la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quien pocas horas antes había sido muy dura con Puigdemont y sus 'exconsellers', a quienes acusó de “engañar y tensionar” a Cataluña. Le acompañaba su candidato para el 21-D, Xavier Domènech.

placeholder Ada Colau con el lazo amarillo en la manifestación de ANC y Òmnium. (Efe)
Ada Colau con el lazo amarillo en la manifestación de ANC y Òmnium. (Efe)

Colau sí, Forcadell no

Quien no estuvo fue Carme Forcadell, que decidió quedarse en casa asesorada por sus abogados y solo se expresó a través de Twitter. En un momento de la concentración, desde el escenario se pidió un aplauso para ella. Y las palmas sonaron, pero nada comparable a las que cosecharon los familiares de algunos encarcelados. Paradójicamente, dejando a un lado a los políticos huidos, los encarcelados y los que prefierieron no ir para no agravar sus problemas legales, la cara más reconocible de toda la marcha era la de Ada Colau.

Las entidades (ANC y Òmnium) se esmeraron en hacer lo que mejor saben: otra de sus efectistas e impactantes concentraciones. La 'performance' esta vez planteó iluminar el lugar al anochecer con teléfonos móviles. Sobre el escenario instalaron una orquesta (que se despidió con Els Segadors) y se fue dando voz a todos los miembros del Govern destituido. Con Puigdemont y los 'exconsellers' escapados en Bruselas conectaron por videoconferencia. Con el resto, hablaron por intermediación de hijos, familiares y amigos, que fueron leyendo cartas muy breves con las que llevaron hasta las lágrimas a buena parte del público.

placeholder [Pinche aquí para ver las imágenes de la manifestación convocada por las entidades ANC y Òmnium]
[Pinche aquí para ver las imágenes de la manifestación convocada por las entidades ANC y Òmnium]

"Semilla de la república"

Además de la carga emotiva, casi todos los mensajes que se fueron transmitiendo desde el escenario tenían una lectura política. La más escuchada no fue la del 'expresident', a quien muchos se han hartado de ver en un plasma y que insistió en la necesidad de una “unidad” de cara al 21-D que pocos de sus compañeros de viaje contemplan ya como algo factible. Bastante más atención se puso en interpretar el mensaje enviado desde la cárcel de Estremera por Oriol Junqueras, unas palabaras que leyó Francesc Riera.

El 'exvicepresident' se identificó como la “cabeza de turco” del 'procés' y dijo que tanto él como sus compañeros encarcelados son “vientos de libertad” con “sed de justicia y libertad”. Aseguró que le han metido en la cárcel los “herederos del franquismo” con la “complicidad vergonzosa” del PSOE y que lo hacen para que quede claro que “si no nos arrodillamos, nos intentarán arruinar la vida”.

“Somos”, concluyó, “la semilla de la república”. “Y si perseveramos saldremos adelante”. Habló de semillas, no de hechos consumados, y evitó referencias explícitas a la independencia, una palabra que se coreó mucho entre el público y se pronunció bastante poco desde el palco. A falta de nuevas convocatorias, la ANC tiene su próxima gran meta el 7 de diciembre, fecha en la que pretenden trasladar sus marchas masivas a las calles de Bruselas.

Una manifestación como una Diada. Esa era la consigna y miles de personas salieron este sábado a la calle para intentar remontar los pinchazos sufridos en las convocatorias de las últimas semanas. La prisión provisional para los 'exconsellers' y 'los Jordis', la entrada en precampaña del 21-D y los autobuses fletados desde toda Cataluña lograron reunir a una cantidad de gente como hacía semanas que no se veía. Al menos en las protestas soberanistas, que se convocan prácticamente a diario desde finales de septiembre. La Guardia Urbana contabilizó 750.000 manifestantes y más de tres kilómetros de ocupación, una cifra contestada muy desde la oposición, como sucede en cada guerra de cifras.

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