La traición de Carme Forcadell destapa una crisis de liderazgo en el independentismo
El PDeCAT iba a celebrar su Consell Nacional mañana para cerrar la listas pero lo ha aplazado al miércoles al no saber a quién poner al frente para afrontar las próximas autonómicas
El soberanismo catalán pierde a su madre coraje: Carme Forcadell se librará de la cárcel cuando abone los 150.000 euros de fianza. Al confesar en el Tribunal Supremo que la declaración de independencia del pasado 27 de octubre no tenía aplicación práctica, en contra de lo que intentaron hacer creer tanto ella como Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y el resto de líderes del 'procés', ha destapado una crisis de liderazgo en el independentismo a las puertas del 21-D, según confirman fuentes internas tanto de ERC como el PDeCAT. La causa de la independencia cuenta con dos millones de votantes potenciales pero carece de un líder presentable.
Forcadell iba a estar presente en la manifestación para pedir la liberación de los presos políticos que han convocado la ANC y Òmnium para mañana por la tarde. Ahora, fuentes de la ANC dudan de que la icónica expresidenta de la ANC vaya a personarse en la marcha que ha organizado esa organización. En un momento como éste falta gente para ponerse tras la pancarta que abra la marcha.
Forcadell ya había empezado a virar antes. Los días previos al 27 de octubre ya se mostró reticente a aprobar la DUI. Unas dudas que le aparecieron provocadas por las responsabilidades penales que tenía que afrontar.
Una prueba más de que no se sabe qué hacer con el liderazgo independentista es que el PDeCAT iba a celebrar su Consell Nacional mañana para cerrar la listas. Lo han aplazado al miércoles. En el PDeCAT no quieren a Puigdemont de cabeza de lista. Saben que querrá incluir en las listas a todos los consellers que están en Bruselas y otros independientes y que así el partido casi no podrá tener escaños. En este sentido, se preferiría a Neus Munté. Pero Munté también fue acusada de tibia cuando dejó el Govern justo antes de que se entrase en la recta final de la DUI. Otra opción sería el exconseller Josep Rull, que como mínimo tiene pedigrí independentista. Además, Rull está en la cárcel de Estremera. Eso, en este momento, da caché electoral.
El problema para el PDeCAT es el mismo que el de Forcadell. El independentismo vive incómodo con la verdad. Nadie se atreve a decir en voz alta que Puigdemont se ha ido a Bruselas por su cuenta, que no consulta a nadie sus decisiones, como la última ocurrencia de crear “una estructura estable que ponemos en marcha hoy para coordinar las acciones del Govern”, tal y como desveló en una carta dirigida a todos los catalanes. Ni tampoco que Puigdemont está amenazando al partido con no encabezar candidatura alguna si no hay una lista única a través de la constitución de una agrupación de electores.
La promesa a Santi Vila
Fuentes del PDeCAT han revelado que Artur Mas le había prometido al exconseller de Empresa i Coneixement Santi Vila que él encabezaría las listas. Por eso le pidió una y otra vez a Vila que no dimitiese pese al sesgo que iba tomando el Ejecutivo de Puigdemont. Vila aguantó hasta el último momento y ahora, el partido no lo quiere colocar ni en las listas, porque el independentismo también lo considera un traidor.
Santi Vila ha pasado en días de posible líder del PDeCAT a que le abra expediente un comité de garantías del partido que preside Xavier Trias
La ironía final es que la Comisión para a la Calidad Democrática, la Transparencia y el Cumplimiento Ético y de Garantías del partido que le ha abierto expediente disciplinario a Santi Vila está presidida por Xavier Trias, sí, el mismo Xavier Trias beneficiario de un fondo fiduciario en Suiza, tal y como ha desvelado El Confidencial en los Paradaise Papers.
ERC, mismo problema
ERC es otro partido pero tiene el mismo problema. Hasta Anna Simó, la diputada republicana que exigía la “línea dura” en la Mesa del Parlament, se ha alineado con la estrategia de defensa de Forcadell en el Supremo. Pero no se trata solo de Simó. El propio Junqueras está cuestionado porque él era el responsable de la estructuras de Estado que debían estar listas para el día después de la DUI. No fue así. Lo mismo pasó con la batería de decretos que iban a servir para desplegar la Ley de Transitoriedad. Nada de esto se llevó a cabo. Y Junqueras, como en el caso de la marcha de empresas, todavía no ha dado explicación alguna.
Aunque es previsible que Junqueras salga de prisión cuando en el Tribunal Supremo se aúnen la causas que ahora están en la Audiencia Nacional y en otros juzgados, el problema persiste.
El soberanismo catalán pierde a su madre coraje: Carme Forcadell se librará de la cárcel cuando abone los 150.000 euros de fianza. Al confesar en el Tribunal Supremo que la declaración de independencia del pasado 27 de octubre no tenía aplicación práctica, en contra de lo que intentaron hacer creer tanto ella como Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y el resto de líderes del 'procés', ha destapado una crisis de liderazgo en el independentismo a las puertas del 21-D, según confirman fuentes internas tanto de ERC como el PDeCAT. La causa de la independencia cuenta con dos millones de votantes potenciales pero carece de un líder presentable.
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