“El mundo entero tiene que ver hoy una Cataluña independiente”

Eduardo Manresa lleva un pin con la estelada y una pegatina que pide democracia en el pecho. “El mundo entero tiene que ver hoy la Cataluña que se independizó el uno de octubre”. Manresa habla decidido, firme: “Hace tiempo que España no controla Cataluña y hoy se va a ver”. Él está a las afueras de la ciudadela, la sede del Parlament, que está cercado por los mossos. Como él, miles de personas empiezan a llegar la mañana del viernes convocados por la ANC a seguir un día que, esta vez sí, esperan que sea histórico.

Hay una decena de tractores, voluntarios de la ANC y mucha estelada. Hay mucha gente mayor y jóvenes, estudiantes y jubilados, dos de las fuerzas motrices del movimiento independentista. Al fin y al cabo hoy es laborable. Sobre las 12 del mediodía no había tanta gente como el 10-O, cuando se iba a proclamar la república por primera vez, pero la afluencia de gente hacia la concentración era continua, lo que auguraba un éxito de público.

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El día se prevé largo y hay quien se ha traído sillitas plegables para sentarse. Hay 11 tractores que han recorrido entre aplausos su camino hacia la ciudadela. La guardia urbana, que prohibía el paso a los coches, ha dejado gentil que pasen los tractores por la república. “Vengo del Maresme. Han sido dos horas de viaje pero merece la pena”, explica un payés.

Este confía en que se proclamará la república catalana, pero si no ocurre tampoco lo verá un drama. “Confío en nuestros políticos que están dentro. Si deciden que hoy es el día está bien, si no, también”. Eduardo Manresa opina algo parecido, que si al final hoy el Parlament se vuelve a quedar a medio camino, o encuentra una fórmula para declarar la independencia sin declararla, tampoco es grave: “El pueblo declaró la independencia el 1-O. Si hoy no la oficializan ahí dentro seguiremos luchando. No pasa nada”.

Muy cerca de él unas jóvenes reparten pegatinas pidiendo democracia y otras con las caras de los Jordis. Esta vez no hay pantallas de televisión para seguir el pleno pero sí altavoces con la radio a todo volumen. Se escucha hablar de la independencia de Kosovo y cuando emiten palabras de Rajoy desde el Senado la gente silba. De vez en cuando, algún alcalde con la vara de mando cruza la concentración camino del Parlament. Entonces la gente rompe en aplausos.