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Nueva cuenta atrás en Cataluña para dar una última oportunidad al diálogo
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Junts pel Sí prepara la declaración de independencia

Nueva cuenta atrás en Cataluña para dar una última oportunidad al diálogo

¿Por qué va haber pacto? Porque a los muñidores de la alianza que fracasó ayer todavía les queda batería en sus móviles. Ni Puigdemont quiere la DUI ni Rajoy aplicar el 155

Foto: El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante el pleno monográfico celebrado este jueves. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante el pleno monográfico celebrado este jueves. (EFE)

Cuando los diputados callan, los teléfonos empiezan a sonar. Los discursos en el Parlament fueron épicos. Junts pel Sí asegura que prepara una resolución que someterá a votación en el que hoy se declarará la independencia de Cataluña. Pero en paralelo el Senado no votará el artículo 155 de la Constitución hasta las 15,00 h. Por tanto, lo que hay es una nueva cuenta atrás… otra noche de llamadas de madrugada. C’s siempre defendió que la clave era la mayoría silenciosa. Y se equivocaba. En realidad la relevante es la minoría silenciosa, esa que hace cuando los diputados salen del pleno cogen sus teléfonos y entonces sí empiezan a hablar de verdad. De manera que, en contra de lo que parece, aún hay espacio para llegar a un pacto.

¿Por qué va haber pacto? Porque a los muñidores de la alianza que fracasó ayer todavía les queda batería en sus móviles. Y porque, además, Mariano Rajoy y Carles Puigdemont no se encuentran en posiciones tan alejadas. Ni Puigdemont quiere declarar la independencia ni Rajoy aplicar el 155. Por tanto, un acuerdo es posible. Un acuerdo de mínimos en los que ambos bandos salgan muy debilitados y en los que sólo se beneficie el garante del pacto, la posición que ocupa el PSOE-PSC.

Foto: Mariano Rajoy y Carles Puigdemont en La Moncloa. (EFE)

Además, las fuentes políticas de PSC y PDeCAT que defienden que todavía es posible un entendimiento que permita salvar la autonomía catalana apuntan a un segundo factor: todavía no ha pasado nada irremediable, el independentismo podía haber intentado forzar la DUI ayer y no lo hizo. Aún hay una puerta abierta.

[El Gobierno prepara el primer paquete de medidas del 155]

La importancia de los socialistas es clave. Miquel Iceta se reunió en el Parlament con Puigdemont tras el pleno de ayer. Por tanto, a lo mejor vía Urkullu se quemó ayer por el doble lenguaje de ERC, pero otras vías permanecen operativas y las fuerzas que quieren un pacto siguen siendo muy importantes.

Iceta se reunió en el Parlament con Puigdemont tras el pleno de ayer. Por tanto, a lo mejor vía Urkullu se quemó ayer por el doble lenguaje de ERC

La nueva base sería, según fuentes conocedoras de los contactos, aprobar la enmienda del PSOE al artículo 155 –suspender la ejecución de la supresión de la autonomía en Cataluña a cambio de que haya una convocatoria electoral– y Puigdemont renunciaría a peticiones adicionales o que afectasen al poder judicial. Todo muy frágil pero suficiente.

Foto: El hasta este jueves 'conseller' de Empresa y Conocimiento, Santi Vila. (EFE)

Eso implicaría que en el Parlament se vayan retrasando los tiempos en la supuesta declaración de independencia. Para empezar, no se ha pactado el formato de la resolución, que debería discutirse en la Mesa. Además, la propia Mesa del Parlament tiene muchas dudas sobre cómo tramitar esta votación, ya que se incurre en el delito de rebelión. Hasta la presidenta Carme Forcadell se niega a ello, según avanzó ayer El Confidencial. Tampoco está asegurado que todos los diputados independentistas voten a favor de la resolución, con lo cual el caos vuelve a estar asegurado.

Las presiones de ERC

ERC seguirá presionando a favor de la independencia pero sin dar la cara. Su presidente, Oriol Junqueras, estaba perfectamente informado de la iniciativa de diálogo del lehendakari Íñigo Urkullu. En cambio, cuando vio la reacción contraria del independentismo, reunió a su Ejecutiva, tildó a Puigdemont de traidor y amenazó con romper el gobierno catalán. Un doble lenguaje que puede dar réditos electorales pero que dificulta mucho cualquier pacto.

Junqueras conocía la iniciativa de diálogo de Urkullu. Pero cuando vio la reacción contraria del independentismo, reunió a su Ejecutiva

También la CUP, Òmnium y la ANC están trabajando en la dirección contraria para forzar una DUI que haga imposible cualquier entendimiento posterior. Para estas fuerzas, las que más critican la aplicación del 155, la suspensión de la autonomía es un mal menor que les acerca a sus objetivos.

Ganar tiempo

Con su declaración de ayer, Puigdemont ganó tiempo. Si recibe la garantías de normalidad de las que ayer dijo carecer podría convocar las elecciones hoy, después de Junts pel Sí reviente por las costuras intentando votar una declaración de independencia.

En este escenario el gran beneficiado cara a unas autonómicas en diciembre es Oriol Junqueras, que podrá volver a presentarse, para prometer, por enésima vez, que la independencia está a la vuelta de la esquina.

Foto: El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. (Reuters)
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Pero antes lo móviles y sus dueños, que intercambian puestos en consejos de administración, redactan pronunciamientos de lobbies empresariales y se resisten a mover sus sedes sociales de Cataluña, habrán trabajado muy duro para desactivar la bomba independentista. Veremos si esta vez tienen éxito. Todos los escenarios están abiertos.

Cuando los diputados callan, los teléfonos empiezan a sonar. Los discursos en el Parlament fueron épicos. Junts pel Sí asegura que prepara una resolución que someterá a votación en el que hoy se declarará la independencia de Cataluña. Pero en paralelo el Senado no votará el artículo 155 de la Constitución hasta las 15,00 h. Por tanto, lo que hay es una nueva cuenta atrás… otra noche de llamadas de madrugada. C’s siempre defendió que la clave era la mayoría silenciosa. Y se equivocaba. En realidad la relevante es la minoría silenciosa, esa que hace cuando los diputados salen del pleno cogen sus teléfonos y entonces sí empiezan a hablar de verdad. De manera que, en contra de lo que parece, aún hay espacio para llegar a un pacto.

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