Guerra, sobre Cataluña: "Hay que sacar a la camarilla de delincuentes de los despachos"

El exvicepresidente del Gobierno y ex 'número dos' del PSOE Alfonso Guerra publica esta semana un artículo en la revista 'Tiempo' sobre la crisis catalana en el que arremete con dureza contra los independentistas. "No han entendido que la única forma de salvar la dignidad de Cataluña es sacando de sus despachos a la camarilla de delincuentes que hoy ocupa los puestos de mando de la Generalitat", asegura en el mismo.

Según sostiene el histórico socialista, "la Constitución de 1978 se redactó con la conciencia de que había que cerrar el largo capítulo de dos siglos de enfrentamientos entre españoles", un objetivo que "los nacionalistas catalanes apoyaron con entusiasmo", asegurando en este sentido que "nunca estarían por la independencia". Sin embargo, "cuarenta años después los viejos fantasmas del pasado, del golpe de Estado, de la sublevación, de la independencia, aparecen de nuevo".

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Juanma Romero

Como respuesta a esta situación, Guerra aboga por "empeñarse en combatir una decisión de las autoridades autonómicas que no les corresponde, que no es legal, que no quiere Cataluña ni España, que es injusta, que puede acarrear –ya está haciéndolo– graves perjuicios para los catalanes y todos los españoles". En caso contrario, el exvicepresidente pone como ejemplo el "estallido violento" de Yugoslavia: "Algunos dirán que este es el discurso del miedo. No, es el de la responsabilidad. Si sabemos que pueden suceder terribles consecuencias, ¿cómo no advertirlo?".

En lo que se refiere a la estrategia independentista, Guerra asegura que se encuentran en un callejón sin salida. "Si continúan su plan de subversión las consecuencias serán la detención e inhabilitación por años, si dan marcha atrás, los suyos, a los que han estado engañando con un paraíso inexistente, les repudiarán como los grandes mentirosos del proceso", argumenta en el texto. De todos modos, su pronóstico para el llamado bloque constitucionalista tampoco es muy positivo, "pues se adentra en un terreno desconocido y teme tener que enfrentarse al fanatismo nacionalista en las calles de Cataluña".

Como única solución a esta crisis, Guerra se inclina por "ahogar la sublevación con cuanta prudencia puedan, pero cuanta firmeza tengan". Llegado a este punto, el exvicepresidente arremete entonces contra Podemos, a quien acusa de ser "cómplice" del objetivo separatista. "El Estado tiene que defender a los ciudadanos de estos grupos liberticidas que fundamentan sus discursos en la mentira, creando un club de los mentirosos en la vida política", sostiene en el artículo.

Más allá de las críticas, Guerra reconoce que, "en lo sustancial, las medidas adoptadas son apropiadas para cortar la sublevación secesionista". De todos modos, argumenta que "deberían haberse tomado antes, al menos los días 6 o 7 de septiembre, cuando el nacionalismo pretendió dar el tiro de gracia a la autonomía de Cataluña y a la democracia española".