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El Govern ya tiene nueva excusa: Madrid presiona a las empresas para que se vayan
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"ASÍ COMO SE HAN IDO, DE AQUÍ A POCO VOLVERÁN"

El Govern ya tiene nueva excusa: Madrid presiona a las empresas para que se vayan

El portavoz se limitó, tras la reunión semanal del Ejecutivo de Carles Puigdemont, a echar balones fuera y a ahondar en la nueva teoría de los independentistas catalanes

Foto: Jordi Turull, durante su comparecencia de este martes. (Reuters)
Jordi Turull, durante su comparecencia de este martes. (Reuters)

El Ejecutivo catalán ya tiene un nuevo clavo al que agarrarse: ahora acusa al Gobierno español de presionar a las empresas para que se vayan de Cataluña. ¿Pruebas? Ni una. Solo una visión sesgada, interesada y politizada de una fuga anunciada. Después de años desoyendo las advertencias acerca de esa huida empresarial, quiere quitar hierro al asunto y desviar la atención poniendo sobre la mesa unas supuestas presiones que todos, empezando por las propias empresas, niegan. Se trata de aplicar el principio de la transposición: ante una mala noticia, se pone en el aire otra que la distraiga.

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Lejos de afrontar cualquier autocrítica en la responsabilidad de la Generalitat y su carrera hacia la ruptura por las bravas, el portavoz del Govern, Jordi Turull, se limitó hoy, tras la reunión semanal del Ejecutivo de Carles Puigdemont, a echar balones fuera y a ahondar en la nueva teoría de los independentistas catalanes (no quiso comentar ningún extremo de la comparecencia del 'president' esta tarde): “Quiero denunciar las presiones del Estado español, que intenta hacernos daño sin tener en cuenta que se lo hace él mismo. Pero la economía catalana es muy robusta, es muy sólida y con capacidad para adaptarse a los cambios que puedan venir”. Pero, lejos de subrayar los efectos negativos, tiró millas para ningunear dichos efectos: “Así como se han ido, de aquí a poco, volverán”, vaticinó.

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Turull calificó como “muy graves” las supuestas presiones, aunque no detalló ningún caso. Todas las grandes empresas justificaron su salida de territorio catalán aduciendo la poca seguridad política e incluso jurídica, así como la necesidad de salvaguardar los intereses de sus accionistas y de sus trabajadores. Pero el portavoz del Govern, ajeno a esas manifestaciones, insistió en varias ocasiones en que es el Estado español el que intenta perjudicar “a la economía catalana facilitando el traslado de las sedes, sin darse cuenta de que también está perjudicando a la economía del Estado español".

También afirmó que “los que quieren crear alarma se equivocan” y subrayó que “la economía catalana es infinitamente más que algunas empresas emblemáticas que decidieron trasladar su sede social”. En un momento determinado, reconoció: “No nos gusta, aunque están en su derecho, pero también he de decir que tanto el vicepresidente, señor Junqueras, como el consejero de Empresa, señor Vila, están hablando con sectores económicos para tranquilizarlos”. En este sentido, volvió a sacar pecho y aseguró que a pesar de la que está cayendo, “durante este año, la inversión productiva —no la especulativa— en Cataluña ha subido, por lo que tenemos confianza en nuestra economía”.

¿Documento? ¿Qué documento?

Jordi Turull se refirió también a los últimos documentos judiciales aportados por la Guardia Civil a la Audiencia Nacional, como el encontrado en casa de Josep Maria Jové, secretario general de Economía y uno de los detenidos el pasado 20 de septiembre. Uno de los documentos detallaba los pasos a seguir para provocar la independencia de Cataluña y establecía organigramas de mando, en los que figuraban altos cargos del Govern, pero también el ‘major’ de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, y los presidente de la ANC y de Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart respectivamente. Lejos de reconocer nada, Turull se hizo el ignorante y comenzó a tirar balones fuera.

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¿Pero no había secreto de sumario? ¿A qué viene sacar esas informaciones y más en un día como hoy?”, clamó, refiriéndose a que precisamente esta tarde el ‘president’ Puigdemont comparecerá en el Parlamento para, presuntamente, hacer una declaración de independencia. Y luego afirmó, echando mano de argumentos manidos: “No sabemos de qué va este documento. No es un documento del Govern, porque nosotros siempre hemos dicho cuál era nuestra hoja de ruta. Pero tenemos una absoluta confianza en Jové”.

También cargó contra las acusaciones de inacción contra los Mossos y el jefe de estos, Josep Lluís Trapero. “Si alguien no puede dar lecciones de politizar la policía, es el Gobierno del Estado. Es ese Gobierno el que le ha hecho hacer cosas desagradables a su policía, porque es el que realizó guerra sucia. ¿Y esa gente es la que nos ha de dar lecciones a nosotros?”.

placeholder El presidente catalán, Carles Puigdemont, y el portavoz del Govern, Jordi Turull. (Reuters)
El presidente catalán, Carles Puigdemont, y el portavoz del Govern, Jordi Turull. (Reuters)

Turull aseguró que “es inaudito que se esté creando esta campaña de desprestigio en contra de los Mossos d’Esquadra. Están intentando crear un relato”, subrayó, para afirmar a continuación que “la cúpula de la Generalitat ha confiado en los argumentos técnicos de los Mossos d’Esquadra y no los ha politizado”. Por tanto, zanjó, “lecciones de cómo se tiene que dirigir políticamente a un cuerpo de seguridad, cero. La Generalitat lo hizo bien y dejó en manos del criterio técnico de los Mossos todo el operativo”.

Sobre la macromanifestación antiindependentista de este fin de semana en Barcelona, señaló que “todo ciudadano y todas las ideologías tienen derecho a manifestarse. Solo pedimos que sean cívicas y pacíficas. La del domingo, en su inmensa mayoría, fue así, pero hubo gente que produjo incidentes”.

Pero no pudo sustraerse a ironizar a continuación sobre la protesta para restarle legitimidad: “Como no sabemos cuánta gente vino de fuera de Cataluña, solo les deseamos que se lo hayan pasado bien y que hayan hecho mucho gasto. No entraremos en guerra de cifras”, manifestó para dar por terminada cualquier aclaración más.

El Ejecutivo catalán ya tiene un nuevo clavo al que agarrarse: ahora acusa al Gobierno español de presionar a las empresas para que se vayan de Cataluña. ¿Pruebas? Ni una. Solo una visión sesgada, interesada y politizada de una fuga anunciada. Después de años desoyendo las advertencias acerca de esa huida empresarial, quiere quitar hierro al asunto y desviar la atención poniendo sobre la mesa unas supuestas presiones que todos, empezando por las propias empresas, niegan. Se trata de aplicar el principio de la transposición: ante una mala noticia, se pone en el aire otra que la distraiga.

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