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Viaje a los puentes del Sénia: así se vive el 'procés' en la patria de los equidistantes
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El 'procés' en la frontera sur de cataluña

Viaje a los puentes del Sénia: así se vive el 'procés' en la patria de los equidistantes

Entre Castellón y Tarragona, dos pueblos separados por el cauce de un río observan atónitos la bronca por el conflicto catalán: “Tenemos familia a los dos lados. Falta diálogo y sobran Rajoy y Puigdemont”

Foto: Carteles indicadores frente al puente que une San Rafael del Río y El Castell. (V. R.)
Carteles indicadores frente al puente que une San Rafael del Río y El Castell. (V. R.)

“'Desitgem que els ponts de Les Cases del Riu sempre siguen ponts d’unió, de fraternitat i d’esperança'”

Al sur de Cataluña, en el interior de Tarragona, el rio Sénia ejerce de frontera física con la provincia de Castellón. Un puente de piedra y cemento conecta las calles de San Rafael del Río, una pequeña población de poco más de 500 habitantes en el lado valenciano, con El Castell, uno de los llamados “barrios” o pedanías de Ulldecona, municipio catalán. El puente tiene historia propia. Comenzó a construirse en 1931, en plena II República, gracias a la iniciativa de un alcalde socialista. Pero las obras no acabaron hasta casi ocho años después, en 1939, ya con los últimos disparos de la Guerra Civil. Ninguna institución se comprometía a financiarlo en su totalidad; si acaso, alguna ayuda para materiales. Fueron los propios habitantes a ambos lados de la ribera los que dedicaron horas de trabajo para poder conectarse recurriendo a lo que todavía allí se recuerda como 'jornal de veí', que traducido al castellano es jornal de vecino, es decir, trabajar gratis en interés del pueblo. Hoy, por ese puente transitan todo tipo de vehículos y peatones que pasan de un lado a otro sin pensar si están en Cataluña o en la Comunidad Valenciana.

A lo largo del Sénia hay varios puentes similares. Algunos son vestigios de viejos pasos empleados para cruzar el cauce y moler el grano en los molinos de agua dispersos a lo largo de unos cuantos kilometros desde el nacimiento del río en los Puertos de Beceite. El pasado miércoles, el alcalde del municipio de Rosell, Evaristo Martí, del PSOE, difundió un bando que ha corrido como la pólvora entre los vecinos no solamente de su localidad, contigua a San Rafael y fronteriza con la catalana de La Sénia, sino de toda la zona. "Queremos manifestar nuestro apoyo a los vecinos y vecinas del otro lado del río Sénia por los hechos vividos recientemente. […] Queremos dar un mensaje de tranquilidad, reflexión y diálogo para llegar a un acuerdo que resuelva el actual escenario. Deseamos que los puentes de Les Cases del Riu siempre sean puentes de unión, de fraternidad y de esperanza", manifestaba tras mostrar su rechazo a las "situaciones de violencia ocurridas".

placeholder El puente que une San Rafael del Río y El Castell (Ulldecona). (V. R.)
El puente que une San Rafael del Río y El Castell (Ulldecona). (V. R.)

Martí se refería así a los hechos ocurridos el domingo anterior en la cercana Sant Carles de la Ràpita, donde la Guardia Civil fue expulsada a pedradas tras una carga para llevarse las urnas del referéndum independentista que obligó a atender médicamente a 45 personas.

En realidad, esos sucesos cogieron completamente a contrapié a los habitantes de las poblaciones de los puentes del Sénia. Hasta el domingo, el 'procés' apenas formaba parte de la agenda de conversaciones del Bar-Restaurante Alaska, donde Félix, un madrileño casado con una catalana lleva más de tres décadas detrás de la barra sirviendo a valencianos, catalanes y todo aquel que pase por su establecimiento de San Rafael. "Aquí es como si todos fuéramos del mismo pueblo. Cuando hay toro los 'cadafales' (barreras de protección) se pasan de un lado al otro. Sabemos de qué pie cojea cada uno, pero se habla de todo y si la cosa se pone tensa cambiamos de tema y ya está", afirma. "Tiene que haber más diálogo. Parece que le tengan miedo al estado federal. Yo siempre he sido de izquierdas y siempre he pensado que España tendría que haber sido un estado federal bajo una misma bandera, como en Alemania".

placeholder El río Sénia separa las casas de San Rafael de las de El Castell.
El río Sénia separa las casas de San Rafael de las de El Castell.

"Falta diálogo y sobran los dos", dice Antonio en referencia a Mariano Rajoy y Carles Puigdemont. Antonio vive en Vinarós y se prejubiló hace unos años, justo antes de que Cajamar cerrase la única oficina bancaria de San Rafael en la que trabajaba y donde sigue acudiendo casi a diario a compartir de gañote partida a las cartas en el bar de Félix. Tampoco en El Castell hay banco. La sucursal de Bankia también se esfumó. La España vacía llega hasta aquí y lo de los cambios de sedes de bancos fuera de Cataluña les suena a broma de mal gusto.

"Esto es un problema entre Rajoy y Puigdemont, que lo pusieron porque era independentista cuando sacaron a Artur Mas por corrupto. No nos gusta la independencia, pero Rajoy no puede estar como una estatua porque eso solamente genera tensiones. No es verdad que todos seamos iguales. Están el País Vasco y Navarra con el cupo. Eso debería ser para todos ya. Tanto trabajas, tanto vives, y luego se contribuye para defensa o para infraestructuras", remata. Antonio ha visto pasar por su oficina a catalanes y valencianos sin distinción. Explica que los habitantes de las dos poblaciones tienen familiares a un lado y al otro porque nadie percibe como una frontera ni el río ni la cartelería en catalán (lengua mayoritaria también en San Rafael) o castellano.

placeholder En el Bar Alaska de Félix, donde se juega a las cartas seas valenciano o catalán. (V. R.)
En el Bar Alaska de Félix, donde se juega a las cartas seas valenciano o catalán. (V. R.)

Aquí apenas se ven banderas. Ni 'esteladas' ni españolas. Un cartel en favor del Sí en la consulta del domingo colgado sobre unos hierros junto al puente por el flanco catalán es la única pista en El Castell, donde hay empadronadas menos de dos centenares de personas, de que el domingo anterior hubo un referéndum. Los vecinos que participaron tuvieron que desplazarse unos siete kilómetros al instituto de secundaria de Ulldecona para poder votar. Allí no hubo ningún incidente porque no aparecieron ni 'mossos', ni policías, ni guardias civiles. Según los datos difundidos por la Generalitat catalana, participaron en la consulta anulada por el Constitucional 1.919 personas, el 48,63% del censo. El Sí ganó con el 92,3% de apoyos.

No nos gusta la independencia, pero Rajoy no puede estar como una estatua porque eso solamente genera tensiones

Manel, natural de Manresa pero afincado en El Castell desde hace años, no tenía previsto acudir a la votación del domingo. "Si acaso a poner dos cromos de Tintín en la urna", explica en su casa. "Aquí no somos ni valencianos ni catalanes. Somos el mismo pueblo". Lo hizo tras enterarse de las cargas policiales en Sant Carles de la Ràpita, como protesta. "El discurso del Rey también fue demoledor. Has de dejar una puerta abierta, está claro que se lo hizo la gente del PP. Tampoco ayuda nada el papel de la Generalitat de Cataluña. Todos están cometiendo errores de bulto. La Generalitat se juega perderlo todo y el Estado que haya una herida social muy profunda", dice en relación a la posible retirada de competencias vía Artículo 155 de la Constitución.

Manel es uno de los impulsores de Los Taulons, un grupo de personas dedicada a poner en valor el patrimonio rural de la zona. El nombre de la asociación viene precisamente de los tablones de madera que se usaban como pasarelas para cruzar a un lado o al otro de río Sénia cuando no había puentes de piedra. Él conoce muy bien la historia de colaboración entre los dos pueblos para poder construir el puente que ahora los une.

"Esto que está ocurriendo da mucha pena. Aquí estamos todos juntos. Nosotros estudiamos en colegios catalanes y ellos vienen a nuestras fiestas valencianas", afirma Salomé Alemán, teniente de alcalde de San Rafael, del Partido Popular, que gobierna con mayoría absoluta y seis concejales de siete. Alemán cree en la unidad de España, pero también en el diálogo. "No me gustan las complicaciones y siempre intento conciliar", explica desde su peluquería, la única de la zona y con clientes tanto del lado valenciano como del catalán. "Esto es un problema heredado a lo largo de los años por cada presidente", dice para excusar a Mariano Rajoy. "El problema siempre ha estado. Se deberían sentar una parte y la otra. No podemos estirar todos de la cuerda porque está la gente de la calle. Y hay también una mayoría silenciosa de cinco millones que no han votado", recuerda.

placeholder Acceso a San Rafael desde El Castell.
Acceso a San Rafael desde El Castell.

Como número dos del Ayuntamiento de San Rafael, Alemán se relaciona a menudo con los responsables municipales de Ulldecona, de quienes depende El Castell. El municipio está gobernado por Núria Ventura Brusca, una alcaldesa vinculada al sector crítico del PSC, favorable a la celebración de la consulta y con fama de política cercana a los problemas vecinales a pie de acera. Su colega del PP señala que la coordinación entre las dos administraciones locales es buena.

Lander García es un joven de El Castell. Su casa es de las pocas que luce una 'estelada' en la fachada, aunque hecha una madeja por el viento. Bromea con su nombre vasco y su apellido castellano, y explica que fue a votar y votó sí, pero duda cuando se le pregunta si realmente es partidario de la independencia y de poner una frontera con sus vecinos de San Rafael. "Sería como Andorra y Cataluña, que en realidad no hay frontera. Pero bueno, lo que queremos es que se tenga en cuenta nuestra voz", concluye.

“'Desitgem que els ponts de Les Cases del Riu sempre siguen ponts d’unió, de fraternitat i d’esperança'”

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