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La Generalitat espera ahora sentarse a negociar con Rajoy apelando a la conciliación
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Apoya la iniciativa del Colegio de Abogados

La Generalitat espera ahora sentarse a negociar con Rajoy apelando a la conciliación

Se pide retirar por parte del Gobierno las fuerzas policiales desplegadas en Cataluña durante el último mes y el compromiso de la Generalitat de evitar la declaración de independencia

Foto: El presidente Catalán Carles Puigdemont saluda a María Eugènia Gay. (Reuters)
El presidente Catalán Carles Puigdemont saluda a María Eugènia Gay. (Reuters)

La Generalitat espera ahora poderse sentar a negociar con Mariano Rajoy rebajando las expectativas. Según explican fuentes del Govern, como en la Moncloa rechazan cualquier mediación se quiere recurrir ahora al término “conciliación”, un matiz jurídico al que ahora se agarra el Govern de Carles Puigdmont. Así la Generalitat ha dado todo su apoyo a la iniciativa que lidera la decana del Colegio de Abogados de Barcelona, Maria Eugènia Gay. Esta propuesta quiere solventar el veto del Ejecutivo de Mariano Rajoy y conseguir lo más difícil en este momento en la crisis de la independencia de Cataluña: sentar a las dos partes en la misma mesa, según explican fuentes conocedoras de los contactos que mantuvo esta semana Maria Eugènia Gay con el presidente catalán Carles Puigdemont.

El plan que lidera Maria Eugènia Gay ha puesto dos premisas para que arranque: retirada por parte del Gobierno de las fuerzas policiales desplegadas en Cataluña durante el último mes y compromiso de la Generalitat de abandonar la declaración unilateral de independencia (DUI), según explican fuentes conocedoras de los primeros planteamientos. Estos dos gestos de buena voluntad servirían para iniciar un diálogo que hasta ahora se prevé imposible.

La diferencia entre mediación y conciliación es inexistente para los legos. Pero jurídicamente cuenta con importantes diferencias y podría ofrecer salida airosa para ambas partes. Para empezar, una mediación se produce entre bandos consideradas iguales y equivalentes, mientras que la conciliación permite acuerdos entre dos agentes en conflicto no situados al mismo nivel. Es decir, el Gobierno español podría aceptar sentarse con representantes de la Generalitat sin reconocer a esta como sujeto político válido para cuestiones como la secesión, uno de los límites marcados en la actualidad por la Constitución.

placeholder Carles Puigdemont, antes de reunirse con representantes de la comisión prodiálogo impulsada por el Colegio de Abogados de Barcelona. (EFE)
Carles Puigdemont, antes de reunirse con representantes de la comisión prodiálogo impulsada por el Colegio de Abogados de Barcelona. (EFE)

Puigdemont sigue ganando tiempo, precisamente para que el intento de conciliación del Colegio de Abogados de Barcelona tenga alguna oportunidad de prosperar. Por eso comparecerá el martes ante el Parlament y no el lunes. Todo lo que sea ganar un día es una buena noticia en el actual contexto. El nombre de la misma Comisión Independiente de Mediación, Diálogo y Conciliación ya apunta a que la mediación, como tal, se ha aparcado de forma indefinida.

En una conciliación, además, el árbitro tiene mucho más peso. Puede hacer las propuestas sobre las que debatan las partes. Y los acuerdos no dependen de la voluntad de las partes sino que tengan cobertura legal. Es decir, crea un marco más flexible pero también más estable para resolver conflictos enconados, como es el caso catalán.

La apuesta de Puigdemont

Para que la iniciativa de la decana del Colegio de Abogados pueda evolucionar, Puigdemont quiere darle tiempo. Y de nuevo se jugará con las palabras, según avanzan fuentes de Palau. Por ello se evitará el próximo martes una “proclamación de independencia” y se irá a una “declaración”, lo más suave posible, sin consecuencias inmediatas sobre el control de territorio e incluso de manera “diferida” o “condicionada” y que solo sería efectiva a partir de enero del año que viene. Esta declaración que sirviera para contentar a la CUP, la ANC y el grupo de intelectuales independentistas radicales que ejercen de guardianes del 'procés', los cuales han recogido 100.000 firmas para que la DUI sea efectiva y ejecutiva.

Para que Carles Puigdemont pueda mantener viva la alternativa de la "conciliación" necesita seguir retrasando la declaración de independencia

Por eso, en los dos días que quedan hasta el martes resulta muy posible que Puigdemont ceda a la presión de la calle. La minoritaria Intersindical CSC ha convocado otra huelga general que busca paralizar Cataluña que duraría entre el 10 y el 16 de octubre. Si los sindicatos de estudiantes se suman, el control volverá a pasar a la calle, la ANC se vería arrastrada por las movilizaciones y Puigdemont poco podrá hacer en el Parlament ante la presión de los diez diputados de la CUP. En ese caso, todo saltará por los aires. Por eso, la presión de 'consellers' como el de Empresa, Santi Vila, que están abogando por aparcar la DUI de manera indefinida.

Imprevisible

La evolución de los hechos la próxima semana será imprevisible. Aunque en Madrid aceptase la argucia jurídica de la “conciliación”, algo dudoso, es muy probable que el propio Puigdemont no pueda cumplir sus compromisos. De hecho, en la reunión en Palau, durante la cual la Comisión Independiente de Mediación, Diálogo y Conciliación le pidió a Puigdemont que abandonase la pretensión de “unilateralidad”, el presidente catalán no contestó.

Foto: El conseller de Empresa, Santi Vila. (EFE)

Puigdemont en el Parlament tendrá que hacer equilibrios entre mostrar firmeza y ser lo bastante ambiguo para poder saltarse la Ley del Referéndum que marca que tras pasar 48 horas después de que se hayan comunicado los resultados oficiales de la consulta al Parlament se tiene que declarar la independencia.

Pero el poder se ha desplazado de los despachos a la calle y ahora resulta muy complicado cumplir los acuerdos previos. El 'procés' navega ahora por territorio de la CUP, un sector que no quiere escuchar las llamadas al diálogo a menos que dichos contactos versen sobre cómo aplicar la independencia de Cataluña.

La Generalitat espera ahora poderse sentar a negociar con Mariano Rajoy rebajando las expectativas. Según explican fuentes del Govern, como en la Moncloa rechazan cualquier mediación se quiere recurrir ahora al término “conciliación”, un matiz jurídico al que ahora se agarra el Govern de Carles Puigdmont. Así la Generalitat ha dado todo su apoyo a la iniciativa que lidera la decana del Colegio de Abogados de Barcelona, Maria Eugènia Gay. Esta propuesta quiere solventar el veto del Ejecutivo de Mariano Rajoy y conseguir lo más difícil en este momento en la crisis de la independencia de Cataluña: sentar a las dos partes en la misma mesa, según explican fuentes conocedoras de los contactos que mantuvo esta semana Maria Eugènia Gay con el presidente catalán Carles Puigdemont.

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