Los turistas no entienden qué ocurre: "Si pasa como en Rusia, será un problema"

El turismo en Barcelona es una enorme máquina que no detiene nunca su producción, llueva, nieve o esté Cataluña al borde de la independencia y de un conflicto político, quién sabe si también callejero, inédito en democracia. La Rambla amaneció el día después de la huelga del 3-O con el mismo vigor de siempre. Riadas de personas, casi todas extranjeras, paseando de la mano, tomando fotos y comprando 'souvenirs'.

"Por fin podemos comprar y pasear sin que las tiendas estén cerradas ni las calles cortadas", comentaba una señora. Este diario consultó a varios turistas y la sensación general era de incomprensión ante la tormenta de estos días en Cataluña. Todos se sentían tranquilos, pero ante la disyuntiva de una entrada del Ejército en Barcelona (algo que ningún turista se plantea), la opinión era unánime: "Tendríamos que pensar seriamente si nos quedamos, claro", resumía Nuno, portugués, junto a su esposa.

"Si pasa como en Rusia, será un problema"

"Lo de ahora en Cataluña es un problema muy pequeño. Entiendo que quieran tener más derechos, pero eso no es algo que deba provocar nada grave. Si declaran la independencia de España, sí sería preocupante", avisa Slava, ciudadano ruso. No es el primer ruso que advierte de los peligros de un desmembramiento del Estado. "Si pasa como en Rusia, sí será un problema de verdad. Espero que puedan negociar algo antes", explica. Slava prefiere no posicionarse en el conflicto entre el Govern y Moncloa y asegura que, hasta el momento, se siente totalmente cómodo en Barcelona.

"Ojalá todo siga siendo pacífico"

"Por lo que sé, hay una región distinta cuya gente se quiere separar del resto del país y no está feliz con el resultado de la votación. Creo que en cualquier parte la voz de las personas debe ser oída, y es importante que los gobiernos comprendan eso y trabajen por cambiar las cosas", dice Lakeisha, nacida en Nueva York (EEUU). Reconoce que se informa diariamente a través del 'Washington Post': "Hasta ahora, todo lo que he visto ha sido pacífico, y deseo que siga siéndolo. Si Cataluña se independiza y sigue siendo un lugar seguro y abierto, no tendré inconveniente en regresar".

"Esto es como el Brexit. División y mucha rabia"

"Si quieren votar lo veo bien, pero soy inglesa y no tengo toda la información para valorar. Hasta ahora no ha habido violencia y eso me tranquiliza", afirma Suzanne, nacida en Londres. "Lo que sí veo es que esto es como el Brexit. Hay una sociedad partida por la mitad y mucha rabia y enojo por ambas parte. En Reino Unido, cuando la campaña del Brexit, hubo mucha tensión. No estoy segura de apoyar que una parte del país quiera independizarse saltándose las leyes y sin preguntar al resto, pero sí creo que votar es democrático".

"Iría a Cataluña como cuando voy a Portugal"

"Esto es como si eres protestante o católico, no importa lo que seas sino la convivencia. Si los catalanes creen en la independencia está bien, adelante. Yo vivo en Almería y allí hasta ahora no se ha hablado mucho de Cataluña, la gente está a otra cosa", cuenta Sharon, ciudadana de Reino Unido. "Es un tema tan complejo que nadie sabe cuál es el camino correcto o si se está equivocando. Creo que España es un país grande, podría salir adelante sin Cataluña. Yo no tendría inconveniente en venir a hacer turismo, me lo tomaría como cuando voy a Portugal".

"En Holanda tenemos un problema parecido, lo seguimos muy de cerca"

"En Holanda tenemos Frisia, una provincia que siempre se ha sentido distinta y ha reclamado la independencia. Yo vería raro que sin consultar al resto del país se separaran, pero si quisieran votar y lo aprobaran, por mi parte no habría problema", explica Bas, que apenas alcanza la mayoría de edad, junto a su grupo de amigos. "Me entero de lo que pasa en Cataluña porque en Holanda es una gran noticia, está en todas las portadas. Yo me voy enterando por NOS [la televisión pública holandesa]".

Ningún turista se siente ajeno al conflicto. Chen Jie, ciudadana china, considera que "si los catalanes quieren ser libres e independientes, es su elección decidir cómo quieren vivir o cómo quieren ser". Sin embargo, al ser cuestionada por esta misma ansia de "libertad" que exigen en China las regiones del Tíbet y Xingjiang, la turista se bloquea: "Sobre eso no quiero contestar". Luego se disculpa y se va.