El desafío de los colegios: solo el 18% abre en la segunda mayor ciudad catalana
L'Hospital tiene la segunda bolsa de votantes más importante de la comunidad. Sin embargo, apenas un 18% de colegios están ahora abiertos y reina un ambiente de desidia
En la segunda ciudad con más población de Cataluña, la previsión es que muy poca gente podrá votar mañana salvo que en las próximas horas se produzca una apertura y ocupación masiva de los locales. En L'Hospitalet de Llobregat (254.804 habitantes) hay cuatro colegios abiertos cuando faltan solo un puñado de horas para que den las 9 de la mañana del 1 de octubre y comience la jornada.
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Se trata de un escaso (y preocupante para el soberanismo) 18% del total. Pero en la segunda bolsa de electores más grande de Cataluña, casi nadie parece alarmado. La soledad y el ambiente lánguido de un sábado cualquiera reina a lo ancho del callejero municipal. Así lo ha podido comprobar El Confidencial tras chequear los centros de votación, en base a una de las listas que hizo pública la Generalitat días atrás que podría haber sufrido algún cambio.
Este es el mapa con el estado de todos los colegios electorales de L'Hospitalet y sus correspondientes fotografías hoy a mediodía:
En el IES Bisbe Berenguer directamente alguien ha arrancado los carteles llamando al voto, aunque el portero del edificio de enfrente asegura que hay "planes de ocuparlo a las 17h". Ese es el rumor el varios locales. Podría haber una operación para tomarlos y atrincherarse en ellos hasta mañana. Al menos eso esperan pequeños grupos de padres y vecinos impacientes en al menos cuatro centros educativos.
L'Hospitalet no es terreno abonado para el fervor catalanista. Es uno de los agujeros negros del nacionalismo catalán comicio tras comicio. Su alcaldesa, Nuria Marín (PSC) fue de las primeras en advertir de que no abriría ni un solo colegio este domingo. Y es aquí también donde Ciudadanos, en una elección nada casual, cerró el viernes su campaña en contra del referéndum.
En el IES Margarida Xirgu les han cambiado la clave de acceso y hay cinco personas esperando a que alguien llegue y les abra. "Este se va a abrir porque nos van a traer las llaves ahora. Los Mossos no van a venir a precintar. Vamos a votar seguro", afirman. Lo mismo ocurre en el Instituto Eugeni d'Ors, donde una decena de padres hacen guardia e informan a todo que aquel que pregunta. Comen pizza. "Estamos aquí en la calle y quizá no podremos votar porque la alcaldesa de L'Hospitalet es tan demócrata que no ha cerrado el colegio", se queja una madre.
Este se va a abrir porque nos van a traer las llaves ahora. Los Mossos no van a venir a precintar. Vamos a votar seguro
Otra escuela cerrada, el Instituto Llobregat, ha colgado sobre los barrotes un cartel: "Si mañana cantas en el Instituto Llobregat acércate al Provença (justo enfrente)". 'Cantar' como eufemismo de 'votar'. Trucos para escurrir la orden judicial que impide realizar ningún acto relacionado con el reférendum en esas escuelas. Juegos de palabras que recuerdan a los años más oscuros del siglo XX y que en el actual contexto español suenan a extravagancia. Junto al instituto, cuatro Mossos d'Esquadra charlan amigablemente junto a sus dos coches patrulla.
Las escuelas cerradas pero con padres y vecinos agolpados en la puerta ejercen de bisagra. Es una incógnita si podrán entrar, tomar el recinto y recibir las urnas. En uno de los extremos, el mayoritario, se ubican los locales que ni están ni se les espera. La Escuela Oficial de Idiomas, la Oficina de Empleo y Bienestar Social o el IES Pedraforca junto a otra decena de los 22 colegios. En el otro extremo, el minoritario, se encuentran las dos escuelas conquistadas por la plataforma Escoles Obertes, que llamaba a los padres a hacerse fuertes en la escuela desde el viernes por la tarde hasta el domingo por la noche. Se trata del IES Provençana y el Instituto Bellvitge.
En el Bellvitge el olor a buena comida flota en el patio a mediodía. "Vinieron compañeros ayer a las tres de la tarde y han pasado la noche. La idea es ir esta tarde a otros. Al fin y al cabo hablamos de votar, no de robar un banco", cuenta el vecino encargado de cocinar un pollo con pimiento y verduras con una pinta espectacular: "Quería hacer una paella pero esto es más rápido", se excusa. En el Instituto Provençana informan de que ya han recibido la visita de los Mossos d'Esquadra. "Han sido muy amables", subrayan. Hay 11 personas dentro. "Vamos a organizar un concurso de sardanas y otras actividades. Como se hacen siempre las fiestas de otoño", explica una de las madres.
Llama la atención que ninguno de los colegios cerrados cuente con ningún precinto policial. Aunque el auto judicial no lo exige. Solamente urge a las fuerzas de seguridad a "impedir su apertura, procediendo, en su caso, al cierre de todos aquéllos que hubieran llegado a aperturarse". Una tarea que solo unos días atrás se preveía titánica pero que, si se toman el ejemplo de L'Hospitalet y el dato de la Delegación del Gobierno en Cataluña que eleva a un 12% el total de locales de votación abiertos a esta hora, quizá no es tan inabarcable.
Luego están los locales propios de la Generalitat, como el Centro de Atención Primaria Jacint Verdaguer. Sus trabajadores confirman que el centro tiene la puerta abiera como cada sábado para poder prestar servicio de urgencia. Bastante gente se ha acercado a saber si podrán votar mañana. "Voy a intentar votar aquí, confío en que no habrá problema", dice una vecina que está en la puerta esperando. Una actividad que contrasta con otro centro de salud, el Gornal, cerrado y sin nadie a la vista. En otro local de la Generalitat, el centro de formacón de adultos Catalonia, quienes quieren votar mantienen la esperanza: "Esta cerrado pero como es de la Generalitat abrirán mañana. Yo vendré a votar", afirma un vecino. Otros, en cambio, reconocen que no saben qué pasará.
Todavía falta esta noche y la madrugada de domingo, horas absolutamente clave, para saber con exactitud hasta qué punto tiene éxito el órdago de tomar los colegios electorales e impedir así la intervención de las fuerzas de seguridad. Cada uno de los 947 municipios de Cataluña vivirá una historia distinta. Pero lo que parece muy probable es que en L'Hospitalet, la segunda ciudad más poblada, la votación será muy limitada.
En la segunda ciudad con más población de Cataluña, la previsión es que muy poca gente podrá votar mañana salvo que en las próximas horas se produzca una apertura y ocupación masiva de los locales. En L'Hospitalet de Llobregat (254.804 habitantes) hay cuatro colegios abiertos cuando faltan solo un puñado de horas para que den las 9 de la mañana del 1 de octubre y comience la jornada.