El 1-O lleva a Rajoy a saltarse por primera vez una cumbre europea, en un momento clave

No ha sido una huelga general. Ni un desastre natural. Tampoco motivos de salud. En más de cinco años y medio al frente del Gobierno español, Mariano Rajoy no había faltado jamás a una cumbre europea, ya fuera formal o informal, prevista o extraordinaria. Y sin embargo, la tensa situación que se vive en Cataluña en la recta final para el 1-O ha llevado a Rajoy a cancelar su participación en la cumbre informal que se celebrará el sábado en Tallin.

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Tras haber participado en más de cuarenta convocatorias europeas, Rajoy ha decidido que la situación catalana merece excusar su presencia. “Es relativamente infrecuente que un líder no participe en una cumbre europea, pero se han dado algunos casos en el pasad, que suelen deberse a razones de salud o a compromisos nacionales inevitables”, explican desde la oficina de prensa del Consejo. Ese fue el caso del presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, que se perdió un encuentro tras tener que ser hospitalizado en Bruselas.

Oportunidad perdida en un momento clave

Desde el Gobierno alegan que el de Tallin es encuentro informal, restando importancia a la ausencia de Rajoy. Es cierto que no se espera la toma de ninguna decisión formal y que la cumbre está centrada en cuestiones digitales. Pero la clave es la cena de alto nivel que se celebrará esta noche, en la que se pondrán sobre la mesa todos los temas clave que afectan a la UE, incluido el Brexit, en presencia de Theresa May.

La reunión en Estonia se celebra en un momento decisivo para la Unión Europea. La victoria de Angela Merkel inaugura un nuevo periodo en el que se espera que se relance el proyecto europeo. Y aunque los resultados electorales han vuelto a hacer sonar las alertas ante el auge del extremismo, también obligan a Merkel a salir a territorio desconocido, lo que abrirá nuevas vías que pueden beneficiar a Europa.

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Por su parte, Emmanuel Macron ha dejado claro que Francia va a presionar por una UE más poderosa. El líder galo ya ha dicho que seguirá trabajando con Alemania para ello y ha buscado el apoyo del italiano Paolo Gentiloni este miércoles para poner en marcha su “renacimiento europeo”. España, sumida en la cuestión catalana, pierde una ocasión de oro para asentar la posición en primera fila que logró en la Cumbre de Versalles, en la que Rajoy fue invitado a participar con Merkel, Macron y Gentiloni.

Un mal comienzo

Rajoy ha mantenido un expediente casi intachable en las cumbres, pese a que no comenzó con muy buen pie. Se estrenó en la informal del 30 de enero de 2012, apenas unas semanas después de suceder a José Rodríguez Zapatero en el cargo. En aquel encuentro pecó de novato, ya que fue grabado comentando, con clarividencia, al entonces titular finlandés: “La reforma laboral me va a costar una huelga”.

En su siguiente reunión aún se atrevió con los micrófonos: anunció por sorpresa que España no iba a cumplir con el 4,4 % de déficit, sino que iba a mantenerlo en un 5,8 %, dijeran lo que dijeran sus socios. "No he consultado a los líderes europeos y a la Comisión se lo contaré en abril. No tengo que hacerlo. Es una decisión soberana de España”, afirmó entonces. Con sus palabras, Rajoy contradecía a Merkel, que pocos metros más allá avisaba de que “no le veía sentido a flexibilizar” el objetivo del déficit.

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El presidente del Gobierno español tardaría menos que Alexis Tsipras en comprender que las dinámicas en Bruselas siguen unas reglas y que el margen para saltárselas es muy estrecho, sobre todo cuando tu país está en una situación vulnerable. Rajoy tomó nota y, a partir de entonces, ha mantenido un perfil más discreto en las cumbres, siempre acompañado de sus intérpretes, mientras que su participación ha sido constante.

El día en que Rajoy no llegó a tiempo

Antes de Tallin, Rajoy tan solo se ha ausentado en una ocasión, pero a tiempo parcial. Se perdió la primera de las dos jornadas de las cuatro cumbres formales que se celebran al año. Fue el 26 de junio de 2014, en una jornada especialmente simbólica para Europa. En ella, los líderes se desplazaron hasta Ypres, escenario de una de las carnicerías de la I Guerra Mundial, con motivo del centenario del inicio de la contienda.

El presidente español no llegó a tiempo para participar en el emotivo acto, dado que se encontraba en Guinea Ecuatorial para asistir a una cumbre de la Unión Africana (UA), con la vista puesta en promocionar entre los mandatarios de 54 estados del continente vecino la candidatura que entonces mantenía España a ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU. Rajoy sí participó al día siguiente en la segunda parte de la cumbre europea, ya celebrada en Bruselas con el formato habitual.