De Tarradellas a Puigdemont: así se fraguó el independentismo

Josep Tarradellas (1954 - 1980)

Fue presidente de la Generalitat desde el exilio de 1954 a 1977, año en el que volvió a Cataluña para ejercer el cargo de forma provisional hasta la celebración de elecciones en 1980. Como miembro de ERC defendió una postura republicana y catalanista, pero contraria a la independencia, argumentando en este sentido que no se debía culpar al Estado de los problemas que padecía la región. "Yo no creo en lo que llaman países catalanes. No, eso no existe", afirmó el 18 de octubre de 1978 en un encuentro con periodistas. De todos modos, su frase más recordada, sobre todo en los últimos años, es la siguiente: "En política se puede hacer todo, menos el ridículo". Tras la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1979 y la celebración de las primeras elecciones autonómicas un año después, Tarradellas se retiró de la vida política. De esta manera, dejó paso a Jordi Pujol, candidato al que ERC apoyó entonces para formar gobierno. De todos modos, Tarradellas siempre se mostró muy crítico con él, llegando a acusarle de dirigir una "dictadura blanca que no fusila y no mata, pero dejará un lastre muy fuerte".

Jordi Pujol (1980 - 2003)

En 2012, el periodista Roberto Giménez envió una carta a Jordi Pujol en la que, entre otras cosas, le planteaba la cuestión del independentismo. "Yo no he sido independentista. Y también verá que soy consciente que es muy difícil conseguir la independencia. Si no fuera porque no hay nada imposible (la Historia lo demuestra), podríamos decir que es inviable", le respondió entonces el expresidente. Además, a lo largo de los 23 años que se mantuvo al frente de la Generalitat, Pujol nunca tuvo problema alguno a la hora pactar con diversos partidos tanto a nivel nacional como autonómico: apoyó a Adolfo Suárez en la Transición, a Felipe González, en 1993, y a José María Aznar mediante el conocido como Pacto del Majestic, en 1996. Este último acuerdo muestra cómo la independencia nunca se encontró entre las aspiraciones de Pujol, sino simplemente el conseguir más competencias para Cataluña y, sobre todo, el mantenerse en el cargo de 'president'. De todos modos, con el cambio de postura de su partido, no le quedó más remedió que subirse al carro y defender el 'procés'. En este sentido, el pasado mayo llamó a la "movilización" de la sociedad catalana de cara al proyecto soberanista, ya que renunciar al mismo "significaría un grave retroceso".

Pasqual Maragall (2003 - 2006)

Como presidente de la Generalitat, Maragall (PSC) optó en más de una ocasión por las respuestas evasivas cuando se le preguntaba por la independencia. "Cataluña ya es independiente", llegó a decir en 2004 durante una entrevista en COM Ràdio. En este sentido, siempre defendió la idea de una "España federal" que, según él, no contradecía la idea de independencia, abogando además en varias ocasiones por el "derecho de autodeterminación" durante su mandato. De todos modos, el 11 de septiembre de 2006, poco antes de las elecciones autonómicas, el entonces 'president' aseguró que era contrario a la independencia: "Hemos llegado al punto que queríamos llegar. No pretendemos la independencia porque no serviría de nada y sería ridículo en la Europa de hoy". Otra idea que defendió en ese mismo acto y que a día de hoy sigue levantando ampollas es la de que Cataluña "es una nación". En lo que se refiere a sus declaraciones tras dejar el cargo, conviene tener en cuenta que Maragall abandonó el PSC en junio de 2007, lo que explica que en más de una ocasión llevase la contraria a sus antiguos compañeros.

José Montilla (2006 - 2010)

Durante su mandato, Montilla contradijo la idea planteada por CiU que apuntaba a que el dilema en Cataluña era "decadencia o independencia". En este sentido, el socialista aseguró que "la decadencia será igual a la independencia", mostrándose así en contra de "posiciones que suponen una involución". En su etapa final como 'president', arremetió además contra Mas, a quien acusó de no tener una "visión de Estado" y suponer "una vuelta al pasado". Cabe señalar, sin embargo, que en 2011 Montilla argumentó que la independencia de Cataluña es "factible", aunque no deseable. "Está claro que un país de siete millones de habitantes, con las capacidades y la estructura productiva de Cataluña puede ser independiente. Naturalmente que sí", afirmó durante una conferencia celebrada en Manresa (Bages). En su discurso, el 'expresident' aseguró también desconfiar "de los que son independentistas a ratos y de los que no explican claramente al pueblo de Cataluña cual es su horizonte". Al margen de estas palabras, en varias ocasiones ha mostrado también cierto victimismo a la hora de hablar sobre las relaciones con el Gobierno central. "Madrid no nos roba, pero es verdad que Cataluña es tratada injustamente", dijo en 2012.

Artur Mas (2010 - 2016)

En 2010, durante su primer discurso de Fin de Año, Mas exigió al Estado "mayores cotas de autogobierno", pero sin hablar de independencia. Un año después, en 2011, el 'president' tampoco planteó la idea de separarse de España, limitándose a pedir en su mensaje navideño que se "reforzaran" los puentes entre Barcelona y Madrid. “Nuestro país está a prueba, pero la superaremos”, dijo entonces. De todos modos, tras las elecciones adelantadas al Parlamento de Cataluña de noviembre de 2012, Mas apostó por un cambio de rumbo y, a partir de entonces, una palabra se repetiría en sus discursos: "Consulta". De esta manera, en su mensaje de Fin de Año de 2013 no dudó en asegurar que "el pueblo catalán prefiere gobernarse a ser gobernado". Su acercamiento a los independentistas acabó por materializarse con la consulta sin carácter vinculante del 9N, una acción que supuso la ruptura definitiva con Madrid. “Por primera vez en tres siglos los catalanes que quisieron pudieron votar a favor del futuro político del país, incluso de la libertad política de Cataluña. Nunca habíamos llegado tan lejos”, dijo en su mensaje de Fin de Año de 2014. Casi tres años después de pronunciar estas palabras, Puigdemont intenta cumplir las promesas de su antecesor.

Carles Puigdemont (2016 - )

El 12 de enero de 2016, Carles Puigdemont tomó posesión como nuevo 'president' de la Generalitat y prometió "fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament". De esta manera, el político se saltó el procedimiento habitual y no citó a la Constitución, al Estatut o al Rey, un cambio con el que dejaba claro cuáles eran sus intenciones desde el primer momento: celebrar un referéndum ilegal para independizarse. Gracias al apoyo de ERC y la CUP, partido que le aupó a la Presidencia, Puigdemont ha ido avanzando en este sentido y el pasado junio anunció que la consulta se celebraría el próximo 1 de octubre. Poco han importado las advertencias que han llegado desde Madrid, ya que el 'president' dejó claro hace meses que no reconoce la autoridad de los tribunales españoles. “Han inhabilitado a Mas, Homs ha perdido el escaño, ¿hemos reculado? No. Nosotros solo aceptaremos la inhabilitación del Parlament de Cataluña. Será el pueblo de Cataluña el que decidirá si inhabilitarnos o no con su resultado”, aseguró en una entrevista concedida a TV3. A falta de menos de un mes para la celebración del referéndum, Puigdemont mantiene su órdago.