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El yihadismo ‘homegrown’ llega a España
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YIHADISTAS CRECIDOS EN ESPAÑA YA ACTÚAN AQUÍ

El yihadismo ‘homegrown’ llega a España

Francia o Bélgica son algunos de los países que han sufrido ataques de sus propios nacionales. Los últimos atentados muestran que ya hay terroristas educados en España dispuestos al yihad

Foto: Minuto de silencio de la comunidad musulmana en Ripoll. (EFE)
Minuto de silencio de la comunidad musulmana en Ripoll. (EFE)

Las parejas de hermanos Said y Chérif Kouachi e Ibrahim y Khalid El Bakraoui tienen algo en común: todos ellos perpetraron ataques terroristas en los países que los vieron nacer. Son los llamados yihadistas ‘homegrown’, es decir, yihadistas autóctonos o crecidos en el mismo lugar donde atentaron.

Los Kouachi asesinaron a 12 personas en enero de 2015 durante su ataque a la sede del seminario satírico ‘Charlie Hebdo en París. Ambos habían nacido en la capital francesa en los años ochenta.

Por su lado, los hermanos Bakraoui formaron parte de una célula yihadista que en marzo de 2016 quitó la vida a 32 personas en el metro y el aeropuerto Zaventem de Bruselas. Ambos habían nacido en la capital de Bélgica y habían crecido en la localidad de Laken de ese mismo país.

De los 25 muyahidines retornados de Siria, todos están radicalizados, algunos están en prisión y otros en libertad, pero vigilados

Hasta los atentados de Barcelona y Cambrils, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pensaban, con alguna reserva, que la población musulmana de España era menos permeable a la radicalización que en otros países europeos donde tienen mayor arraigo en el tiempo. “Aquí muchos llegaron en patera y se han ganado la vida bien. Todavía no se ha conformado una segunda generación y los de la primera solo quieren trabajar y vivir mejor que lo harían en sus países de origen”, contaron oficiales de la lucha antiterrorista del Estado a este diario.

Se temía más a los retornados de Siria, unos 25 de los aproximadamente 130 que han viajado para unirse a las filas del Daesh o Estado Islámico desde 2013. “Todos ellos están radicalizados, de los cuales algunos están en prisión y otros en libertad, pero vigilados”, explicaron esas mismas fuentes policiales sobre los 25 que han regresado a España.

Pero la realidad de los atentados de Cataluña cambia el escenario. La naturaleza de la amenaza en España se asemeja a la de otros países europeos que han sufrido los ataques de yihadistas autóctonos, llamados en la jerga académica y policial como yihadistas ‘homegrown’. Por lo que sabemos hasta ahora, la célula de Ripoll estaba conformada por no menos de 14 individuos de entre 17 y 34 años -salvo el imán de la mezquita y presunto líder del grupo, Abdelbaki Es Satty, de 42- y todos ellos miembros de familias de origen marroquí pero con arraigo en la sociedad de acogida. Además, la mayoría de los presuntos terroristas se ha educado en España.

Esto no había ocurrido nunca en España, el fenómeno del yihadista ‘homegrown’ o autóctono es novedoso

Algunos de ellos tienen el mismo perfil ‘homegrown” que los hermanos franceses Kouachi de origen tunecino o los belgas Bakraoui de origen marroquí. De hecho, sabemos que los hermanos Moussa y Driss Oukabir, de familia originaria de Marruecos, se han criado en la localidad gerundense de Ripoll. Es más, Moussa, fallecido en Cambrils, había nacido en Ripoll en 1999.

Otros dos hermanos involucrados en los atentados de Cataluña, Omar y Mohamed Hichamy, de 21 y 24 años, también se han educado en Ripoll. Sus padres llegaron de Marruecos hace 23 años.

Esto no había ocurrido nunca en España, el fenómeno ‘homegrown’ es novedoso. Ninguno de los yihadistas involucrados en los atentados del 11-M había nacido o se había educado en España.

Foto: Un calle de Ripoll (i) y el padre los dos terroristas. (R. Méndez)

Ya no es necesario emigrar

Los yihadistas de España y de Europa procuran involucrar en su lucha a individuos de las comunidades musulmanas recurriendo a códigos culturales islámicos próximos a su tradición e identidad. Una de esas referencias culturales históricas es la emigración o hégira hacia lugares donde se está ejerciendo la yihad o guerra santa, como sucede actualmente en Siria o Irak. La literatura del islamismo extremista asocia esa emigración contemporánea a la que realizó el profeta Mahoma desde la Meca a Medina en 622 para fundar y expandir el islam. Por esta razón, los foros radicales llaman a los jóvenes musulmanes de cualquier parte del mundo a emigrar a lugares como Siria para combatir a los que ellos consideran "infieles" y "apóstatas".

Musulmanas concentradas ante el monasterio de Santa María de Ripoll. (EFE)Pero en los últimos años esa misma literatura propagandística ha establecido que cualquier país de Europa es también territorio propicio para hacer la yihad contra los ‘cruzados’. De modo que ya no es necesaria la emigración para llegar a ser un verdadero ‘muyahid’ o combatiente en favor de la yihad.

Esta realidad la ejemplifica el destino de los hermanos Oukabir y Hishamy, quienes han estudiado, trabajado, convivido y jugado al fútbol en Ripoll hasta que hace muy pocos meses se convirtieron en yihadistas. Los recientes atentados cambian de alguna forma la lógica de la lucha antiterrorista: ahora los procesos de radicalización en el seno de las comunidades musulmanas arraigadas en España pueden tener efectos directos en forma de atentado en el propio territorio del país. Luego no solo hay que estar vigilantes de los que vienen de fuera o regresan de conflictos armados en el exterior, sino también de los radicales autóctonos.

Las parejas de hermanos Said y Chérif Kouachi e Ibrahim y Khalid El Bakraoui tienen algo en común: todos ellos perpetraron ataques terroristas en los países que los vieron nacer. Son los llamados yihadistas ‘homegrown’, es decir, yihadistas autóctonos o crecidos en el mismo lugar donde atentaron.

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