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Nicolás Maduro logra lo que no pudo Rajoy: romper la CUP
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UN SECTOR RADICAL ACUSA AL VENEZOLANO DE DICTADOR

Nicolás Maduro logra lo que no pudo Rajoy: romper la CUP

El régimen venezolano despierta interés y entusiasmo en la izquierda radical catalana, que ven en él el primer paso para un mundo feliz

Foto: Imagen de archivo de una asamblea de la CUP de 2015. (EFE)
Imagen de archivo de una asamblea de la CUP de 2015. (EFE)

Lo que no ha conseguido la izquierda, la derecha… ni siquiera el españolismo, lo ha conseguido el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en un plis plas: resquebrajar a la independentista Candidatura d’Unitat Popular (CUP) y lograr un severo enfrentamiento en el seno de esta formación. El motivo es la defensa a ultranza del madurismo que hace un sector ‘cupero’ mientras que otro es partidario de condenarlo enérgicamente.

De hecho, el régimen de Maduro despierta interés y entusiasmo en la izquierda radical catalana, que ven en él el primer paso para un mundo feliz. El ideólogo económico de la CUP, Josep Manuel Busqueta –diputado durante unos meses que tuvo que dimitir cuando el convergente Artur Mas salió por la puerta falsa del Gobierno-, estuvo trabajando en la asesoría del entonces presidente Hugo Chávez, bajo las órdenes del podemita Juan Carlos Monedero (Busqueta trabajaba en la Fundación de Monedero y Pablo Iglesias que canalizaba hacia España los fondos que les pagaban los venezolanos).

El pasado sábado 20 de mayo, el núcleo duro de la CUP, articulado en torno al grupo Endavant-OSAN, organizó un acto en Tarragona al que había invitado al cónsul general de Venezuela, Antonio Martínez Uzcategui. A última hora, sin embargo, según un comunicado de la propia Endavant, “desde la legación venezolana se nos ha comunicado que han decidido cancelar todos aquellos actos públicos en los cuales no puedan garantizar la seguridad de sus representantes y de los trabajadores de los servicios diplomáticos”.

Para Endavant, “el detonante de esta situación fue el episodio violento y de impunidad del pasado 11 de mayo en Madrid. Aquel día, la extrema derecha venezolana bloqueó durante seis horas los accesos de salida de un acto convocado por diversas organizaciones de izquierdas de Madrid que contaba con la presencia del embajador venezolano en el Estado español”. Y puestos a tergiversar, la CUP afirma que en el acto madrileño “los gritos de ‘Franco, Franco, Franco’ que reiteradamente gritaban los manifestantes dejaban claro que aquello que se presenta como ‘oposición democrática’ es en realidad un frente de ultraderecha dispuesto a acabar con los avances democráticos y sociales de los últimos 18 años en Venezuela”. Ese relato coincide con el que hizo el régimen de Maduro, aunque es incierto: en realidad los manifestantes gritaban ‘Narco, narco, narco’.

Acusaciones al Estado español

Ante este panorama, a los ‘cuperos’ no les cabe duda de que “las acciones violentas e intimidatorias de la extrema derecha venezolana cuentan con la cobertura y el beneplácito del Estado español. Desde hace más de una semana, estamos viendo cómo en las redes sociales diversas organizaciones ultras están haciendo un llamamiento a organizar autocares para boicotear nuestro acto”.

En la inflamada soflama madurista, los ‘cuperos’ denuncian una campaña mediática contra Venezuela dando a entender que las decenas de muertes de opositores que ha habido en los últimos meses han sido cometidos por la propia oposición. Además, en esa campaña, advierte Endavant, se utiliza a la prensa “como un arma más del imperialismo para cortar las alas a los gobiernos verdaderamente democráticos de los países en vías de desarrollo”.

Pero esa percepción choca con la de otros miembros de la CUP, como la corriente Lucha Internacionalista, que es tremendamente crítica con el dirigente venezolano. “Acosado por protestas masivas en todo el país, y luego de una salvaje represión que lleva 40 muertos y más de 350 heridos, Nicolás Maduro convoca una Asamblea Constituyente fraudulenta. Pretende perpetuarse en el poder para seguir ajustando al pueblo”, dice en su último boletín. Y razona que “el Gobierno de Maduro no es de izquierda, es antiobrero. Tampoco es salida la oposición patronal de la MUD. Hay que seguir movilizados hasta derribar a Maduro y preparar una alternativa política de independencia de clase”, explica esta organización (que también forma parte de la CUP).

Contrariamente a lo que sostienen los duros de la CUP, para sus compañeros de partido las movilizaciones en Venezuela no son de la ultraderecha. Además, no son sólo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), sino que “se han ido sumando sectores populares de los barrios y comunidades que fueron base social del chavismo en todas las ciudades del país”. Lucha Internacionalista afirma, además, que, contrariamente a lo que dice Endavant, “es totalmente equivocado interpretar que ‘son marchas de la MUD’ y ‘de la derecha’”. Y asegura que “la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la Guardia Nacional Bolivariana (GBN), junto a ‘colectivos’ paramilitares fueron los encargados de la represión, con un saldo hasta ahora de 40 muertos, la mayoría jóvenes, más de 350 heridos y centenares de detenidos. Estos detenidos están siendo enviados a tribunales militares acusados de ‘terroristas’”. Los internacionalistas de la CUP sostienen que “la lucha por la caída de Maduro está abierta” y llama a la movilización popular en contra del dirigente venezolano.

Lo que no ha conseguido la izquierda, la derecha… ni siquiera el españolismo, lo ha conseguido el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en un plis plas: resquebrajar a la independentista Candidatura d’Unitat Popular (CUP) y lograr un severo enfrentamiento en el seno de esta formación. El motivo es la defensa a ultranza del madurismo que hace un sector ‘cupero’ mientras que otro es partidario de condenarlo enérgicamente.

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